Atrapados por nuestros miedos

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Atrapados por nuestros miedos

«…TUVE MIEDO, Y… ESCONDÍ TU TALENTO…» (Mateo 25:25)

Jesús contó la parábola de los tres hombres que recibieron talentos. Dos de ellos los invirtieron sabiamente y duplicaron la cantidad, pero el tercero, por miedo a asumir riesgos, enterró el suyo. Cuando el dueño vino buscando el rendimiento de su inversión, este alma tímida dijo: …tuve miedo, y… escondí tu talento en la tierra…» (Mateo 25:25). El amo no estaba contento con esto y respondió: «Siervo malo y negligente…, debías haber dado mi dinero a los banqueros y… hubiera recibido… con los intereses. Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado» (Mateo 25:26-29).

Dios espera el rendimiento de su inversión en ti. Parte de cumplir tu llamado incluye asumir determinados riesgos, con el fin de aumentar al máximo las oportunidades que se te han dado. Jugar como si tuvieras fe no es elogiable, ni el evitar riesgos debe ser recompensado, ni vivir con miedo de lo que los demás piensen de nosotros debería ser nuestra motivación.

¿Por qué es tan severo Jesús en este asunto? Porque nosotros no somos los únicos que sufrimos la pérdida. Nuestros seres queridos también pierden cuando no perseguimos nuestros sueños. Se produce un «efecto dominó», donde los demás son despojados de la grandeza latente en nuestro interior.

Pero no es tarde aun. Tal como llamó a Lázaro al exterior de su tumba, Jesús nos llama hoy a sobreponernos de nuestros miedos, asumir los riesgos en obediencia a la fe y experimentar la plenitud de lo que Dios nos ha llamado a ser.

Oramos para que Dios renueve tus fuerzas y tus decisiones para salir del miedo y entrar en el poder de Dios para culminar lo que Él te mando hacer.

Mil Bendiciones!

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