1 Timoteo 1:12 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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De la mención del Evangelio que le ha sido encomendado, pasa el apóstol a dar gracias a Dios por la misericordia que tuvo hacia él hasta dignarse hacerle tan honrosa encomienda, y termina la sección con una ferviente doxología.

1. «Doy gracias, dice Pablo (v. 1Ti 1:12), al que me revistió de poder, a Cristo Jesús nuestro Señor (comp. con Flp 4:13), de que me tuvo por fiel poniéndome (participio de aoristo) en el ministerio». Algunos pocos MSS leen endunamoúnti, en participio de presente (como se halla en Flp 4:13). El contexto pide aquí el participio de aoristo, conforme aparece en la mayoría de los MSS, pues Pablo está refiriéndose ahora al pasado. Pablo no se atribuye ningún mérito al decir: «que me tuvo por fiel». Es cierto que el Señor sabía que Pablo sería fiel y, por eso, lo escogió para tal ministerio, pero basta con leer 1Co 15:10, al final, para ver que el apóstol atribuía a la gracia de Dios, no sólo su conversión (vv. 1Ti 1:14, 1Ti 1:15), sino también su fiel desempeño del ministerio. Para «poniéndome» Pablo usa el mismo verbo de Jua 15:16, y la preposición griega eis, que traducimos por «en», da bien clara la idea de destino, pues es preposición de movimiento.

2 El apóstol, en un acto de gran humildad, exalta la gracia de Dios al encomendar tan alto y honroso ministerio «al que primeramente (v. 1Ti 1:13) era blasfemo, perseguidor e insolente» (lit.). Pablo no olvidaba jamás su pasado de perseguidor de la Iglesia (comp. con Hch 22:4; Hch 26:11; 1Co 15:9; Gál 1:13; Flp 3:6). Se llama a sí mismo blasfemo por haber negado, antes de su conversión, la mesianidad de Jesucristo. El vocablo que traducimos por «insolente» o «injuriador» es hubristés, que comporta el concepto de furia y de violencia con que llevaba a cabo su persecución contra los discípulos de Cristo.

3. En la segunda parte del versículo 1Ti 1:13 explica el apóstol por qué obtuvo misericordia. No fue por ningún mérito de su parte (comp. con v. 1Ti 1:15, al final), sino porque su pecado de incredulidad se debía a la ignorancia. No era la suya una ignorancia de las que incrementan la culpabilidad (comp. con Rom 10:3), sino la ignorancia de quien sinceramente cree estar sirviendo a Dios mientras persigue a la Iglesia (v. Jua 16:2; Hch 26:9, y comp. con Luc 23:34; Hch 3:17). Dice W. Hendriksen: «Aunque su pasado había sido terrible, no había llegado a pecar contra el Espíritu Santo, que es el pecado voluntario frente a un mejor conocimiento (Heb 10:26). Para tal pecado no hay perdón (Mat 12:31-32; Heb 6:4-6; 1Jn 5:16; cf. Núm 15:30); además, el que vive en ese pecado, no tiene ningún deseo de perdón». Damos las citas según las presenta Hendriksen (v. el comentario en los lugares respectivos). La última frase de Hendriksen nos recuerda un famoso dicho de H. Kung: «El único pecado imperdonable es el rechazo del perdón».

4. Esta misericordia de Dios se tradujo (v. 1Ti 1:14) en gracia (comp. con 1Co 15:10), es decir, en un favor inmerecido (más aún, desmerecido) hacia el apóstol; esta gracia fue más sobreabundante (gr. huperepleónasen, con valor de superlativo, por el prefijo de aumento) cuanto más había abundado el pecado (v. Rom 5:20) en Pablo, con la fe y el amor que es en Cristo Jesús (comp. con 2Ti 1:13). Al comparar la vida espiritual con un árbol sano que crece y da buen fruto, vemos que la gracia es como la savia de la que el árbol se nutre, pues esa savia se halla en el buen terreno (o al cambiar la metáfora, en la cepa; v. Jua 15:1.) que es Cristo; en Cristo Jesús significa en unión con Él, y a causa precisamente de esta íntima unión. La fe es la raíz con que chupamos la savia salvífica (Efe 2:8), y el amor es la energía mediante la que se producen los frutos (v. Gál 5:6).

5. De ahí pasa el apóstol (v. 1Ti 1:15) a establecer un principio general: «Es digna de fe y de toda aceptación la afirmación siguiente: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, el primero de los cuales soy yo» (excelente versión de J. Collantes). Notemos aquí lo siguiente:

(A) La fórmula «Fiel (es) la palabra» (lit.), esto es, un mensaje digno de todo crédito, aparece sólo en las epístolas pastorales, aquí y en otros cuatro lugares (1Ti 3:1; 1Ti 4:8, 1Ti 4:9; 2Ti 2:11-13; Tit 3:4-8). Pone de relieve cuán fiable y digno de ser aceptado por todos es lo que en tales declaraciones se afirma.

(B) Lo que aquí afirma Pablo es el núcleo del Evangelio y puede compararse con Jua 3:16. Según el apóstol, el glorioso designio de la venida del Hijo de Dios a este mundo fue salvar a los pecadores. Esto mismo es lo que el propio Jesús había repetido (v. Mat 9:13; Mar 2:17; Luc 5:32; Luc 19:10). ¿Quién desesperará de la salvación, sabiendo que son precisamente los pecadores el objeto del amor salvífico de Dios y del Señor Jesucristo? Más aún, quien esté pensando en reformarse, en hacerse «bueno» para acercarse al Salvador, pierde el tiempo y se niega a sí mismo el beneficio de la gracia de Dios. El «Tal como soy …» de Carlota Elliot es lo único que podemos decir ante la Cruz del Señor. Leith Samuel ha escrito que «el cristianismo es la única religión en que los hombres pueden acercarse a Dios llevando solamente sus miserias y pecados».

(C) Con toda humildad, dice el apóstol que, de todos los pecadores del mundo, él es el primero, no en el tiempo (por supuesto), sino en la categoría que él mismo se aplica como ser el peor de todos (¡y lo dice casi al fin de su vida!) Es notable que, al hablar de sí mismo como apóstol (1Co 15:8), Pablo dice ser el último de todos, mientras que, al hablar de sí como pecador, se tiene por el primero de todos: el primero en la fila de los que, a no ser por la sobreabundante gracia de Dios, merecía la condenación.

6. Al poner, una vez más, de relieve su exquisita humildad, dice a continuación el apóstol (v. 1Ti 1:16): «Pero a causa de esto se me otorgó misericordia, a fin de que en mí el primero exhibiese Cristo Jesús toda la (su) longanimidad, para (gr. pros) modelo de los que iban a creer en Él para (gr. eis) vida eterna» (lit.). Pablo dice aquí, ni más ni menos, que el fin próximo de la misericordia que le fue otorgada a él como al primero de los pecadores, tenía por objeto mostrar en público una longanimidad tan grande del Salvador (¡toda ella!, gr. ápasan), que nadie se sintiese en el futuro demasiado pecador como para no poder obtener perdón. Resulta muy interesante el vocablo griego que Pablo usa para «modelo», ya que el término griego hupotíposin (que sale únicamente aquí y en 2Ti 1:13) significa un esbozo hecho poniendo debajo el modelo de forma que sobre él pueda dibujarse una figura que siga en todo los contornos y formas del modelo. Frente a este estupendo modelo en que destaca la sobreabundante gracia de Dios con respecto al primero de los pecadores, cualquier otro pecador podría estar seguro de que, por muchas y graves que fuesen sus transgresiones, nunca serían capaces de extenderse más allá de los contornos que el esbozo de la gracia de Dios presenta en Pablo.

7. El apóstol finaliza esta sección declarando, por medio de una fervorosa doxología, el fin último de todo desbordamiento de la gracia sobre el más grande de los pecadores: «Así pues, al Rey eterno (lit. Rey de los siglos, expresión que sale únicamente aquí y, en algunos MSS, en Apo 15:3), inmortal (lit. incorruptible, como en 1Pe 1:4), invisible (comp. con 1Ti 6:16), al único Dios (lo de «sabio» no tiene fundamento en los MSS; algún copista lo tomó prestado de Rom 16:27), sean dados honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén» (NVI). Aunque lo de «único Dios» halla suficiente base en Deu 6:4, Deu 6:5; Isa 40:12-31; Jua 5:44; Rom 16:21; 1Co 8:4, 1Co 8:5; 1Ti 6:15 y Jud 1:25, es extraño que los autores no citen Jua 17:3, donde conecta perfectamente en toda la riqueza de su sentido. Riqueza que W. Hendriksen describe (aunque sin citar Jua 17:3) del modo siguiente: «Tal Dios, finalmente, es el único Dios; no meramente en el frío, abstracto, sentido de que numéricamente no hay más que un Dios, sino en el cálido, escritural, sentido; a saber, que este Dios uno es único, incomparable, glorioso, digno de ser amado ».

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