3 Cosas Que A La Gente No Le Gusta de Tus Predicaciones

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3 Grandes Errores Al Predicar, Que La Gente Aborrece De Los Predicadores

3 Grandes Errores Al Predicar, Que La Gente Aborrece De Los Predicadores

No todas las personas en la iglesia te dirán su opinión verdadera sobre tus prédicas. Existen casi siempre, 3 desilusiones o frustraciones que las personas se guardan y no te contarán.

Cuenta la historia que después de cenar, el predicador y pastor principal estaban de pie saludando a los hermanos. Un niño de unos 6 años se acercó y dijo al predicador: Su prédica fue un asco. Con mucha vergüenza el pastor principal le dijo al niño que no importunara al predicador. Más aún, el niño corrió nuevamente con dirección al predicador y le dijo: ¿sabe que hemos escuchado todas sus bromas y no tienen ninguna gracia?

Con vergüenza ajena, otra vez el pastor principal le dijo al niño que se marchara. Pero este corrió de nuevo hacia el predicador y le dijo: Ya verás que nadie te vuelve a invitar. Justo en ese momento la mamá del niño que estaba a poca distancia, se percató de lo que ocurría. Fue en dirección al predicador y dijo: Por el amor de Dios, perdone a mi hijo. No sé exactamente lo que mi niño le ha dicho. Pero espero que lo disculpe, él solo tiene 6 años y está en la edad que solo repite lo que los demás dicen.

No todos te dirán lo que sienten sobre tu predicación, aunque podría ser muy útil que lo hicieran. Más aún, suelen expresar lo que sienten a sus compañeros o amigos más cercanos. Es cierto, tendrán varias cosas buenas que decir, pero también podrían expresar algunas frustraciones. Escucha y aprende de esas frustraciones, y será un mejor predicador del evangelio.

Hablas Mucho y pasas del tiempo establecido

Eran el tipo de pareja que cualquier pastor desearía tener en su iglesia. Una pareja extremadamente fiel, que se ofrece como voluntaria siempre en la iglesia, sirve en los seminarios de la iglesia y van a evangelizar a los perdidos. Un día mientras almorzábamos, la esposa me dijo: «Me encanta nuestro pastor. Sus mensajes me ayudan. Pero me gustaría que no hablara tanto. No aguanto mensajes de más de 1 hora».

La verdad es que pocas personas pueden. La capacidad de atención de una persona normalmente es de 30 minutos. La cantidad que uno retiene después de treinta minutos es muy diferente a la que retiene antes de los 30 minutos. No importa lo bueno que sea un predicador; si se superan los treinta minutos, la gente empieza a mirar el reloj, a pensar en su agenda para el día siguiente o a pensar sobre lo que sucedió la semana pasada.

Además, ¿cómo prefieres que se vaya la gente? Diciendo: «Ojalá hubiera hablado más tiempo» o diciendo: «Ojalá hubiera parado antes». Si deseaban que hubieras hablado más tiempo, probablemente volverán para escucharte de nuevo. Eso es exactamente lo que quieres que hagan: que vuelvan una y otra vez. Los mensajes de treinta minutos garantizan esto mucho más que los mensajes de 1 hora. Siempre les he recordado a mis alumnos de la escuela teológica en Brasil, que Dios los ha llamado a predicar sobre la eternidad; no a predicar una la eternidad.

Hablas Mucho De Ti Mismo

Una persona dijo de un conocido pastor: «Me gusta oírlo, pero muchas de sus historias son sobre sí mismo, su esposa y sus hijos. Al final, me canso de oír hablar de ellos».

Hablar un poco de tu familia puede resultar útil en un mensaje, sobre todo cuando muestras las luchas y problemas que pasan como familia. Los hermanos de la iglesia deben saber que tu familia no es perfecta. La transparencia y sinceridad siempre ayudarán, pero MUCHA información es posible que parezca puro ego. La gente podría pensar: En vez de pedirme que entre en tu mundo, porque no entras en el mío.

Cuando compartes con intención y de forma secreta conversaciones sobre personas que no viven detrás de las mismas paredes que tú, me llama la atención 2 cosas: La primera es que estás «centrado en los demás», no en ti mismo. La segunda es que disfrutas estar con la gente, incluso con los que no forman parte de tu familia. Das la impresión de ser un predicador que se preocupa por los demás. Así que si desearía hacerte una pregunta sobre una lucha por la que estoy pasando, porque pareces tener el interés y el tiempo para hablar. En otras palabras, me pareces una persona enfocada en los «otros».

Tus Mensajes Son Demasiado Secos

Un pastor llamó a una mujer que hacía tiempo que no iba a la iglesia y le preguntó: ¿Dónde has estado?. Ella respondió: Bueno pastor, usted sabe como son las cosas. Los niños han estado enfermos, y luego llovió, llovió, llovió, llovió. Él le dijo: ¿Por qué no vienes a la iglesia? Ella respondió: Allí siempre está seco. En verdad, esa es otra razón por la que no he ido. Es porque está muy seco por allí en la iglesia.

Cuando la gente viene a la iglesia, necesita refrescarse. Piensa conmigo, la última semana ha sido difícil para ellos. Quieren saber cómo vencer la próxima semana. Los mensajes secos no les ayudan; los que los alimentan sí. Hay tres cosas que ayudan a animar un mensaje seco y lo comparto contigo:

1) Las Ilustraciones Bíblicas

A la gente le encantan las historias. Las historias reales que suceden en la calle, en los restaurantes, en el lugar de trabajo y en el hogar captan mi atención. Las historias extraídas de los periódicos, las revistas, los programas de televisión y el cine me animan y captan verdaderamente mi atención. No me refiero a cualquier tipo de historias, sino a las historias que pueden usarse para una ilustración bíblica. Ilustra lo que estás hablando de la Escritura con algo tan real, que la gente pueda sentir como si estuviera allí y lo viera ocurrir. Por eso, los predicadores a los que da gusto escuchar no solo estudian la Biblia; sino también leen el periódico.

2) El Humor En Las Historias e Ilustraciones

Algunas de las ilustraciones deben contener humor. He viajado por muchos lugares y la gente me comenta sobre los predicadores que les gustan. Cuando pregunto la razón por la que les gustan, casi siempre comentan: Tiene un gran sentido del humor. Me hace reír. La gente quiere reírse y necesita algo porque reír. Eso no significa que tengas que ser un cómico ambulante; Dios te ha llamado a ser un predicador que predica el evangelio, no un payaso de circo.

Yo creo que la parte efectiva de la comunicación es el humor. Como la gente disfruta tanto del humor, es una parte esencial de las iglesias en crecimiento. Recuerdo a un pastor que dijo: Si encuentran una iglesia que está alcanzando a la gente, encontrarán una iglesia que se ríe junta.

3) La Pasión Con La Que Predicas

Si lo que predicas no te emociona, tampoco me emocionará, así de simple. Y es más me hará dormir. Así que, por esta razón nunca he oído de un sermón predicado con emoción que la gente llamara «seco». Nuevamente, por favor no me malinterpretes: la gente no espera que seas el «alma de la fiesta». Pero debes hacerles saber que el tema del que hablas se ha apoderado de ti, y que deseas que se apodere de ellos también. Te apasiona tanto lo que predicas que no puedes esperar para transmitirlo.

Imagínate y piensa en los que te escuchan en la iglesia cada vez que predicas. Reflexiona en estos 3 puntos: Hablas por mucho tiempo. Hablas mucho de ti. Tus mensajes son secos. Si te caracterizan estas 3 cosas, la gente que te quiere y respeta, tal vez no quiere decírtelo por miedo a herir tus sentimientos. Por lo tanto esfuérzate en cambiar estas 3 cosas de las que hemos hablado, y verás los resultados rápidamente. Los que te escuchen desearán oírte nuevamente. Y tal vez lo que escuches decir: No me gusta salir de vacaciones y no poder venir a la iglesia, extraño de verdad el poder escucharte cuando ministras.

2 COMENTARIOS

  1. Amen gracias, hno pastor sus encenansas me instruyen mucho, y ayudan a poer horden en mi predica bendiciones y adelante

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