Predicar Sobre «La problemática de la Iglesia» es una fórmula para la catástrofe

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Predicar Sobre "La problemática de la Iglesia" es una fórmula para la catástrofe

¿Por qué predicar de «Los problemas de la Iglesia actual» es una fórmula para el caos?

No esta demás decir que la iglesia actual pasa por problemas muy intensos, ¿no es verdad? Oímos de quejas y más quejas de iglesias y ministerios. Nosotros mismos en alguna oportunidad nos hemos quejado de esas fallas. Pero ¿cuáles son estos problemas?

a. «El grande problema de la iglesia actual es que ya nadie quiere compromiso». ¡Nadie quiere comprometerse!

b. Los problemas de la iglesia actual vienen de dar el énfasis a lo externo antes que lo interno.

c. «La iglesia actual con el perdón de los que estamos un poquito subidos de peso, quiere ser gorda y feliz, no les importa nada más que ellos mismos». Yo lo llamo el liderazgo de ver su propio ombligo.

d. «Nuestra iglesia es pequeña, pero predicamos la Palabra verdadera, a diferencia de la mayoría de las iglesias de hoy».

Todas estas quejas son recogidas a lo largo de visitar varios ministerios e iglesias.

Ninguna de estas quejas es de personas no creyentes o de asistentes regulares a la iglesia, por supuesto. Son todas de pastores y líderes de iglesias.

Con base en estas quejas y en muchas otras parecidas, quiero sacar 3 conclusiones:

1) Nadie cree ser el problema de la iglesia actual

La culpa siempre es del otro, ¿no es verdad?

Muy pocas veces, si es que alguna, veo quejas como las mencionadas anteriormente, seguidas de una seria autoevaluación y arrepentimiento personal. Oh, claro, algunos de ellos lanzan el obligatorio verso «búscame, oh Dios…», pero el tono de todo es siempre lo mala que se ha vuelto la otra iglesia. O lo pecaminosa que se ha vuelto la comunidad que nos rodea, como lo demuestra el hecho de que se niegan a acudir a nuestra iglesia para escucharnos quejarnos de ella. Así que seguimos adelante, convencidos de que somos «el remanente justo del Señor».

Sí, es un hecho que la iglesia tiene problemas reales hoy en día. Pero si eres cristiano -especialmente si eres un líder de la iglesia- quejarse de la iglesia sin mirarse seriamente a sí mismo y a su iglesia es como quejarse de su reflejo en el espejo, ¡y culpar al espejo! «Ellos» somos nosotros.

En caso de que te preguntes dónde está mi propia autoevaluación, este escrito es demasiado pequeño para eso. Hace falta un libro para tocar solo la punta del iceberg.

2) La iglesia siempre ha tenido estos problemas

Cuando la gente se queja de que los cultos de la iglesia actual y dice que no son tan buenos como deberían ser, que nuestra adoración es a menudo más de entretenimiento que de participación, que la predicación es a menudo superficial, que el discipulado es a veces inexistente, tengo que estar de acuerdo refunfuñando.

Cuando recuerdan los días en que hacíamos la iglesia mejor de lo que la hacemos hoy; estoy en total desacuerdo. El hecho es que nunca hemos hecho la iglesia mejor que ahora. Es claro, ha habido focos de gloria. Y todavía los hay hoy. Siempre ha habido iglesias buenas y saludables de todas las formas y tamaños. He estado en muchas de ellas y creo que soy pastor de una de ellas.

Que el culto de la iglesia no sea el ideal no es nada nuevo. Inclusive el apóstol Pablo se quejó de que los cultos de la iglesia en Corinto a menudo hacían «más daño que bien».

De hecho, por eso tenemos muchas de las cartas del Nuevo Testamento. Pablo, Juan y otros escribieron MUCHO a las iglesias y sus líderes sobre la necesidad de corregir los errores que estaban cometiendo. A veces, los terribles pecados que estaban orgullosos de cometer (¿Te parece conocido?).

Piensa cuán corto sería el Nuevo Testamento si la iglesia primitiva hubiera sido el lugar ideal que nos gusta imaginar. Los problemas de la iglesia no son nada nuevo. Pero, a pesar de 2.000 años de errores, la iglesia sigue creciendo y avanzando.

Esto me hace reflexionar que hay alguien más que debe estar a cargo de esto y con un propósito eterno.

3) Los hacedores rara vez se quejan, mientras que los murmuradores no avanzan

Parece haber una relación inversa directa entre los que se quejan del estado de la iglesia y los que trabajan para cambiar el estado de la iglesia (Ojo aquí).

Cuanto más trabajan, menos se quejan. Mientras que los que se quejan no parecen estar haciendo mucho para cambiar las cosas. Como siempre digo «Podemos quejarnos de la nueva generación o podemos ministrarlas – pero no podemos hacer ambas cosas».

Hagamos Una Mejor Iglesia

La iglesia no ha empeorado. Siempre ha tenido estos problemas. Una mezcla de bueno, malo e indiferente. Pero sigue avanzando y creciendo. Tal como Jesús dijo que lo haría.

Así que si, siempre ha habido malas iglesias y malos cultos eclesiásticos.

La respuesta para las malas iglesias de hoy es la misma de siempre. Hagamos la iglesia mejor. Aprendamos de nuestros errores. Volvamos a invertir en el Gran Mandamiento y la Gran Comisión.

Nunca ha habido una iglesia perfecta, ni una época perfecta de la historia de la iglesia. Alguien dijo que: «La iglesia dejó de ser el lugar perfecto desde que llegaste tú».

Dios es el mismo de siempre. También lo son las personas. Dios no cambia, nosotros si, así que aprovechemos el tiempo que nos fue dado.

Quejarse no cambia las cosas, es más el quejarse no produce nada. Lo único que importa es hacer mejor lo esencial. Y cualquier iglesia, de cualquier tamaño, presupuesto o denominación, puede hacerlo.

¿Qué declaras? ¿Podemos estar de acuerdo en que la respuesta para una mala iglesia es hacer una iglesia mejor?

Si quieres ampliar un poco este asunto, por favor lee: 1 Corintios, Juan 1:2-26, Mateo 16:18

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