Apocalipsis 15:2 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Luego de la presentación en escena de los siete ángeles, Juan ve el cielo centelleante de luz y, en él, a los mártires producidos por la persecución del Anticristo, y les oye cantar «el cántico de Moisés y el del Cordero»: Dicen así estos versículos en la NVI: «Y vi como un mar de vidrio, mezclado con fuego y, de pie junto a la orilla del mar, a los que habían salido victoriosos de la bestia, de su estatua y del número de su nombre. Tenían arpas de Dios y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero:

Grandes y maravillosas son tus obras,

Señor Dios Todopoderoso.

Justos y fieles son tus caminos,

Rey de los siglos.

¿Quién no te temerá, Señor,

y no dará gloria a tu nombre?

Porque sólo tú eres santo.

Todas las naciones vendrán

y se prosternarán ante ti,

porque tus actos justos han quedado manifiestos».

1. Lo del «mar de vidrio», que ya vimos en Apo 4:6, sirve para indicarnos la serenidad del cielo, donde no hay olas que se agiten como en los mares de la tierra. Aquí aparece «como … mezclado con fuego». Todos los símbolos están llenos de sentido: El mar refleja la gloria de Dios; en el capítulo Apo 4:6 es «semejante al cristal» (gr. hómoia krustállo), e indica la santidad de Dios; aquí está mezclado con fuego, porque simboliza el juicio divino que surge precisamente de las demandas de Su santidad. El hecho de que sus santos puedan sostenerse sobre él refleja la fidelidad de Dios en mantener a los Suyos allí a semejanza de Su carácter divino. Ironside sugiere que ese mar simboliza la Palabra de Dios con sus muchas y preciosas promesas (v. 2Pe 1:4). Por su parte, Bartina (ob. cit., pág. 760) hace la observación siguiente: «El pavimento del cielo (Apo 4:6) inmenso como mar y traslúcido como cristal, estaba mezclado con fuego (gr. memigménen purí). Se ha de tener presente que el gran mar del firmamento, visto por arriba, era el pavimento celeste, según los hebreos. Nunca hay olas en el azul del firmamento». Según el mismo autor, lo de mezclado con fuego no significa «rayos» ni «relámpagos», sino que equivale a centelleo, porque dice él : «Como en el cielo brillan las estrellas, lucían también por la otra parte».

2. El original dice que, de pie sobre el mar hialino (no, a la orilla), estaban los vencedores (en participio de presente, como si la procesión de vencedores no se hubiese acabado todavía). Obtenían esa victoria de (gr. ek, preposición de origen) la bestia y de su imagen y del número de su nombre (lit.), es decir, de las tres agencias de persecución mencionadas en el capítulo Apo 13:1-18. Han sido martirizados por la Bestia a causa de su fidelidad (v. Apo 13:1-10); su resurrección y su galardón aparecerán en Apo 20:4-6.

3. El versículo Apo 15:2 termina diciendo que «tenían arpas de Dios», es decir, conforme al uso de esta figura un superlativo en otros lugares, arpas de un número de cuerdas mucho mayor que el acostumbrado. Dice Bartina (ob. cit., pág. 760): «Al principio el kinnor poseía solamente tres o cuatro cuerdas. Más tarde tuvo éxito persistente el de siete. Luego llegó a tener ocho, diez e incluso quince. Por la cantidad de cuerdas se expresa la amplitud y calidad musical de la instrumentación y, por ende, el vuelo de la cantata (cf. Apo 3:1; Apo 5:6)». Nótese la ausencia de arpas en Apo 7:9-17, lo cual indica ahora una posición privilegiada de los que han muerto por no adorar a la Bestia, etc.

4. Los versículos Apo 15:3 y Apo 15:4 nos hablan del cántico (o cánticos) que los mártires entonan, acompañándose de sus grandes arpas. No está claro si los cánticos son dos o tres o uno solo. Bartina se inclina por tres. Otros (entre ellos, Bruce, Davidson, etc.) opinan que son dos. Citando a Lee, W. Smith se inclina por uno solo. Dice así (ob. cit., pág. 1.514): «El cántico en que Moisés celebró la liberación de Egipto es renovado ahora y recibe su perfecto final cuando el pueblo de Dios es libertado definitivamente por el Cordero». Me inclino por la opinión de Bruce, quien aduce Éxo 15:1-18; Deu 32:4, como reminiscencias recogidas aquí como cántico de Moisés (comp. Éxo 32:4 con Apo 15:3), y Apo 5:12 como base para el cántico del Cordero. Nótese el epíteto «el siervo de Dios», que se aplica aquí a Moisés, conforme al título que Dios mismo le otorgó (v. Núm 12:7; Jos 1:1).

5. Con respecto al cántico mismo que nos ofrecen los versículos Apo 15:3-4, destacan los siguientes detalles:

(A) Además de los lugares citados como base de este nuevo «cántico de Moisés» (¿y del Cordero?), que son Éxo 15:1-18 y Deu 32:3, Deu 32:4, pueden verse también Sal 86:9; Sal 111:2; Sal 139:14; Isa 66:23; Jer 10:7 y Ose 14:9.

(B) La expresión «grandes y admirables» con que comienza el cántico (v. Apo 15:3), sólo se halla aquí y en el versículo Apo 15:1 (en singular) en todo el Nuevo Testamento, como ya indicamos anteriormente. Los dos vocablos se hallan dispersos en muchos otros lugares, pero sólo en Apo 15:1, Apo 15:3 se hallan unidos.

(C) El cántico glorifica el poder, la justicia y la rectitud de los caminos de Dios y Su santidad incomparable, a la vez que anticipa la universalidad del culto que se le tributará durante el Milenio (v. Apo 15:4). En el original faltan los verbos, pero el pensamiento parece ser de un tiempo presente con intención de futuro. Los caminos de Dios (Su conducta característica constante) son llamados aquí justos por su perfecta rectitud, y verdaderos (gr. alethinaí) por su fidelidad en cumplir sus promesas, aun cuando el término griego puede tener mayor amplitud: son genuinos, conforme a verdad, cual compete al que es la Verdad por esencia. Los mejores MSS terminan el versículo Apo 15:3 con el epíteto «el Rey de las naciones», aunque son muchos también los MSS que dicen «de los siglos»; y unos pocos, «de los santos». No cabe duda, como hace notar Walvoord, que el primero cuadra mejor con el actual contexto de soberanía universal de Dios.

(D) En el versículo Apo 15:4, la frase «pues (Tú) solo (eres) santo» (lit.) expresa el carácter esencialmente santo (gr. hósios, sagrado) de su persona y de todo lo que de Dios emana: propósitos, actividades, promesas, preceptos, etc. Lo de «tú solo eres santo» indica también que solamente Dios tiene en sí, esencialmente y como en su fuente, la santidad (comp. con Luc 18:1-43; Luc 19:1-48; Jua 17:3; 1Ti 6:16). La interrogación con que comienza el versículo Apo 15:4 da a entender que, aunque ahora (durante la Gran Tribulación) sean muchos los que no le temen ni le glorifican, se vislumbra un próximo futuro en que ello se cumplirá (comp. con Apo 14:7; Jer 10:7). El final mismo del versículo lo confirma (comp. con Sal 2:8, Sal 2:9; Sal 24:1-10; Sal 66:1-4; Sal 72:8-11; Sal 86:9; Isa 2:2-4; Isa 9:6, Isa 9:7; Isa 66:18-23; Dan 7:14; Sof 2:11; Zac 14:9). Por eso, se concluye con la manifestación de los justos juicios de Dios; de un Dios todopoderoso, recto, verdadero, santo, justo y digno de ser adorado. Hay quienes piensan que el gozo de los santos es no sólo porque la ira de Dios tiene su cumplimiento, sino también su acabamiento (v. Apo 15:1).

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