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    Juan 5 - Biblia Castilian 2003

    El paralítico de Betesda

    1. Después de esto, los jud os celebraban una fiesta y Jesús subió a Jerusalén.

    2. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina, llamada en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos.

    3. Yac a en éstos una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paral ticos.

    4.

    5. Hab a un hombre all que llevaba treinta y ocho a os enfermo.

    6. Al verlo Jesús tendido, y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo as, le pregunta: "¿Quieres curarte?".

    7. El enfermo le contestó: "Se or, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; y para cuando yo llego, ha bajado otro antes que yo".

    8. D cele Jesús: "Levántate, toma tu camilla y vete".

    9. (9a) Y al instante, el hombre quedó sano, tomó su camilla y se puso a andar. (9b) Pero aquel d a era sábado.

    10. Por tanto, los jud os dec an al que hab a sido curado: "Es sábado, y no te es l cito llevar a cuestas la camilla".

    11. Pero él les contestó: "El mismo que me curó, me dijo: "Toma tu camilla y vete"".

    12. Ellos le preguntaron: "¿Quién es ése que te ha dicho: "Tómala y vete?"".

    13. Pero el hombre curado no sab a quién era, pues, como hab a all mucha gente, Jesús desapareció.

    14. Después, Jesús lo encuentra en el templo y le dice: "Ya quedaste sano; no peques más, para que no te suceda algo peor".

    15. El hombre fue a decir a los jud os que era Jesús el que lo hab a curado.

    16. Y por esto los jud os persegu an a Jesús, porque hac a tales cosas en sábado.

    17. Pero él les replicó: "Mi Padre todav a sigue trabajando, y yo sigo trabajando también".

    18. Por esto, precisamente, los jud os pon an aún más empe o en matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que, además, dec a que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

    La autoridad del Hijo

    19. Entonces Jesús, tomando la palabra, les dijo: "De verdad os aseguro: nada puede hacer el Hijo por s mismo, como no lo vea hacer al Padre; porque lo que éste hace, también, y de modo semejante, lo hace el Hijo.

    20. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará obras mayores que éstas, de suerte que vosotros quedaréis maravillados.

    21. Pues lo mismo que el Padre resucita a los muertos devolviéndoles la vida, as también el Hijo da vida a los que quiere.

    22. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo el poder de juzgar lo ha entregado al Hijo,

    23. a fin de que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió.

    24. De verdad os aseguro: quien escucha mi palabra y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.

    25. De verdad os aseguro: llega la hora, y es ésta, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que la escuchen vivirán.

    26. Porque del mismo modo que el Padre posee vida por s mismo, as también concedió al Hijo el poseerla por s mismo.

    27. Y le dio autoridad para juzgar, porque es Hijo del hombre.

    28. No os maravilléis de esto; porque llega la hora en que todos los que yacen en la tumba han de o r su voz:

    29. y los que hicieron el bien saldrán para resurrección de vida; los que hicieron el mal, para resurrección de condena.

    Testigos de Cristo

    30. Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo conforme a lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

    31. "Si fuera yo el que da testimonio de m mismo, mi testimonio no ser a válido.

    32. Es otro el que da testimonio de m; y sé bien que el testimonio que él da de m, ése s es válido.

    33. Vosotros habéis enviado a preguntar a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad.

    34. No es que yo pretenda obtener de un hombre testimonio en mi favor; si os lo recuerdo, es para que os salvéis.

    35. Juan era la lámpara que arde y que ilumina, aunque vosotros sólo por un momento quisisteis gozar de su luz."

    36. "Yo tengo un testimonio que es superior al de Juan: las obras que el Padre me ha encomendado llevar a término, estas mismas obras que yo estoy haciendo, dan testimonio en favor m o de que el Padre me ha enviado.

    37. Y el Padre que me envió, Él mismo ha dado testimonio de m. Nunca habéis o do vosotros su voz, nunca habéis visto su rostro;

    38. ni tenéis su palabra que permanezca en vosotros, porque no creéis a aquel a quien Él envió.

    39. Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de m.

    40. Y, sin embargo, ¡no queréis venir a m para tener vida!"

    41. "No es de los hombres de quienes yo recibo la gloria.

    42. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios.

    43. Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recib s; si viniera algún otro en nombre propio, a ése si lo recibir ais.

    44. ¿Cómo vais a poder creer vosotros, que andáis aceptando gloria unos de otros, pero no buscáis la que viene del Dios único?

    45. No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre. Ya hay quien os acuse: Moisés, en quien vosotros tenéis puesta la esperanza.

    46. Porque, si creyerais en Moisés, también creer ais en m, porque acerca de m escribió él.

    47. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?"