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domingo, junio 16, 2024
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    Jueces 18 - Serafín de Ausejo 1975

    Micaía y los hombres de Dan

    1. Por aquellos días no había rey en Israel. La tribu de Dan andaba buscando un territorio para establecerse, porque hasta aquel entonces no le había correspondido heredad en medio de las tribus de Israel.

    2. Los danitas enviaron de entre los suyos a cinco hombres de sus familias, hombres valerosos, desde Sorá y Estaol, para explorar y reconocer el territorio. Les dijeron: "Id a reconocer el territorio". Llegaron a la montaña de Efraín, hasta la casa de Micá, y allí pasaron la noche.

    3. Mientras estaban ellos junto a la casa de Micá, reconocieron al joven levita por la voz y, dirigiéndose a él, le dijeron: "¿Quién te ha traído aquí y qué haces por estos lugares? ¿A qué te dedicas?".

    4. Él les respondió: "Esto y lo otro ha hecho Micá por mí: me ha tomado a sueldo para que sea su sacerdote".

    5. Ellos le dijeron entonces: "Consulta, por favor, a Dios, para que sepamos si vamos a tener éxito en el viaje que hemos emprendido".

    6. Respondióles el sacerdote: "Id en paz, pues el viaje que hacéis está bajo la mirada de Yahveh".

    7. Los cinco hombres partieron y llegaron a Lais. Vieron que aquella gente vivía confiada, a la manera de los sidonios, tranquila y segura, sin que faltara nada en el país, rico en recursos, alejado de los sidonios y sin relación alguna con nadie.

    8. Regresaron luego adonde sus hermanos de Sorá y Estaol y sus hermanos les preguntaron: "¿Qué noticias traéis?".

    9. Ellos respondieron: "Preparémonos a subir contra ellos. Hemos visto la tierra, que realmente es buena. No perdáis tiempo ni vaciléis en poneros en camino para ir a ocupar esa tierra.

    10. Cuando lleguéis, encontraréis un pueblo confiado; y la tierra es espaciosa en todas direcciones. Ciertamente que Dios ha de entregar en vuestras manos una región donde no falta nada de cuanto hay en la tierra".

    11. Emigraron de allí, de Sorá y Estaol, seiscientos hombres de la tribu de Dan, bien equipados de armas de guerra.

    12. Subieron y acamparon en Quiriat Yearín de Judá. Por eso se llama aquel lugar "Campamento Dan" hasta el día de hoy. Está al oeste de Quiriat Yearín.

    13. De allí pasaron a la montaña de Efraín y llegaron hasta la casa de Micá.

    14. Los cinco hombres que habían explorado la tierra de Lais tomaron la palabra y dijeron a sus hermanos: "¿No sabéis que en aquellas casas hay un efod, unos terafim, una estatua y una imagen de metal fundido? Considerad ahora lo que habéis de hacer".

    15. Dirigiéronse allá, llegaron a la casa del joven levita, a la casa de Micá, y le dieron el saludo de paz.

    16. Los seiscientos hombres danitas bien armados se quedaron a la entrada de la puerta.

    17. Los cinco hombres que habían ido a explorar el país entraron, se apoderaron de la estatua, del efod, de los terafim y de la imagen de metal fundido, mientras el sacerdote estaba a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados.

    18. Entraron, pues, aquéllos en la casa de Micá y se apoderaron de la estatua, del efod, de los terafim y de la imagen de metal fundido. El sacerdote les preguntó: "¿Qué estáis haciendo?".

    19. Ellos le respondieron: "Cállate, ponte la mano en la boca; ven con nosotros y serás nuestro padre y sacerdote. ¿Qué prefieres, ser sacerdote de la casa de un hombre solo, o ser sacerdote de una tribu y de una familia de Israel?".

    20. Se alegró el corazón del sacerdote, tomó el efod, los terafim y la estatua y se fue con ellos.

    21. Se pusieron de nuevo en camino y se fueron, llevando delante en cabeza a los niños, el ganado y los objetos preciosos.

    22. Cuando ya se habían alejado de la casa de Micá, los hombres de las casas cercanas a la de Micá se reunieron para perseguir a los danitas.

    23. Dieron voces a los danitas, que volvieron el rostro y dijeron a Micá: "¿Qué te pasa para gritar así?".

    24. Respondió él: "Os habéis apoderado del dios que yo fabriqué y de mi sacerdote, y os vais. ¿Qué me queda a mí? ¿Cómo podéis decir: qué te pasa?".

    25. Respondiéronle los danitas: "No alces demasiado la voz contra nosotros, no sea que algunos se irriten, arremetan contra ti y pierdas tu vida y la de tu familia".

    26. Los danitas prosiguieron su camino y Micá, viendo que ellos eran más fuertes que él, dio la vuelta y retornó a su casa.

    27. Ellos se apoderaron, pues, de lo que había fabricado Micá y del sacerdote que estaba con él y se dirigieron contra Lais, contra un pueblo tranquilo y confiado; los pasaron a filo de espada, y prendieron fuego a la ciudad.

    28. No hubo quien viniera en su auxilio, porque la ciudad estaba lejos de Sidón y no tenía relaciones con nadie. Estaba situada en el valle que hay junto a Bet Rejob. Reedificaron la ciudad y se establecieron en ella.

    29. Pusieron a la ciudad el nombre de Dan, que era el nombre de su antepasado Dan, hijo de Israel, aunque la ciudad se llamaba antes Lais.

    30. Los danitas entronizaron la estatua. Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moisés, y sus descendientes fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el día de la deportación del país.

    31. Instalaron en beneficio propio la estatua que Micá había fabricado y allí estuvo todo el tiempo que la casa de Dios permaneció en Siló.