Humanismo ¿Quiénes Son? Concepto | Definición | Historia

Humanismo ¿Es Una Religión, Secta, Movimiento, Creencia, Herejía, Iglesia, o Denominación?

Movimientos en la historia del pensamiento y la cultura. El término «humanismo» lo acuñó J. Niethammer, en el siglo XIX, aunque ya se hablaba de «humanistas» en el XVI y de estudios «humanísticos» desde el XVIII. Todo esto destaca, en primer lugar, el estudio de las lenguas y de los autores clásicos. Por otra parte, ha influido las disciplinas conocidas como «humanidades». Alguna forma de humanismo hace prevalecer en todo al hombre, situado en contraste, y por encima de Dios o lo divino.
Sin ubicarse exactamente en una u otra corriente, figuras ilustres de la erudición como Jacobo Burckhardt concibieron el humanismo como descubrimiento del hombre como hombre en el Renacimiento.
Esta era sirvió para crear una especie de humanismo religioso y se produjo el renacimiento de los estudios clásicos, los que contrastaban con los estrictos límites de la ortodoxia religiosa en la Edad Media. Muchos de esos «humanistas» de los siglos XV, XVI, etc., eran profundamente religiosos, pero se inclinaban a cierta tolerancia, a la libertad de investigación y al deseo de profundizar en todas las materias relacionadas al fenómeno religioso. Entre ellos pudieran incluirse figuras como Desiderio Erasmo, Felipe Melanchton y Tomás Moro. Incluso Juan Calvino tuvo una formación humanista y marcadas tendencias que lo incluyen entre los intelectuales así considerados. Pero muchos otros «humanistas» eran simplemente indiferentes o escépticos en materia de religión.
En épocas más recientes, independientemente de los «humanistas cristianos», es decir, creyentes que estudian las humanidades y aman la investigación, ha tomado forma un humanismo secularizante en el que predomina cierto desprecio por todo lo religioso. Algunos de estos «humanistas» se han organizado contra la influencia religiosa en la sociedad.
Debe también reconocerse la diferencia en otro sentido. Ser «humanista» no indica necesariamente el carácter «humanitario» de una persona. Tampoco puede reducirse el cristianismo a una simple forma de humanismo.