Estudio Bíblico | Explicación de Jeremías 33:10 | Comentario Bíblico Online
Otra predicción del feliz estado de Judá y Jerusalén, después del regreso del cautiverio, con un futuro cumplimiento pleno en el reinado glorioso del Mesías.
1. Se promete que el pueblo que por tanto tiempo ha estado afligido, volverá a estar lleno de gozo. Todos sacaban ahora la conclusión de que el país quedaría desolado a perpetuidad, que no quedarían animales en tierras de Judá, ni habitantes en las calles de Jerusalén (v. Jer 33:10); pero, aunque el llanto continúe por algún tiempo, el gozo volverá por fin. Con la feliz llegada de los cautivos, volverá también (v. Jer 33:11) «el ambiente de vida social y religiosa: alegre bullicio en la vida familiar (Jer 7:34; Jer 16:9; Jer 25:10) y ciudadana (Jer 30:19; Jer 31:4, Jer 31:5, Jer 31:13; Isa 51:3), santificado con el clásico himno de acción de gracias que sube en el templo hasta Jehová bueno y misericordioso » (Asensio). Volverán a cantar los cánticos que no podían cantar en un país extranjero. Después de tanto tiempo, estos cánticos de alabanza les sonarán a cosa nueva. En Esd 3:11 hallamos esto cumplido literalmente. Todos los sacrificios tenían por objeto principal la alabanza, pero aquí predominan los sacrificios espirituales de humilde adoración y gozosa acción de gracias (comp. con Heb 13:15), «los terneros de nuestros labios» (Ose 14:2, lit.), que agradan a Dios más que un buey o un ternero.
2. Se promete que el país, que ha estado despoblado por largo tiempo, volverá a llenarse de gente (vv. Jer 33:12, Jer 33:13): En todas las ciudades de Judá y Benjamín habrá cabañas de pastores. Cuando regresen del cautiverio, el país no será morada de mendigos, que carecen de todo, sino de pastores y labradores. La descendencia de Jacob, en sus comienzos, se gloriaban de su oficio (Gén 47:3), y así será de nuevo, se dedicarán de lleno a ese empleo honesto, inocente y bucólico de apacentar rebaños, hacerles acostarse (v. Jer 33:12, al final) y hacerlos pasar bajo el cayado a fin de contarlos (v. Jer 33:13, al final), para ver si falta alguna res. Parecía increíble que un pueblo abatido hasta lo más bajo pudiera recuperarse hasta alcanzar tal grado de paz y prosperidad. Por lo que ha de quedar claro que esto se lleva a cabo en cumplimiento de la palabra de Dios (v. Jer 33:12: «Así dice Jehová de las huestes») y como arras de lo que sucederá en los últimos días (v. Jer 33:14).
3. En efecto, la profecía alcanza en los versículos Jer 33:14. un punto en que se observa una clara referencia al reino mesiánico futuro («He aquí que vienen días …»): «El Rey-Mesías emergerá de la dinastía davídica para gobernar en el reino milenario (v. Jer 23:5)» (Ryrie). Esta promesa, que corona todas las demás bendiciones que Dios tiene en reserva para Israel, es realmente (v. Jer 33:14) una «buena palabra», de la cual todo otro establecimiento de Israel en su país no es sino una lejana preparación. «Desde la deportación a Babilonia hasta Cristo» (Mat 1:17) es uno de los famosos períodos de la historia de Israel. Desde la Ascensión de Cristo a los cielos hasta su Segunda Venida (Hch 1:11), es el período más importante de la historia del mundo. Cristo es profetizado aquí:
(A) Como un Rey legítimo, pues es (v. Jer 33:15) un Renuevo de David, el «hijo de David», heredero del trono de su padre (Luc 1:32, Luc 1:33); por eso es «Renuevo de justicia», al que justamente corresponde el trono.
(B) Como un Rey justo, que obrará en todo con justicia: justas leyes, justo gobierno, justos juicios para vindicar el derecho de los que más necesitan la protección de un gobernante (v. Jer 33:15, al final): «ejecutará justicia y equidad en la tierra».
(C) Como un Rey que asegurará a sus súbditos la paz y la prosperidad (v. Jer 33:16): «En aquellos días Judá será salvo, salvo de enemigos de fuera y de dentro, salvo de la ira de Dios y de la maldición; y, por tanto, Jerusalén habitará segura, sin miedo al mal, y gozará del bien, confiada en este Príncipe de paz (Isa 9:6)».
(D) Como un Rey que de tal modo servirá a los intereses de los súbditos, que Jerusalén, como centro y sujeto de atribución de todo el país, será llamada con el nombre divino de Jehová es nuestra justicia (v. Jer 33:16, al final, comp. con Jer 23:6; Isa 45:24, Isa 45:25; 1Co 1:30; 2Co 5:21; Flp 3:9). Los versículos Jer 33:15, Jer 33:16 repiten, con algunas variantes, Jer 23:5, Jer 23:6. Una de ellas es que en Jer 23:6 (al final), la frase «Jehová es nuestra justicia» es aplicada al Rey-Mesías, mientras que en Jer 33:16 (al final) es aplicada a Jerusalén. Como dice Kimchi (citado por Freedman): «Será algo así como la contraseña de los habitantes de la ciudad».
