Marcos 5:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Marcos 5:1 | Comentario Bíblico Online

Otro ejemplo del poder de Cristo sobre el «hombre forzudo». Este milagro fue llevado a cabo cuando habían llegado «al otro lado del mar» (v. Mar 5:1), adonde llegó a través de una tempestad. Su objetivo era ahora rescatar a esta pobre criatura de las manos de Satanás.

I. La miserable condición en que este hombre se hallaba: «poseído de un espíritu inmundo» (v. Mar 5:2). Su estado era lamentable, con accesos de locura tan violentos, cuales no se vieron en ningún otro de los posesos que fueron curados por el Señor.

1. «Tenía su morada entre los sepulcros» (v. Mar 5:3), en un lugar donde yacían los muertos. Estos sepulcros estaban apartados de las ciudades, en lugares desiertos. Quizás el demonio lo llevaba allá. Tocar un sepulcro comportaba contaminación. Los espíritus inmundos llevan a las personas a lugares y compañías que contaminan, y de este modo los mantienen bajo su poder. Al rescatar a las almas del poder de Satanás, Cristo salva a los vivos de entre los muertos.

2. Este hombre poseía una fuerza formidable y nadie le podía domeñar: «nadie podía atarle ni con cadenas». No sólo no servían de nada las cuerdas, por fuertes que fueran, sino que ni aun los grilletes y las cadenas podían sujetarle, puesto que rompía y destrozaba todo ello (vv. Mar 5:3-4). Esto muestra la triste condición de las almas que caen bajo el dominio del diablo. Algunos pecadores notoriamente voluntarios son como este loco. Los mandamientos y las maldiciones de la Ley son como cadenas y grilletes, destinados a refrenar a los pecadores de sus caminos perversos, pero ellos quiebran estas ataduras (Sal 2:3; Jer 5:5).

3. Sólo servía de terror y tormento, tanto a sí mismo como a cuantos le rodeaban (v. Mar 5:5). El diablo es un amo muy cruel. Esta desdichada criatura «andaba continuamente, de noche y de día, entre los sepulcros y por los montes, dando gritos y cortándose con piedras» ¿Qué es el hombre, cuando la razón es destronada, y Satanás es entronizado en él?

II. Su contacto con el Señor (v. Mar 5:6): «Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él». Este hombre acostumbraba correr hacia otros con rabia, pero hacia Cristo corrió con reverencia. Por la acción invisible de las manos de Jesús se pudo dominar a quien ni las cadenas ni los grilletes podían sujetar; su rabia y su furia amainaron en un instante y, aunque su gesto no significa propiamente adoración, sí que es un homenaje prestado obligadamente ante la presencia y el poder de un superior.

III. La palabra de mando que le dirigió Cristo: «Sal del hombre, espíritu inmundo» (v. Mar 5:8). El mismo Señor que hizo que el hombre corriese hacia Él y se postrara a Sus pies, hizo también que alcanzase alivio mediante la expulsión de sus atormentadores. Si Cristo actúa en nosotros para orar de corazón por ser libertados de Satanás, actuará también por nosotros para conseguirnos esa liberación.

IV. El miedo que el diablo tenía de Cristo. Usando la lengua del endemoniado, dijo el diablo «gritando con gran voz: ¿Qué tengo yo que ver contigo?» (v. Mar 5:7). Notemos en este versículo: 1. Que llama al Señor «Jesús», que significa «Dios salva». 2. Llama a Dios «Altísimo», esto es, superior a todos los demás pretendidos dioses. 3. Reconoce que Jesús es el «Hijo del Dios Altísimo». Con esto vemos que no es extraño oír las mejores palabras de las peores bocas. Una piedad de dientes para afuera es cosa fácil. El hipócrita mejor hablado no puede decir cosas mejores que éstas. ¡Y las dijo el diablo! 4. Al mismo tiempo, viene a decirle a Jesús: «¿Qué tengo yo que ver contigo?» (v. Mar 1:23); como si dijera: «No te metas conmigo, pues yo no me meto contigo»: es una de las mentiras del diablo, inspirada aquí por el miedo. 4. Por eso, añade: «Te conjuro por Dios que no me atormentes». También Caifás se atrevió a conjurarle por el Dios viviente (v. Mat 26:63). El demonio reconoce abiertamente el poder absoluto de Jesús y le suplica que, en caso de salir del poseso, no le envíe de inmediato al abismo.

V. El siguiente diálogo de Jesús con los demonios no se halla en Mateo. Cristo pregunta al demonio: «¿Cuál es tu nombre?» La respuesta es: «Mi nombre es legión, porque somos muchos» (v. Mar 5:9). Esto insinúa: 1. Que los demonios están organizados paramilitarmente (comp. con Efe 6:12). Las huestes diabólicas hacen guerra contra Dios y Su gloria, contra Cristo y Su Evangelio, contra los hombres y su santidad, tanto como contra su felicidad. 2. Que son numerosos. Una legión romana constaba de unos 6.000 soldados. Aunque no fuese precisamente ese el número de los demonios que habían tomado posesión de este hombre, lo cierto es que eran muchos. 3. Que actuaban de común acuerdo, como una legión alistada bajo la misma bandera y para la misma causa perversa. 4. Que son poderosos y temibles. ¿Quién puede hacer frente a una legión? Con nuestras propias fuerzas, somos incapaces de luchar con éxito contra un enemigo tan formidable pero en el Señor, y con el poder de Su fuerza, podemos resistir a nuestros enemigos espirituales.

VI. La súplica que esta legión de demonios hizo a Cristo, de que les permitiera entrar en una piara de cerdos que «pacía en la ladera del monte» (v. Mar 5:11). La petición era: 1. «Que no los enviara fuera de la región» (v. Mar 5:10) no sólo que no les atormentara antes de tiempo, sino que no les expulsara de la región. Parece ser que tenían especial afición (o, más bien, especial desprecio) a la región aquella. 2. Que les permitiera entrar en los cerdos (v. Mar 5:12).

VII. El permiso que Cristo les dio de entrar en los cerdos y la subsiguiente perdición de la piara (v. Mar 5:13). «Él les dio permiso». Inmediatamente, «los espíritus inmundos, saliendo, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, corrió a precipitarse por el acantilado al mar, y se ahogaron en el mar». Los espíritus inmundos entraron en los cerdos, que eran animales inmundos según la Ley. Los hombres que, como los cerdos, se deleitan en el fango de los placeres sensuales, son morada apta para habitación de Satanás. ¡Triste final el de aquellos cerdos, pero más triste el de los hombres que gustan de ensuciarse en el pecado, precipitándose así de cabeza en el Infierno, a menos que se lleguen a Jesús con fe y arrepentimiento!

VIII. Lo sucedido se divulgó rápidamente por toda la comarca. Los que apacentaban a los cerdos se dieron prisa en comunicar a sus amos lo ocurrido (v. Mar 5:14). Eso reunió a mucha gente y la incitó a venir por ver lo que había pasado. Esta gente, precisamente cuando vieron al endemoniado sentado, vestido y en su sano juicio, les entró miedo (v. Mar 5:15). ¡Es asombroso! Ahora, que es cuando menos motivo había para tener miedo en aquel lugar, una vez curado el que sembraba el terror en aquellos contornos, es cuando tienen miedo ¡de Jesús! Dice Lenski: «En lugar de ser atraídos a Jesús, se apartan de Él. No veían su misericordia; sólo temían su poder. Esta reacción era enteramente anormal y sin razón, como lo son todas las reacciones de la incredulidad». Entretanto, el que había sido poseído por la legión de demonios, estaba vestido y en su sano juicio. Una vez que el diablo fue expulsado, el hombre recobró su sano juicio, «volvió en sí» (comp. Luc 15:17), para ser su «verdadera persona» (v. Ecl 12:13). Quienes se someten, en amor y obediencia, al poder de Cristo, no sólo se ven libres del poder de Satanás, sino que están capacitados para vivir «sobria, justa y piadosamente» (Tit 2:12).

IX. A continuación, contemplamos una de las escenas más tristes que los evangelistas nos han legado (v. Mar 5:17). La gente aquella, al ver lo que había ocurrido al endemoniado y a los cerdos «comenzaron a rogarle» (lo cual muestra que los dueños de los cerdos eran judíos, pues, de haber sido gentiles le habrían echado la culpa de la pérdida, y le habrían exigido) «que se alejara de los confines de ellos». La liberación del endemoniado y del peligro que su anterior condición constituía, no significaba nada para esta gente; lo único que ellos lamentaban era la pérdida de los cerdos. ¡Así se comportan todos los materialistas! Puestos a escoger entre Cristo y los cerdos, prefieren a éstos. Así que los demonios se salieron con la suya, puesto que su mayor deleite consiste en ver a los pecadores satisfechos con el amor del mundo (comp. 1Jn 2:15). Si estos hombres hubiesen dejado su grosero materialismo, Jesús tenía para ellos vida y felicidad genuina, pero al no estar dispuestos a renunciar al pecado ni a perder sus puercos, prefirieron abandonar al Salvador. No se puede servir a dos señores.

X. Finalmente, se nos dice cómo se comportó el pobre poseso después de su liberación. 1. «Le rogaba [a Jesús] que le dejara quedarse con Él» (v. Mar 5:18). 2. «Pero no se lo permitió» tenía para él otra labor que desempeñar: «Vete a tu casa, adonde los tuyos, y cuéntales todo cuanto el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo compasión de ti» (v. Mar 5:19). De esta manera, sus parientes, sus amigos y sus vecinos podían ser edificados por el testimonio de él e invitados a creer en Jesucristo. Debe poner un énfasis especial en la compasión de Jesús más aún que en su poder, al tener en cuenta el miserable estado en que antes se encontraba. 3. El hombre, en un transporte de alegría comenzó a proclamar por toda la comarca «cuánto había hecho Jesús por él» (v. Mar 5:20). El resultado fue que «todos se admiraban». Ahí termina el relato. Es de temer que muy pocos fuesen algo más lejos de esa admiración. Entonces, como ahora, muchos admiran a Cristo como a un gran Maestro, un buen hombre, incluso un mártir de una causa justa, pero no se entregan a Él como al único Salvador personal, necesario y suficiente.

Marcos 5:1 explicación
Marcos 5:1 reflexión para meditar
Marcos 5:1 resumen corto para entender
Marcos 5:1 explicación teológica para estudiar
Marcos 5:1 resumen para niños
Marcos 5:1 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí