Estudio Bíblico | Explicación de Miqueas 3:1 | Comentario Bíblico Online
Comienza aquí la segunda parte de la profecía de Miqueas. Este capítulo nos da en detalle el contenido de los versículos Miq 1:1-16 y Miq 2:1-13 del capítulo anterior. El juicio es uno solo, pero hay mucha variedad de imágenes vívidas, y aun crudas, siempre valientes.
1. Comienza el capitulo (v. Miq 3:1) llamando la atención («¡Oíd ahora!») a los gobernantes, es decir, a los jueces y magistrados del pueblo (v. Isa 1:10). A ellos corresponde el conocimiento (hebr. dáath) práctico, de aplicación a la vida, del derecho y de la justicia, pero ellos no obran según les compete (v. Miq 3:1). Su condenación (v. Miq 3:4) será digna de su perversidad: los que juzgan, serán juzgados (Rom 2:1). No se trata de un caso suelto, sino de una conducta habitual (vv. Miq 3:2, Miq 3:3). Aborrecen (v. Miq 3:2) lo bueno y aman lo malo; su ética está vuelta del revés. De tal manera se conducen con los pobres, que su explotación es descrita bajo las figuras (v. Miq 3:2, Miq 3:3) de despellejarlos, devorarlos, romperles los huesos y echarlo todo dentro de la olla.
2. Este pecado, expresado de una manera tan vívida, sube de punto al considerar que cada israelita había de ver en su prójimo «su propia carne y sus propios huesos» (comp. con Sal 14:4; Pro 30:14 y, sobre todo, Efe 5:29, Efe 5:30).
3. Cuando venga el castigo (v. Miq 3:4), clamarán a Jehová, pero no por arrepentimiento, sino por la angustia del tormento. Ya que ellos no han escuchado el clamor de los necesitados, tampoco serán escuchados ellos en aquel día (comp. con Jer 11:11; Pro 21:13). En lugar de escucharles, Jehová esconderá de ellos Su rostro.
