Significado de ABOMINACIÓN, ABOMINACIÓN DESOLADORA Según La Biblia | Concepto y Definición

ABOMINACIÓN, ABOMINACIÓN DESOLADORA Significado Bíblico

¿Qué Es ABOMINACIÓN, ABOMINACIÓN DESOLADORA En La Biblia?

Varias palabras hebreas se traducen “abominación”. En la mayoría de los casos corresponde a to’ebah que se refiere a algo repulsivo, detestable u ofensivo. Entre los ejemplos se incluyen la perversión sexual (Lev 18:22-26), el orgullo (Pro 16:5), la adoración hipócrita (Isa 1:13) y en especial la idolatría (por ej. Deu 7:25-26; 1Re 14:24; Eze 7:20).
Otro término es shiqquts que indica “algo detestable”. Las 28 veces que aparece en el AT está asociado con la idolatría y suele describir a los ídolos como algo desagradable y ofensivo para Dios. Otras palabras hebreas que se traducen “abominación” o “abominable” son piggul (alimentos ceremonialmente inaceptables; Lev 7:18; Lev 19:7; Isa 65:4; Eze 4:4) y ba’ash (literalmente “hedor”, pero se emplea como símbolo de algo ofensivo, repugnante u odiado; 1Sa 13:4).
Bdelugma también significa “algo detestable”; es el término griego que aparece seis veces en el NT y que generalmente se traduce como “abominación”. No hay duda de que la palabra en Mat 24:15; Mar 13:14; Apo 17:4-5 y posiblemente en Apo 21:27 se refiere a la idolatría.
La abominación desoladora se menciona cinco veces (Dan 9:27; Dan 11:31; Dan 12:11; Mat 24:15; Mar 13:14). El hebreo presenta leves variaciones, pero en las tres referencias de Daniel corresponde a formas de shiqquts (“abominación”) y shamem (“estar desolado, horrorizado”). La abominación desoladora es una acción, un objeto o una persona que hace que los adoradores abandonen el templo.
La “abominación” que se menciona en Dan 11:31 se produjo cuando Antíoco IV erigió un altar o una imagen pagana de Zeus (Júpiter) en el templo de Jerusalén en diciembre del 167 d.c. (1Ma 1:47; 1Ma 1:54; 2Ma 6:4-5; Antiquities [Antigüedades] de Josefo, 12.5.4; conf. Dan 8:13). Los intérpretes que señalan que el libro de Daniel se escribió durante el reinado de Antíoco IV a menudo sugieren que la expresión hebrea correspondiente a “abominación desoladora” (shiqquts shomem) es una modificación deliberada de Ba’al Shamen (“señor del cielo”), el equivalente sirio de Zeus. Los críticos también asumen que Dan 9:27 y Dan 12:11 se refieren a la blasfemia de Antíoco, en tanto que los eruditos evangélicos por lo general vinculan estos pasajes con la destrucción que llevaron a cabo los romanos en el 70 d.c. o con un sacrilegio del anticristo escatológico.
“Abominación desoladora” aparece dos veces en el NT (Mat 24:15; Mar 13:14). En el discurso sobre el fin de los tiempos, Jesús le atribuyó la expresión a Daniel e indicó que se cumpliría en el futuro. El testimonio fehaciente de Jesús señala que todas las referencias a la “abominación desoladora” no se cumplieron durante la época de Antíoco IV. Dado que Dan 11:31 alude a la blasfemia de Antíoco, las palabras de Cristo deben referirse a la “abominación desoladora” de Dan 9:27 y/o Dan 12:11. Por lo tanto, Jesús identifica la “abominación” que se menciona en estos pasajes con un futuro sacrilegio del templo de Jerusalén.
La mayoría de los eruditos vinculan esta “abominación desoladora” neotestamentaria con
(1) la destrucción del templo,
(2) el anticristo escatológico o
(3) ambas cosas. Podría referirse a cualquiera de las facetas de la revolución judía y de la destrucción de Jerusalén y el templo a manos de los romanos en el 70 d.c. , incluso la entrada de Tito al lugar santísimo (Josefo, Guerras 6,4,7; 7,5,5); el propio ejército romano (comp. Luc 21:20), en particular las insignias militares con imágenes idólatras (Josefo, Guerras 6.6.1); o la profanación del templo en el 67–68 d.c. que inflingieron los zelotes judíos (Josefo, Guerras 4,3,7–10). El sacrilegio del anticristo escatológico se menciona en 2Ts 2:3-12. Los que aluden a ambos acontecimientos argumentan que posee una doble aplicación. Dado que los elementos de la profecía de Jesús se extienden más allá de la destrucción llevada a cabo por los romanos en el 70 d.c. y aluden a Su venida (Mat 24:29-30; Mat 24:36-44), las opiniones 2 y 3 parecieran ser las más aceptables.
Ver Antíoco; Daniel, libro de; Intertestamentario, Período; Josefo, Flavio.

Stephen R. Miller

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