Significado de ALFARERÍA Según La Biblia | Concepto y Definición

ALFARERÍA Significado Bíblico

¿Qué Es ALFARERÍA En La Biblia?

Utensilios domésticos de uso diario cuyos restos constituyen la base para la determinación de la antigüedad de descubrimientos arqueológicos. Hay relativamente pocos textos bíblicos que aluden a los métodos y a los productos de alfarería, aunque la industria formaba parte vital de la estructura económica del mundo antiguo. Las pocas declaraciones sobre la preparación del barro, “como pisa el barro el alfarero” (Isa 41:25), y el fracaso y el éxito del alfarero sobre la rueda (Jer 18:3-4), apenas insinúan la importancia y la abundancia de “las vasijas de barro” en la antigüedad (Lev 6:21; Núm 5:17; Jer 32:14), el término colectivo corriente para la alfarería en la Biblia. Sin embargo, la obra del alfarero al darle forma al barro sin valor proporcionó la imagen que usaron escritores y profetas bíblicos para describir la relación creativa de Dios con los seres humanos (Job 10:8-9; Isa 45:9).
Los tiestos de cerámica (Job 2:8), aquellos restos indestructibles de la habilidad del alfarero, se recuperan en abundancia en cada emplazamiento arqueológico. No solo han traído claridad con respecto a las industrias de alfarería sino que también han arrojado luz sobre la migración de los pueblos y el comercio. Además se han convertido en la clave para establecer un marco cronológico más firme para otros datos culturales, en especial en períodos para los cuales hay pocos restos escritos disponibles o ninguno. Esto comienza en el período neolítico, antes del 5000 a.c. , cuando apareció por primera vez la alfarería.
La Biblia identifica una variedad de vasijas que probablemente provenían del taller del alfarero: “cántaro” para agua (Gén 24:14); “olla” (Éxo 16:3); “jarro” (Núm 7:85); “redoma” (1Sa 10:1); “vasija” para aceite y “tinaja” para harina (1Re 17:14); otro tipo de “vaso” (2Re 4:3); “taza” (Cnt 7:2); “tazas y jarros” (Isa 22:24); “cáliz” (Isa 51:17; Isa 51:22).
La producción alfarera
Dos factores parecen haber contribuido a la aparición más tardía de la alfarería cocida: que a los nómadas primitivos la alfarería les resultaba demasiado pesada para transportarla; y además, que descubrir y comprender el proceso de cocción fue un proceso largo de prueba y error.
La arcilla para la producción de alfarería se puede dividir en dos tipos: el silicato de aluminio puro (arcilla “limpia”), que no se encuentra en Israel, y el silicato de aluminio mezclado con óxido de hierro, con carbonos compuestos y otros ingredientes (lo que a veces se llama arcilla “rica”). El alfarero prepara la arcilla seca tamizando y quitando todo objeto extraño y dejándola reposar en agua para lograr gránulos uniformes. Cuando ha logrado la textura deseada, la mezcla apisonándola o sobándola con la mano, hasta estar listo para darle forma.
La alfarería más primitiva del período neolítico estaba hecha a mano. El barro se enrollaba sobre un pie o una base para darle la forma deseada. Estos esfuerzos primitivos de la industria del alfarero eran toscos y estaban mal cocidos. Otras vasijas se formaban a mano a partir de una bola de arcilla. Las innovaciones pronto condujeron al refinamiento de métodos y técnicas. Durante los períodos calcolítico y de la Edad de Bronce temprana (5000-2000 a.c.), las tablas o piedras giratorias constituyeron los prototipos de la rueda del alfarero. Se produjo un refinamiento de la rueda con la producción de dos discos horizontales de piedra con el cono correspondiente y el encaje adecuado lubricado con agua o aceite. En tanto que la piedra de abajo con la cavidad servía como base fija, la piedra superior permitía una rotación fácil y suave para resaltar la calidad y la productividad del alfarero. Durante la Edad de Bronce media, el uso de la rueda alcanzó una vasta utilización (aprox. 1900–1550 a.c.), aunque se han identificado unas pocas muestras de la Edad de Bronce temprana.
El alfarero rotaba la rueda y usaba ambas manos para “moldear” la arcilla húmeda desde la base hasta el borde dándole forma con la curvatura, el diámetro y la altura deseados. La vasija se dejaba secar hasta obtener la consistencia de un cuero duro. A esta altura, se le aplicaban las modificaciones que la caracterizaban tales como la base, las asas, las decoraciones sobresalientes y las adaptaciones del pico. La tintura y la ornamentación ocurrían luego con una variedad de opciones de barbotina y pintura, bruñido, incisiones, impresiones y relieves. Un segundo período de secado reducía aun más el contenido de agua hasta aprox. un 3%. Luego la vasija se cocía en un horno abierto o cerrado a temperaturas entre 450 y 950º C (850–1750º F).
Desde luego, los mejores artículos se obtenían a las temperaturas más altas y más constantes, resultado que determinaba la naturaleza del horno. Es probable que la cocción haya comenzado accidentalmente cuando la gente se dio cuenta de la calidad de las vasijas de arcilla que quedaban cerca o dentro del horno, o que se recuperaban luego de que se incendiaba un edificio o una ciudad. Primero, los materiales combustibles se quemaban sobre las vasijas en hornos abiertos. Con el tiempo, pareciera que las vasijas se apilaban encima del receptáculo con fuego. Finalmente, la necesidad de distribuir el calor en forma pareja condujo a la aparición de hornos cerrados. La introducción de los fuelles y el encendido con aire forzado proporcionaban las altas temperaturas deseadas.
La importancia del análisis de la alfarería para los estudios históricos
Cada cultura produjo su propia alfarería característica y perdurable. Esas cualidades distintivas le han permitido a los arqueólogos rastrear las “huellas digitales” de cada cultura a través del tiempo. El arqueólogo puede así describir la migración de una raza de un lugar a otro, la influencia de pueblos nuevos en una región o un área en particular y la actividad comercial de la gente. Para establecer un marco relativamente cronológico con el propósito de determinar fechas, estos eruditos han utilizado los cambios de un período al siguiente en las formas, en la decoración y en los materiales de alfarería. El tipo de alfarería en una capa o estrato de excavación proporciona claves para colocarle fecha, al menos de manera relativa, a todos los otros artefactos y restos arquitectónicos culturales dentro de ese estrato.
Desarrollo de la producción de alfarería en Palestina
La importancia del análisis de la alfarería por lo general se puede enfatizar reconociendo los principales desarrollos de dicha producción en Palestina período por período a través de toda la historia bíblica.
Período neolítico (7000–5000 a.C.)
La alfarería neolítica, los primeros intentos de esta importante industria, consistía en piezas pobremente hechas a mano y mal cocidas, aunque algunos tipos que incluían tazones y tarros de almacenaje estaban muy decorados con barbotina roja, bruñidos, pintados (líneas triangulares y en forma de zigzag, diseños de espina de pescado) y grabados (espina de pescado). Jericó, Sha’ar ha-Golan y otros sitios del Valle del Jordán han provisto los mejores ejemplos de estos desarrollos culturales primitivos.
Período calcolítico (5000–3000 a.C.)
Las culturas de Gassulian (en el Valle del Jordán) y de Beerseba (en el Neguev) han proporcionado las mejores colecciones para este período de avance en la alfarería. La decoración con cuerdas en estas piezas hechas a mano sugiere claramente el fortalecimiento práctico de las vasijas de arcilla con diversas redes o ribetes de cuerdas. La amplia variedad de formas y medidas indica la proliferación del uso doméstico y comercial para almacenamiento y transporte tanto de productos secos como líquidos y también de mercaderías.
Edad de Bronce temprana (3000–2000 a.C.)
Esta etapa se ha dividido en tres y posiblemente en cuatro períodos culturales distintos sobre la base de piezas de alfarería características del momento. El primer período (BA I) se caracteriza por artículos grises bruñidos, artículos con bandas de barbotina y artículos con barbotina roja bruñida. El segundo período (BA II) se identifica con los artículos “abidos” (cántaros y frascos de almacenaje con barbotina roja bruñida en la mitad inferior y triángulos y puntos pintados de color marrón y negro en la mitad superior) que se encontraron por primera vez en tumbas reales egipcias de la Dinastía I en Abidos, en el Alto Egipto y en la historia palestina. El tercer período (BA III) incluye cráteres (grandes tazones para mezclar o almacenar), tazones, cántaros y estrados que inicialmente se identificaron en Khirbet Kerak (Beth Yerak) en el extremo sur del Mar de Galilea, que posee una combinación característica de barbotina roja y negra muy bruñida. Esta cultura parece haberse originado al este de Anatolia. El cuarto período (BA IV) con innovaciones puede ser una continuación cultural del período previo.
Edad de Bronce media (aprox. 2000–1500 a.C.)
Una fase de transición (primero identificada como BM I y ahora principalmente como BA-BM) surgió como resultado de la actividad de tribus nómadas o seminómadas que destruyeron la etapa final de la cultura de la edad de BA.
Produjeron alfarería tradicional con formas englobadas y cilíndricas. Combinaban cuerpos formados a mano, cuellos hechos en la rueda y bordes ensanchados. El período introdujo el repulgue del borde de un pequeño tazón para producir una lámpara de cuatro mechas. El período patriarcal por lo general se identifica con el siguiente período (BM IIa). La alfarería refleja la llegada de una cultura muy desarrollada que dio como resultado una población próspera, urbanizada y sedentaria, con ricos lazos culturales con la región superior del Éufrates desde donde, según el texto bíblico, emigró Abraham. La alfarería exhibe excelente manufactura y, en muchos casos, sugiere el uso de prototipos de metal. Es posible que las vasijas semíticas más primitivas hechas sobre una rueda fueran hermosos tazones y vasijas carinados provenientes de este período. Con el advenimiento de la nueva rueda rápida los alfareros habilidosos fueron capaces de producir nuevas formas elegantes con cuerpos más anchos, bases estrechas y bocas ensanchadas, todo con detalles refinados. Durante el período BM IIb, un grupo fuera de lo común de jarras indican intercambio de alfarería con Egipto, que durante este período estaba unido políticamente a Siria-Palestina.
Edad de Bronce tardía (aprox. 1550–1200 a.C.)
Por lo general, este período coincide con la vibrante etapa del nuevo reino en Egipto cuando Palestina se encontraba principalmente bajo el control egipcio, gobierno que se volvió más concentrado y exigente hacia fines de esta edad. Canaán también mantenía extensas conexiones comerciales con poderes del Egeo y del noreste del Mediterráneo. Los jarros chipriotas llamados “bilbils” con forma de cabezas de semillas de amapolas (invertidas) eran una de las importaciones más populares de Palestina. Es probable que se hayan usado para transportar opio en vino o agua desde Chipre hacia otros sitios mediterráneos.
Claras distinciones en la alfarería sugieren nuevamente una división en tres períodos. El Bronce I tardío (aprox. 1550–1400) refleja una continuación de la vitalidad de la cultura de comienzos del período de Bronce medio. La alfarería del Bronce II tardío (aprox. 1400–1300) muestra un deterioro de formas y de calidad durante un período de inestabilidad política asociado con el período Amarna. Dicho deterioro se hace más evidente durante el Bronce IIb tardío (aprox. 1300–1200) a medida que la Dinastía XIX de Egipto estableció un control más firme sobre los temas económicos y los centros urbanos de Canaán. Una abundancia de alfarería micénica y chipriota a través de todo el país sugeriría un creciente interés comercial en el Levante para la exportación y el comercio.
Edad de Hierro (aprox. 1200–587/6 a.C.)
La Edad de Hierro se extiende básicamente desde la conquista de Canaán hasta la desaparición del reino de Judá, y se divide, por lo general, en dos períodos. Los elementos distintivos en la alfarería y en otros elementos culturales para hacer divisiones arqueológicas de este período no resultan muy claros. La alfarería de la Edad de Hierro I (1200–925), desde el asentamiento hasta la división del reino, comienza con una continuación de las tradiciones del Bronce tardío, ya que Israel tomó prestadas técnicas industriales de la población cananea local.
La llegada de los filisteos luego del 1200 a.c. trajo una alfarería característicamente decorada con formas y motivos micénicos. El deterioro de la calidad y el diseño de esta alfarería tiende a reflejar la naturaleza ecléctica de estos “pueblos del mar”. Para el 1000 a.c. , la naturaleza característica de la alfarería en la planicie filistea prácticamente había desaparecido.
Las mercancías filisteas hicieron su primera aparición durante este período. Algunos de los recipientes para líquido tenían filtros o pequeños coladores en el pico para evitar que los restos de pulpa y deshechos, que por lo general quedaban en el fondo, salieran junto con el líquido. Los artículos filisteos son una amalgama de estilos micénicos con claras influencias de Egipto y Canaán. Las decoraciones rojas y negras, en especial con personas y animales, son típicas de este tipo de alfarería.
Durante el período de Hierro II (925–587/6), desde la división de la monarquía unida hasta la caída del reino de Judá y hasta los babilonios, la separación política produjo claras diferenciaciones en los tipos de alfarería regional, conocidos en general como artículos de “Samaria” y de “Judá”. Durante la mayor parte de este período, la alfarería del norte exhibe la expresión más elevada de destreza humana. Hasta el 700 a.c. , la mercadería más prominente de importación es la de Chipre y de Fenicia. Desde el 700 hasta el 500 a.c. , las importaciones de origen asirio dieron como resultado que los alfareros locales copiaran los prototipos asirios.
Período persa (586–330 a.C.)
El deterioro de la alfarería con arcilla, de la cocción y de la mano de obra en general parece reflejar el trastorno global de la economía a lo largo de la región, situación que parece prevalecer en todo el Cercano Oriente. En Palestina apareció un número creciente de importaciones griegas, en especial hacia fines de este período.
Período helénico (330–63 a.C.)
En tanto que la alfarería local era básicamente rudimentaria y sin inspiración, los artículos importados incluían una vasta gama de objetos lujosos, desde tazones de Megara moldeados hasta artículos con impresiones y bordes decorados en negro y rojo vidriado. Las conexiones comerciales marítimas son más evidentes, por ejemplo, en la vasta aparición de ánforas de Rodas.
Alejandro Magno llevó la cultura helénica y su gran variedad de artículos de cerámica al Medio Oriente. Este período está signado por vasijas grandes y pesadas. Muestran una uniformidad de estilo que pertenece a la dominación griega de todos los principales centros de producción.
Período romano (63 a.C.–325 d.C.)
Solo la alfarería herodiana es de particular interés para comprender el período bíblico. La alfarería local siguió básicamente las primeras tradiciones con la innovación dominante de una superficie ondulada en la superficie de las vasijas. El artículo que se importaba más comúnmente era la terra sigillata rojiza, tanto oriental como occidental, destacada por su sobresaliente terminación y trabajo artesanal. Los nabateos que controlaban las rutas de comercio desde el Neguev hasta Sinaí y las de Transjordania produjeron las variedades más delicadas, emulando las habilidades y los productos de exportación de los alfareros romanos de la época.
Para el momento en que Roma conquistó Palestina en el 63 a.c. , apareció un nuevo tipo de tarro cilíndrico con bordes que iban de angulares a redondeados. Tenía una base redondeada y un borde como para colocar una tapa. Esta clase de vasijas representaban excelentes tarros de almacenamiento para elementos sólidos, en especial para rollos. Los famosos Rollos del Mar Muerto permanecieron durante casi 2000 años en estos contenedores delicadamente confeccionados.
Ver Arqueología y estudios bíblicos; Lámparas, candelero; Taza, tazón; Vasijas y utensilios.

George L. Kelm y Mike Mitchell

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