¿Qué Significa PACTO En La Biblia Según El Diccionario Bíblico Online?
Acuerdo entre dos o más personas para emprender cierta acción o abstenerse de llevarla a cabo; convenio; contrato. La palabra hebrea beríth, de etimología incierta, aparece unas 280 veces en las Escrituras Hebreas, y más de 80 de esos casos se dan en el Pentateuco de Moisés. Las tablillas cuneiformes encontradas en Qatna en 1927 (antigua ciudad cananea al SE. de Hamat) permiten comprobar que el significado primario del término hebreo es “pacto”, comparable al del vocablo legal moderno de “contrato”. “El contenido de dos de las [quince] tablillas es sencillo. La tablilla A contiene una lista de nombres […]. La tablilla B, una lista de víveres […]. Por lo tanto, la lista A es un compromiso por el que las personas mencionadas […] acuerdan ponerse al servicio de otra o cumplir con determinadas obligaciones. La lista B, de la mano del mismo escriba, explicita la naturaleza del compromiso: los que suscriben el acuerdo recibirán a cambio de sus servicios una cantidad específica de víveres. […] El concepto israelita de berit, ‘pacto’, fue un tema central en la teología yavista. Aquí aparece escrito este término por primera vez en un documento extrabíblico de tiempos antiguos, no posterior al primer tercio del siglo XIV a. C.” (Bulletin of the American Schools of Oriental Research, febrero de 1951, pág. 22.)Algunas versiones de las Escrituras Griegas Cristianas traducen el término di-a-th?-k? por “pacto; alianza; testamento” (testamentum, Vg). Sin embargo, la Cyclopædia de M’Clintock y Strong (1891) comenta en el artículo “Pacto” que “no parece haber necesidad de introducir una nueva palabra [aparte de “pacto”] que transmita una idea nueva. Dado que la Sept[uaginta] tradujo de manera consecuente [beríth] —término que nunca significa última voluntad o testamento, sino siempre pacto o acuerdo— por [di-a-th?-k?] en todo el A.T., puede suponerse que cuando los escritores neotestamentarios adoptaron ese término, intentaron comunicar a sus lectores (la mayoría de ellos familiarizados con el A.T. en griego) la misma idea. Además, en la mayoría de las ocasiones, el N.T. se refiere al mismo concepto denominado pacto (beríth) en el A.T. (véanse 2Cor. III, 14; Heb. VII, IX; Rev. XI, 19); si bien en el mismo contexto, la misma palabra y objeto se ha traducido del griego al [español, en la mayoría de las Biblias,] algunas veces ‘pacto’ [o ‘alianza’] y otras ‘testamento’ (Heb. VII, 22; VIII, 8-13; IX, 15)”. (Véase también NM, apéndice 7E, pág. 1585.)El escritor de la carta a los Hebreos emplea repetidas veces el término di-a-th?-k? (Heb 7:22; Heb 8:6; Heb 8:8-10; Heb 9:4; Heb 9:15-17; Heb 9:20) refiriéndose innegablemente a un pacto en el sentido hebreo antiguo, y hasta cita de Jer 31:31-34 y hace mención del “arca del pacto”. En los versículos supracitados de Jeremías, la Septuaginta traduce la antigua voz hebrea beríth (pacto) por di-a-th?-k?. Además, en Heb 9:20 se cita de Éxo 24:6-8, donde sin lugar a dudas se habla de un pacto.Aplicación de la palabra. Los pactos siempre incluían a dos o más partes. Podían ser unilaterales (en los que solo una de las partes tenía la responsabilidad de cumplir los términos) o bilaterales (en los que ambas partes tenían términos que cumplir). Además de los pactos en los que Dios es una de las partes, la Biblia registra la formulación de pactos entre hombres, tribus, naciones o grupos de personas. Quebrantar un pacto era un pecado grave. (Eze 17:11-20; Rom 1:31-32.)El término “pacto” se aplicaba a un decreto invariable, como el concerniente al pan de la proposición (Lev 24:8) o a la creación de Dios gobernada por sus leyes, tales como la inalterable sucesión del día y la noche. (Jer 33:20.) También se usa figurativamente, como en la expresión ‘pacto con la Muerte’. (Isa 28:18.) Asimismo, Jehová habla de un pacto en relación con las bestias salvajes. (Ose 2:18.) Al convenio matrimonial se le llama pacto. (Mal 2:14.) La expresión “dueños (amos) de un pacto” tiene el sentido de “confederados”, como en Gén 14:13.En realidad, cualquier promesa de Jehová es un pacto, pues su realización es segura, y se puede confiar plenamente en su cumplimiento. (Heb 6:18.) Un pacto está en vigor mientras sus términos estén vigentes y la obligación de cumplirlo descanse en una o ambas partes. Los resultados o las bendiciones que se derivan del pacto pueden continuar, incluso, eternamente.Métodos de ratificar un pacto. A menudo se invocaba a Dios como testigo. (Gén 31:50; 1Sa 20:8; Eze 17:13; Eze 17:19.) Se hacía un juramento. (Gén 31:53; 2Re 11:4;Sal 110:4; Heb 7:21.) Los hombres a veces disponían una señal o testimonio físico, como un regalo (Gén 21:30), una columna o majano (Gén 31:44-54) o el darle nombre a un lugar (Gén 21:31). En una ocasión Jehová se sirvió del arco iris. (Gén 9:12-16.) Un método era matar y cortar en trozos determinados animales, y luego cada uno de los que hacían el pacto pasaba entre los pedazos. Debido a esta costumbre se acuñó la locución hebrea ‘cortar un pacto’. (Gén 15:9-11; Gén 15:17-18, nota; Jer 34:18, nota, Jer 34:19.) A veces una alianza iba acompañada de una fiesta. (Gén 26:28; Gén 26:30.) En ciertas ocasiones se podía participar de una comida de comunión, como se hizo cuando se inauguró el pacto de la Ley. (Abd 1:7; Éxo 24:5; Éxo 24:11.) El pactante de más entidad podía regalar al otro armas o alguna pieza de su indumentaria. (1Sa 18:3-4.) En algunas naciones paganas las partes pactantes acostumbraban a beber cada uno sangre del otro, bien sola o mezclada con vino (en violación de la prohibición divina dada a toda persona en Gén 9:4 y al pueblo de Israel bajo la Ley), y pronunciar las más duras maldiciones sobre el que se atreviese a quebrantar el pacto.La Biblia emplea la expresión “pacto de sal” para indicar la permanencia e inmutabilidad de un pacto. (Núm 18:19; 2Cr 13:5; Lev 2:13.) Entre los pueblos antiguos, comer sal juntos era una señal de amistad, e indicaba fidelidad y lealtad duraderas. Comer sal con los sacrificios de comunión simbolizaba lealtad perdurable.Documentos escritos. “El dedo de Dios” escribió sobre piedra los Diez Mandamientos (Éxo 31:18; Éxo 32:16); se dice que Jeremías redactó una escritura, la selló y tomó testigos (Jer 32:9-15); también se han hallado tablillas de arcilla de pueblos antiguos que recogen los términos de contratos convenidos en su día. Estas solían introducirse en sobres de arcilla que luego se cerraban.La promesa edénica. Como se registra en Gén 3:15, Jehová Dios declaró proféticamente su propósito en el jardín de Edén en presencia de Adán, Eva y la “serpiente”.Con respecto a la identidad de los que estaban incluidos en esta promesa y profecía, la visión dada al apóstol Juan de Apo 12:9 nos informa que la “serpiente” es Satanás el Diablo. La “descendencia” de la “mujer”, durante tanto tiempo esperada por los hombres justos, se identifica con la “descendencia” de Abrahán: Jesucristo. (Gál 3:16; Mat 1:1.) La serpiente tenía que magullar en el talón a la “descendencia”. Jesucristo fue muerto; sin embargo, esta herida no fue permanente, ya que Dios lo levantó de la muerte. Pero la “descendencia”, a su vez, tiene que magullar la cabeza de la serpiente, derrotándola permanentemente.¿Quién es la “mujer” que interviene en este pacto? No puede ser Eva, pues ella se hizo enemiga de Dios. Para poder derrotar, ‘reducir a la nada’, a la criatura celestial Satanás el Diablo, la “descendencia” de la mujer también tendría que ser celestial, no humana. (Heb 2:14.) Aunque Jesús era Hijo de Dios, nació como hombre, pero cuando se bautizó, Dios lo reconoció como Su Hijo al enviar espíritu santo sobre él, y así Jesús se convirtió en el Hijo de Dios engendrado por espíritu. (Mat 3:13-17; Jua 3:3-5.) Más tarde, cuando se le resucitó, fue “hecho vivo en el espíritu”. (1Pe 3:18.) Entonces, ¿quién fue la “madre”, no ya del niño Jesús, sino del Hijo de Dios engendrado por espíritu? El apóstol Pablo explicó que tanto Abrahán como Sara, Isaac, Agar e Ismael configuraron un drama simbólico, en el que Isaac representó a todos aquellos cuya esperanza es celestial, entre quienes estaba el propio apóstol Pablo. De hecho, Pablo dijo que la “madre” de todos estos es “la Jerusalén de arriba”. Jesucristo los llamó sus “hermanos”, con lo que dio a entender que eran hijos de una misma madre. (Heb 2:11.) Sobre esta base se puede identificar a la “mujer” de Gén 3:15 con “la Jerusalén de arriba”. (Gál 4:21-29.)Los términos de la promesa implican que habría un lapso de tiempo, durante el cual la “serpiente” produciría una “descendencia” y surgiría una enemistad entre las dos ‘descendencias’. Ya han pasado unos seis mil años desde la declaración de la promesa. Justamente antes del reinado milenario de Cristo, se arrojará a la “serpiente” al abismo de inactividad, y después del fin de los mil años, se la aniquilará para siempre. (Apo 20:1-3; Apo 20:7-10; Rom 16:20.)Pacto con Noé. Jehová Dios hizo un pacto con Noé —quien representaba a su familia— en relación con el propósito de Jehová de salvaguardar la vida humana y animal y destruir el mundo inicuo de aquel día. (Gén 6:17-21; 2Pe 3:6.) Noé tuvo sus hijos cuando ya era mayor de quinientos años. (Gén 5:32.) Cuando Dios reveló su propósito a Noé, sus hijos eran adultos y se habían casado. Noé, por su parte, tenía que construir el arca e introducir en ella a su esposa, hijos y nueras, así como a los animales y también alimento. De esta forma, Jehová conservaría sobre la tierra alguna carne tanto de hombres como de animales. El que Noé cumpliese obedientemente los términos del pacto resultó en que Jehová conservase la vida humana y animal. El pacto se cumplió por completo en el año 2369 a. E.C., después del Diluvio, cuando tanto el hombre como los animales pudieron vivir otra vez sobre el suelo y reproducir su especie. (Gén 8:15-17.)Pacto del arco iris. El pacto del arco iris se hizo entre Jehová Dios y toda carne —representada por Noé y su familia, así como por la especie animal— en las montañas de Ararat en 2369 a. E.C. Jehová declaró que nunca más volvería a aniquilar a toda carne por medio de un diluvio. El arco iris se dio entonces como señal del pacto, que durará mientras la humanidad viva sobre la tierra, es decir, eternamente. (Gén 9:8-17; Sal 37:29.)Pacto con Abrahán. Al parecer, el pacto con Abrahán entró en vigor cuando Abrán (Abrahán) cruzó el Éufrates en camino a la tierra de Canaán. Cuatrocientos treinta años después, se hizo el pacto de la Ley. (Gál 3:17.) Cuando Abrahán vivía en Mesopotamia, en Ur de los caldeos, Jehová le dijo que viajase al país que le había de mostrar. (Hch 7:2-3; Gén 11:31; Gén 12:1-3.) Éxo 12:40-41 (LXX) dice que Israel salió de su esclavitud en Egipto al final de cuatrocientos treinta años de residir en aquel país y en la tierra de Canaán, “en este mismo día”. El día en el que se les liberó fue el 14 de Nisán de 1513 a. E.C., el día de la Pascua. (Éxo 12:2; Éxo 12:6-7.) Este hecho indicaría que Abrahán cruzó el Éufrates en camino a Canaán el 14 de Nisán del año 1943 a. E.C.; entonces empezó a regir el pacto abrahámico. Dios se le apareció de nuevo a Abrahán una vez que este viajó hasta Siquem, en Canaán, y le dio más detalles sobre la promesa, diciendo: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”, relacionando, por lo tanto, este pacto con la promesa de Edén, y revelando que la “descendencia” tendría un desarrollo humano, es decir, que vendría a través de una línea de descendencia humana. (Gén 12:4-7.) Como se registra en Gén 13:14-17; Gén 15:18; Gén 17:2-8; Gén 17:19; y Gén 22:15-18, Jehová revelaría más tarde detalles adicionales.Las promesas del pacto pasaron a la estirpe de Abrahán por medio de Isaac (Gén 26:2-4) y de Jacob. (Gén 28:13-15; Gén 35:11-12.) El apóstol Pablo dice que Cristo (el principal) y aquellos que están en unión con él son la verdadera “descendencia”. (Gál 3:16; Gál 3:28-29.)Dios reveló el propósito y las consecuencias del pacto abrahámico, pues dijo que la descendencia prometida vendría por medio de Abrahán, que esta descendencia poseería la puerta de sus enemigos, que la descendencia de Abrahán por medio de Isaac sería muy numerosa e incontable para el hombre de aquel tiempo, que el nombre de Abrahán sería engrandecido, que la descendencia poseería la Tierra Prometida y que todas las familias de la Tierra se bendecirían por medio de la descendencia. (Véanse los textos de Génesis citados anteriormente.) El cumplimiento literal de estos detalles tipificó el cumplimiento mucho mayor por medio de Cristo. Pablo añade más información en cuanto a la naturaleza simbólica y profética de los términos de este pacto cuando dice que Abrahán, Sara, Isaac, Agar e Ismael representaron un drama simbólico. (Gál 4:21-31.)El pacto abrahámico es “un pacto hasta tiempo indefinido”. Sus términos exigen que se extienda hasta que se haya consumado la destrucción de todos los enemigos de Dios y la bendición de las familias de la tierra. (Gén 17:7; 1Co 15:23-26.)Cuando Pablo comentó acerca del pacto abrahámico y el de la Ley, hizo referencia al principio que dice: “No hay mediador cuando se trata de una sola persona”, y añadió que “Dios es uno solo”. (Gál 3:20; véase MEDIADOR.) El pacto que Jehová hizo con Abrahán fue unilateral. Fue más bien una promesa, pues Jehová no le impuso condiciones de cumplimiento obligatorio que él tuviese que satisfacer a cambio de la realización de la promesa. (Gál 3:18.) Por consiguiente, no se requería un mediador. No obstante, el pacto de la Ley fue bilateral. Las partes integrantes fueron Jehová y la nación de Israel, y Moisés intervino como mediador. Los israelitas convinieron en los términos del pacto e hicieron una promesa sagrada de obedecer la Ley. (Éxo 24:3-8.) Este pacto no invalidó el pacto abrahámico. (Gál 3:17; Gál 3:19.)Pacto de la circuncisión. El pacto de la circuncisión se hizo en el año 1919 a. E.C., cuando Abrahán tenía noventa y nueve años de edad. Jehová lo hizo con Abrahán y su descendencia natural. Todos los varones de la casa, entre ellos los esclavos, tenían la obligación de circuncidarse; todo el que se negara a hacerlo sería cortado de su pueblo. (Gén 17:9-14.) Más tarde, Dios declaró que el residente forastero que deseara comer la Pascua (y de este modo unirse a Israel como adorador de Jehová) debía circuncidar a los varones de su casa. (Éxo 12:48-49.) La circuncisión fue un sello de la justicia que Abrahán tuvo por fe mientras estaba en su estado incircunciso y fue una señal física de la relación de pacto con Jehová de los descendientes de Abrahán a través de Jacob. (Rom 4:11-12.) Dios reconoció la circuncisión hasta el fin del pacto de la Ley, en el año 33 E.C. (Rom 2:25-28; 1Co 7:19; Hechos 15.) Aunque la circuncisión física se realizaba bajo la Ley, Jehová mostró repetidas veces que a él le interesaba más su significado simbólico, pues aconsejó a Israel que ‘circuncidase el prepucio de sus corazones’. (Deu 10:16; Lev 26:41; Jer 9:26; Hch 7:51.)Pacto de la Ley. El pacto de la Ley entre Jehová y la nación del Israel natural se celebró el tercer mes después de salir de Egipto, en el año 1513 a. E.C. (Éxo 19:1.) Fue un pacto nacional: aquel que nacía israelita natural estaba bajo el pacto de la Ley por nacimiento y de este modo se encontraba en esta relación especial con Jehová. La Ley estaba dispuesta de forma ordenada, como un código, con sus estatutos agrupados. Se transmitió a través de ángeles por mano de un mediador, Moisés, y se puso en vigor en el monte Sinaí por medio del sacrificio de animales (en sustitución del mediador, Moisés). (Gál 3:19; Heb 2:2; Heb 9:16-20.) En aquel entonces Moisés roció la mitad de la sangre de los animales sacrificados sobre el altar, luego leyó el libro del pacto al pueblo, el cual estuvo de acuerdo en obedecer, y por último roció la sangre sobre el libro y sobre el pueblo. (Éxo 24:3-8.) La ley contemplaba un sacerdocio de la familia de Aarón, qohatita de la tribu de Leví. (Núm 3:1-3; Núm 3:10.) El sumo sacerdocio pasó de Aarón a sus descendientes, primero a Eleazar, luego a Finehás y así sucesivamente. (Núm 20:25-28; Jos 24:33; Jue 20:27-28.)Los términos del pacto de la Ley estipulaban que si los israelitas guardaban el pacto, serían un pueblo para el nombre de Jehová, un reino de sacerdotes y una nación santa, y tendrían su bendición (Éxo 19:5-6; Deu 28:1-14), en tanto que si violaban el pacto, serían malditos. (Deu 28:15-68.) Los propósitos del pacto eran: poner de manifiesto las transgresiones (Gál 3:19), conducir a los judíos a Cristo (Gál 3:24), servir de sombra de las buenas cosas por venir (Heb 10:1; Col 2:17), salvaguardar a los judíos de la religión falsa, pagana, y preservar la adoración verdadera de Jehová, así como proteger la línea de la descendencia prometida. Junto con el pacto abrahámico (Gál 3:17-19), el pacto de la Ley organizó a la nación-descendencia natural de Abrahán por medio de Isaac y Jacob.El pacto de la Ley también extendió sus beneficios a otros que no eran del Israel natural, puesto que podían hacerse prosélitos, circuncidarse y así recibir muchos de los beneficios de la Ley. (Éxo 12:48-49.)
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PACTO En La Biblia – Significado de la Palabra y Su Historia Bíblica.