Significado de TORÁ Según La Biblia | Concepto y Definición

TORÁ Significado Bíblico

¿Qué Es TORÁ En La Biblia?

Palabra hebrea que generalmente se tradujo “ley” y que finalmente se convirtió en el título del Pentateuco, los primeros cinco libros del AT.
Antiguo Testamento
Aunque se ha traducido universalmente “ley”, en la mayoría de las versiones de la Biblia Torá también tiene un sentido de “enseñanza” o “instrucción”; este significado se refleja en las traducciones más recientes (Job 22:22; Sal 78:1; Pro 1:8; Pro 4:2; Pro 13:14; Isa 30:9). El significado de “ley” ciertamente está presente en el AT. Torá, por ejemplo, se utiliza con relación a términos referidos a requisitos, mandatos y decretos (Gén 26:5; Éxo 18:16). La Torá le fue dada a Moisés (Éxo 24:12), y la orden fue obedecerla (Éxo 16:28; Deu 17:19; Eze 44:24).
En el libro de Deuteronomio, Torá se utiliza para representar la totalidad del código deuteronómico (Deu 4:8; Deu 30:10; Deu 32:46), es decir, las responsabilidades fundamentales que tenía Israel según el pacto. Los escritos subsiguientes del AT continúan mencionando en este sentido la Torá como “la ley” (Isa 5:24; Jer 32:23; Jer 44:10; Dan 9:11), con frecuencia como “el libro de la ley”, la “ley de Moisés” o una combinación de ambos (Jos 1:8; Jos 8:31-32; Jos 8:34; 2Re 14:6). El “libro de la ley” encontrado en el templo y que impulsó las reformas de Josías (2Re 22:8-13) se considera con frecuencia un equivalente aproximado al libro de Deuteronomio. En tiempos de Esdras y Nehemías, “el libro de la ley de Moisés” (Neh 8:1) incluía más material que el código deuteronómico. Esdras citó “la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel” para la fiesta de los tabernáculos prescripta en Levítico (Lev 23:33-43). Finalmente, el nombre Torá se utilizó para aludir a todo el Pentateuco, los cinco libros que tradicionalmente se atribuyen a Moisés: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. En el judaísmo rabínico, el alcance de la Torá a veces se expande e incluye todas las Escrituras o incluso la totalidad de la revelación de Dios.
Nuevo Testamento
Durante la época del NT se establecieron definitivamente los límites del canon del AT. Los judíos comenzaron a considerar que las Escrituras estaban compuestas por tres secciones: la Torá (Ley), los Profetas y los Escritos (comp. Luc 24:44). Los libros de Moisés eran considerados “ley” a pesar de que gran parte no es de naturaleza legal. Indudablemente a la Torá se la consideraba la sección más importante de las Escrituras. Por su parte, los saduceos aceptaban solo la Torá como Escritura inspirada. Lo mismo sucedió con los samaritanos, quienes se consideraban el pueblo escogido por Dios.
En el período del NT, la Torá era más que una mera sección de las Escrituras; era una parte fundamental del judaísmo. Se creía que la voluntad de Dios tomaba cuerpo en la observancia de la ley. Por lo tanto, los judíos piadosos necesitaron detallar los mandamientos contenidos en la Torá para determinar con mayor precisión sus obligaciones, por lo cual la interpretación de varios pasajes se convirtió en el centro de muchos debates. Las tradiciones de los fariseos fueron más allá de los límites de la ley según se expresa en la Torá. Estas tradiciones se convirtieron para ellos en la Torá oral que creían se le había entregado a Moisés en el Monte Sinaí para acompañar a la ley escrita. Jesús denunció que los fariseos colocaban la tradición por encima de la intención de la ley (Mar 7:8-13). Aunque nunca negó la autoridad de la Torá, Jesús denunció la prominencia de cuestiones rituales por encima de “los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad” (Mat 23:23, NVI). Según Jesús, algunos preceptos de la ley fueron otorgados en razón de la debilidad de la naturaleza humana para cumplir la perfecta voluntad de Dios (Mat 5:33-37; Mat 19:8-9). Para los verdaderos creyentes, Jesús exigía un compromiso que iba más allá de la supuesta rectitud que se obtenía mediante la observancia de la ley (Luc 18:18-23).
El apóstol Pablo predicó la justificación por la fe y no por la observancia de la ley. Por lo tanto, tenía mucho que decir sobre la Torá. Según él, esta guiaría nuestras vidas si realmente fuera puesta en práctica (Rom 10:5), pero tal práctica es imposible (Rom 3:20). El efecto de la ley ha sido poner de manifiesto el conocimiento del pecado e incluso incrementarlo (Rom 3:20; Rom 5:20; Rom 7:5; Rom 7:7-11; 1Co 15:56). De este modo, la humanidad quedó prisionera del pecado y de la consiguiente ira de Dios (Rom 4:14; Gál 3:22), situación que preparó el terreno para la revelación de la gracia de Dios a través de Cristo (Rom 3:21-26; Gál 3:22-25). Para Pablo, la Torá personificaba el antiguo pacto con la ley escrita en piedra (2Co 3:7). En el nuevo pacto, que es superior, la ley está en el Espíritu (2Co 3:6) y escrita en el corazón de los creyentes (comp. Jer 31:33). Estos no están sujetos a la Torá (Gál 5:18) sino que al andar “en el Espíritu” (Rom 8:4; Gál 5:16) producen frutos que trascienden (Gál 5:22-25) y cumplen la esencia de la ley (Rom 13:8-10; Gál 5:14; comp. Mat 22:37-40). Ver Diez mandamientos; Ley; Pentateuco.

Daniel C. Browning (h)