Significado de TRINIDAD Según La Biblia | Concepto y Definición

TRINIDAD Significado Bíblico

¿Qué Es TRINIDAD En La Biblia?

Término teológico utilizado para definir a Dios como una unidad indivisa manifestada en la naturaleza trina de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. La Trinidad se considera una doctrina cristiana distintiva sobre un misterio divino que va más allá de la comprensión humana y solo se puede considerar mediante revelación escritural. La Trinidad es un concepto bíblico que expresa el carácter dinámico de Dios; no es una idea griega procedente de especulaciones filosóficas ni religiosas impuestas a las Escrituras. Si bien el término “Trinidad” no aparece en la Biblia, en todo el NT se observa la estructura trinitaria para afirmar que Dios se manifiesta a través de Jesucristo por medio del Espíritu Santo.
Una perspectiva bíblica adecuada de la Trinidad equilibra los conceptos de unidad y diferenciación. Dos errores históricos de esta doctrina son el triteísmo y el unitarianismo. El triteísmo cae en el error de enfatizar la diferenciación de la Deidad al punto que la Trinidad se ve como tres Dioses separados o un politeísmo cristiano. Por otro lado, el unitarianismo excluye el concepto de diferenciación y se concentra solamente en el aspecto de Dios Padre. De esta manera, Cristo y el Espíritu Santo se ubican en categorías inferiores y son menos divinos. Ambos errores comprometen la eficacia y la contribución de la actividad divina en la historia de la redención.
El concepto bíblico de la Trinidad se desarrolló a través de una revelación progresiva. El AT afirma sistemáticamente la unidad de Dios mediante afirmaciones como: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deu 6:4). Se enfatiza la unidad de Dios para advertirles a los israelitas contra el politeísmo y el ateísmo que practicaban sus vecinos paganos. Ver Apocalipsis, Libro de; Shemá.
El AT da cuenta de implicancias de la idea trinitaria. Esto no significa que haya sido posible conocer plenamente a la Trinidad a partir del AT, sino que se estableció un vocabulario a través de los sucesos de la cercanía y la creatividad de Dios. Los escritores del NT amplían el significado de ambos temas. Por ejemplo, la palabra de Dios se reconoce como agente de la creación (Sal 33:6; Sal 33:9; comp. Pro 3:19; Pro 8:27), la revelación y la salvación (Sal 107:20). Este mismo vocabulario cobra una personalidad diferente en el prólogo de Juan (Jua 1:1-4) sobre la persona de Jesucristo. Otras expresiones relacionadas corresponden a la sabiduría divina (Pro 8:1-36) y el Espíritu de Dios (Gén 1:2; Sal 104:30; Zac 4:6).
Una característica bien diferenciada del NT es la doctrina de la Trinidad. Es notable que los escritores del NT presenten la doctrina de tal manera que no viola el concepto del AT de la unicidad de Dios. En realidad, afirman en forma unánime la fe monoteísta hebrea, pero la extienden para incluir la venida de Jesús y el derramamiento del Espíritu Santo. La iglesia cristiana primitiva experimentó al Dios de Abraham de una forma nueva y drástica, pero sin abandonar la unidad divina que impregna todo el AT. Como expresión renovada de Dios, el concepto de la Trinidad (arraigado en el Dios del pasado y coherente con ese Dios del pasado) absorbe la idea del Dios del pasado pero va más allá e incluye un encuentro más personal.
El NT no brinda una presentación sistemática de la Trinidad. Los segmentos dispersos de varios escritores que aparecen en todo el NT reflejan una comprensión aparentemente aceptada que existe sin análisis exhaustivo. Está entretejida en la estructura de la experiencia cristiana y simplemente se adopta como cierta. Los escritores del NT se centran en afirmaciones extraídas de la evidente existencia de la experiencia trinitaria sin ofrecer exposición detallada.
La evidencia del NT sobre la Trinidad puede agruparse en cuatro tipos de pasajes. El primero es la fórmula trinitaria de Mat 28:19; 2Co 13:14; 1Pe 1:2; Apo 1:4-5. En cada pasaje aparece una fórmula trinitaria, repetida en forma de sumatoria, donde se registra una contribución distintiva de cada persona de la Deidad. Mat 28:19, por ejemplo, sigue la triple fórmula de Padre, Hijo y Espíritu Santo que distingue el bautismo cristiano. El Señor resucitado les encomendó a los discípulos que bautizaran a los convertidos con un énfasis trinitario que señala la diferenciación de cada persona de la Deidad y, a su vez, expresa la vinculación interna que existe entre ellas. Este pasaje es la referencia escritural más clara de una presentación sistemática de la doctrina de la Trinidad.
En 2Co 13:14, Pablo finalizó sus conceptos con una apelación pastoral basada en “la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo”. La fórmula intenta producir mediante la experiencia personal de la Trinidad en la vida cotidiana, la unión de esa iglesia dividida. Es significativo que en el orden trinitario Cristo se menciona primero. Esto refleja el proceso real de la salvación cristiana, ya que Cristo es la clave para comenzar a discernir la obra de la Deidad. Pablo dirigía la atención hacia la conciencia trinitaria, no en relación a la obra inicial de salvación que ya se había logrado en Corinto sino en la obra sustentadora que permite que los creyentes divididos se unan.
En 1Pe 1:2, la fórmula trinitaria va seguida de una referencia a cada persona de la Deidad. La alusión a la Trinidad les recuerda a los cristianos dispersos que su elección (presciencia del Padre) y redención (la obra santificadora del Espíritu) deben conducir a una vida santa en obediencia al Hijo.
Juan se dirigió a los lectores del Apocalipsis con una fórmula trinitaria ampliada que incluye referencias a las personas de la Deidad (Apo 1:4-6). El enfoque en el triunfo del cristianismo cristaliza el saludo trinitario en una doxología que reconoce la obra consumada y el futuro regreso de Cristo. Esta presentación amplificada sirve de aliento a las iglesias que enfrentan persecución.
Un segundo tipo de pasaje en el NT es la forma triádica. Dos pasajes que forman parte de esta estructura son Efe 4:4-6 y 1Co 12:3-6. Ambos se refieren a las tres Personas pero no en la fórmula definitiva del pasaje anterior. Cada pasaje equilibra la unidad de la iglesia. El énfasis se coloca en la administración de los dones por parte de la Deidad.
Una tercera categoría de pasajes menciona a las tres personas de la Deidad pero sin una clara estructura triádica. En los relatos del bautismo de Jesús (Mat 3:13-17; Mar 1:9-11; Luc 3:21-22), los tres escritores sinópticos registraron la presencia de la Trinidad cuando el Hijo fue bautizado, el Espíritu descendió y el Padre expresó Su aprobación. En Gál 4:4-6, Pablo delineó la obra de la Trinidad desde el aspecto del Padre que envía. Otros pasajes correspondientes a esta categoría (2Ts 2:13-15; Tit 3:4-6; Jud 1:20-21) describen a cada integrante de la Trinidad en relación con una función redentora en particular.
La cuarta categoría de pasajes sobre la Trinidad incluye aquellos que se presentan en el discurso de despedida de Jesús a Sus discípulos (Jua 14:16; Jua 15:26; Jua 16:13-15). En el contexto de estos pasajes, Jesús expuso la obra y el ministerio de la tercera Persona de la Deidad como el Agente divino en el ministerio continuado del Hijo. El Espíritu es un maestro que facilita la comprensión por parte de los discípulos y, al ser enviado del Padre y el Hijo, participa de la misma naturaleza con las otras Personas de la Trinidad. Jesús declaró que el Espíritu toma lo que es de Él y lo da a conocer a los creyentes (Jua 16:15). El discurso enfatiza la interrelación trinitaria en cuanto a igualdad e importancia funcional.
Todos estos pasajes constituyen los primeros esfuerzos de la iglesia primitiva para expresar su conciencia de la Trinidad. El NT posee un enfoque cristológico pero abarca la plenitud de Dios al acercarse al creyente individual a través de Jesús y por el Espíritu. La expresión trinitaria sistemática no es una formulación de la doctrina como tal sino que revela la constante manifestación personal por parte de Dios.
En la era posbíblica, la iglesia cristiana intentó expresar su doctrina en términos filosóficamente aceptables y lógicamente coherentes. Diversas categorías griegas del saber comenzaron a aparecer como resultado del esfuerzo por dar una explicación. El debate pasó del énfasis del NT sobre la función de la Trinidad en la historia de la redención, a un análisis de la unidad de la esencia de la Deidad.
Una pregunta importante durante esos primeros siglos se centró en la unicidad de Dios. Los sabelianos describieron a la Deidad según modos que existían de a uno por vez. Esta teoría sostenía la unidad de Dios pero excluía Su diferenciación permanente. Los docetistas entendían que Cristo era una aparición de Dios en forma humana, mientras que los ebonitas describían a Jesús como un hombre común que comenzó a manifestar el poder de Dios en el momento del bautismo. Arrio también fue un teólogo de gran influencia que consideraba que Jesús estaba subordinado a Dios. Para él, Jesús era un ser creado por Dios, superior al hombre, pero inferior a Dios. Esta idea, así como las otras, fueron cuestionadas por Atanasio de Nicea (325 d.C.), y el concilio decidió que la posición de Jesús era de “exactamente la misma sustancia que el Padre”.
El pensador más sobresaliente de los primeros siglos probablemente haya sido Agustín de Hipona (354–430 d.C.). Comenzó con la idea de Dios como una sustancia y procuró explicar la Deidad con una analogía psicológica: una persona existe como un ser con tres dimensiones correspondientes a la memoria, el entendimiento y la voluntad; por lo tanto, la Deidad también existe como una unidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Si bien esta explicación es útil y contiene el concepto de tres personas en una, no resuelve la compleja naturaleza de Dios.
Quizás cuatro afirmaciones puedan resumir y clarificar este estudio.
1. Dios es uno. El Dios del AT es el mismo del NT. Su ofrecimiento de salvación en el AT se revela más ampliamente en el NT, no de manera diferente sino más completa. La doctrina de la Trinidad no deja de lado la fe monoteísta de Israel.
2. Dios tiene tres maneras diferentes de participar en la obra redentora, sin embargo permanece como una unidad indivisa. La esencia de la fe cristiana es que Dios Padre se ofrece a la humanidad a través del Hijo y el Espíritu sin dejar de ser Él mismo. La transigencia en la unidad absoluta de la Deidad o la innegable diversidad de la Deidad reduce la verdad de la salvación.
3. La principal manera de captar el concepto de la Trinidad es mediante la triple participación en la salvación. El enfoque del NT no consiste en discutir la esencia de la Deidad sino los aspectos particulares del proceso de revelación, que incluye la presencia cierta del Padre en la persona de Jesucristo a través del Espíritu Santo.
4. La doctrina de la Trinidad es un misterio absoluto. No se conoce mediante especulaciones sino fundamentalmente a través de la experiencia del acto de gracia por medio de la fe personal. Ver Dios; Espíritu Santo; Jesucristo.

Jerry M. Henry

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