…los cielos cuentan la obra de tus manos. Salmo 102:25
En 1977, los Estados Unidos lanzaron un cohete al espacio. A bordo había una pequeña nave llamada Voyager 1. un vehículo espacial que fue lanzado al espacio para explorar los planetas. Después que Voyager terminó de enviar fotos e información desde el planeta Júpiter y sus vecinos, no dejó de trabajar, sino que siguió.
Hoy día, casi 30 años después, ese diminuto vehículo todabía sigue, viajando a una velocidad de más de 61.150 kilómetros por hora. Y está a más de 14.484 millones de kilómetros de distancia del sol. ¡ Eso es inconcebible!
Científicos brillantes han enviado una nave a los contornos de nuestro sistema solar. Es sorprendente. Es asombroso.
Sin embargo, eso es totalmente insignificante cuando se compara con lo que Dios ha hecho. Sería como escuchar a alguien jactarse ante el arquitecto del edificio Empire State de que ha subido al segundo piso.
Apenas hemos comenzado a explorar la vastedad de la creación de Dios. No obstante, cada paso pequeño de la humanidad debería seguir asombrádonos del poder y la creatividad de Dios. Piensa es esto: mientras nosotros hemos salido de la esfera de un estrella con una nave espacial, el creador de las estrellas…las llama por su nombre (Isaías 40:26).
Después de todo, Él las hizo.
Explorar el universo es asombroso. Pero explorar al Dios que lo hizo todo…eso es ¡más que asombroso!
Lo maravilloso de todo es… pensar que Dios me ama.