Mujer Cristiana: El Patrón de Dios para La Mujer

!Todavía no se ha dicho todo sobre La Mujer!

Dios puede esperar a que estas decisiones sean rectificadas y ha preparado al Hombre para que soporte las consecuencias de sus actos.  Pero a pesar de todo, la Palabra no puede ser quebrantada, es decir es inmutable.

El Señor dijo: !Siéntate a mí diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies! Hebreos 1:13

No hay duda que la posición del Señor antes de su revelación entre los hombres era con Gloria, inmarcecible; pero después de su vida, ministerio, muerte, resurrección, su exaltación fue sumamente sublime que su Padre lo sentó a su diestra.

Las palabras son insuficientes para describir este acontecimiento de la exaltación del Señor.

El acto de colocarlo a su diestra es la posición y el ejemplo más grande que Dios nos da, de gloria, posición, exaltación, dignidad, grandeza, autoridad y señorío.

Las demás posiciones del Señor son etapas históricas, sucesos que ya acontecieron y son pasados; sí que dejan cimientos y directrices a seguir, como sus primeros treinta años de vida bajo la tutela de José y María; su compañerismo con Juan el Bautista, su bautismo; los tres años de Ministerio, seleccionando hombres, forjándolos y equipándolos para que fueran los pilares de la Iglesia; su padecimiento y muerte en la cruz; los cuarenta días de su resurrección, luego su levantamiento.

Todo esto bajo sus títulos como Cristo, CristoJesús, Jesús como lo describe después Pablo en Filipenses 2:1-11.

Pero hay un Libro de los Hechos (mal llamado de los apóstoles, más bien de Jesucristo), que evidencian que los apóstoles tenían la revelación de esa suprema exaltación que Dios hizo, sentando a su Hijo a su Diestra, ya que tenían conciencia del poder no solo del Nombre de JESUCRISTO, sino de su posición que actualmente ocupa a la diestra de Dios.

Tomando como base esto, nos referiremos a la revelación que Pablo recibió y deja registrada en 1 Corintios 11:3: Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.

Este es el orden de la Autoridad en el cielo, que está intimamente ligada con la Tierra; Dios la cabeza de Cristo (sentado a la Diestra de Dios, la máxima expresión de grandeza concedida por Dios); Cristo cabeza de todo varón (Y juntamente con él nos resucito, y nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, Efesios 2:6 )

Por el mismo principio, no nos puede sentar a su siniestra, ni en su propio lugar, sino a su diestra, la posición de exelencia del Creyente)

Varón cabeza de la mujer

El varón es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. 1 Corintios 11:7 (Cristo toma la gloria de Dios; el varón toma la gloria de Cristo, y la mujer toma la gloria del varón; finalmente toda la gloria viene de Dios, pero bajo este principio).

En la Presentación Power Point que envía en este correo la hermana marina silveira, Así es la Mujer, al final menciona “la falla en la mujer”:

Se olvida de lo que vale Consideramos que la Iglesia y sus Ministerios todavía no le han revelado a La Mujer todo lo que vale, como Mujer, como Hija, como Esposa, y como Cristiana.

Estamos enfátizando la grandeza que Dios le da a su Hijo Salmo 110:1 y esa grandeza se expresa ante el Mundo, ante las tinieblas y La Iglesia: !SIÉNTATE A MI DIESTRA!

Estar sentado a la diestra es la posición más grande en el Mundo y en los Cielos, y en La Iglesia; y esta posición no la han considerado ni los varones, ni las mujeres.  Todos por igual quieren tener el lugar principal. Marcos 10:37 

El que está a la diestra, no desea otra posición; Cristo no anhela la posición del Padre, el varón no debe desear la posición de Cristo, ni la mujer la posición del varón.  Estar sentado a la diestra es la posición de grandeza que Dios ha establecido.

Un ejemplo y principio lo tenemos en los padres de los Creyentes:

Abraham y Sara, que son el fundamento espiritual en que debemos movernos tanto varones como varonas.

Dios le dice a Abram: “Ya no se llamará más tu nombe Abram, sino que será tu nombre ABRAHAM, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.  Génesis 17:4

Dijo también Dios a Abraham: A Sari tu mujer no la llamarás Sarai, mas SARA será su nombre. Génesis 17:15

Desde ese mismo instante, todas sus raíces y su parentesco con Adán y Eva se rompieron, ya no están más bajo pecado; son nuevas criaturas para comenzar una nueva generación espiritual; son los VARÓN Y VARONA de Dios; así como en Adán todos mueren, Dios decide comenzar una nueva generación en Abraham y Sara.

Aunque Dios permite que Abraham sea quien le cambie el nombre a su esposa porque la pone bajo su cobertura, hay algo que debemos resaltar en este pacto.

Al VARÓN le dice: Te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.  Génesis 17:6

De la VARONA dice: Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones (de muchedumbre de gentes); reyes de pueblos vendrán de ella .

Génesis 17:16 Deseamos hacer notar que en este Pacto que Dios firma con Varón y Varona, no existe ninguna diferencia en las promesas que a cada uno de ellos le hace.  La Grandeza de Dios se imparte tanto a Abraham como a Sara.

Dios pudo haberlo dicho de ambos con una sola frase, pero por razones obvias, a Dios le agradó ser específico con la promesa individual a cada uno de ellos, pero como precurosres en vez de Adán y Eva.

Varones, Varonas, éstos son nuestros padres, y esta es nuestra herencia.  Así como la Tierra fue maldecida por el pecado de Adán y Eva, nosotros somos bendecidos por la obediencia de Abraham y Sara.

Estas son nuestras raíces, nuestro fundamento y nuestras promesas.

Dios sienta a Sara a la diestra de Abraham, pero sin restarle la gloria de Abraham.

!Escrito está!

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