Lo que hablamos tiene importancia, la biblia afirma que de la abundancia del corazón habla la boca, se nos debe reconocer como personas que hablamos positivamente. No seamos como el hombre que entro al ejército y solo le permitían decir dos palabras cada año, después que paso el primer año le pregunto su capitán: –

Cuáles son tus dos palabrasí -Mala Comida- contesto El hombre regreso a pasar otro año, paso el mismo y su capitán le pregunto: -Cuáles son tus dos palabrasí -Cama Dura- Contesto Un año más tarde se encontró con su capitán y le hizo la misma pregunta -Cuáles son tus dos palabras esta vez? -Me Voy!- -No me sorprende- contesto el capitán- todo lo que has hecho en estos tres años es quejarte y ser negativo! No sea como este hombre, no tenga la fama de ser negativo o que sus palabras sean solo negativas.

Nuestras palabras son poderosas, nuestras palabras afectan lo que recibimos de los demás y lo que los demás reciben de nosotros, cuando hablamos indebidamente disminuye nuestra capacidad de ver y oír la voluntad de DIOS. Siempre tomemos tiempo para ESCUCHAR a los demás, meditemos antes de contestar, podemos llevar vida como llevar muerte.

¿Tendrá la lengua una vida independiente de nuestro cuerpo y nuestra razón? Yo creo que sí. Cuando decimos lo que no queremos, o nos equivocamos al hablar, o hablamos tan bien que no parecemos ni nosotros, cuidado! nuevamente PENSEMOS y SUJETEMOS nuestra lengua antes de hablar. No es como lo dices sino lo que DICES tu mejor carta de presentación. “Que mis hechos concuerden mas con mis palabras”, este podría ser un reto para ti.