Reflexiones Cristianas Bíblicas: Una Única Casa

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Reflexiones Bíblicas: Una Única Casa

«Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios» (2 Reyes 4:9).

Un hombre estuvo atrapado en una isla desierta del Pacífico por varios años. Finalmente, cierto día, avistó un navío navegando próximo al sitio donde estaba y, frenéticamente gesticuló para llamar la atención de alguien en la embarcación. Un pequeño barco vino hasta a la isla y un marinero se aproximó a él, saludándolo.

Después de una pequeña conversación, el marinero preguntó al hombre: ¿qué son aquellas tres cabañas allí adelante? «Bien, aquella es mi casa». ¿Y aquella otra, próximo a la casa?, prosiguió el marinero. «Yo construí aquella cabaña para ser mi iglesia».

¿Y la otra cabaña?» «OH, es la que yo usaba para ir a la iglesia.

Ese tipo de comportamiento ha sido muy común en los días de hoy. Los cristianos, en grande parte, tienen una forma de vivir en la iglesia y otra de vivir en casa. En los días de culto y adoración, ellos se arreglan cuál si fuesen las criaturas más santas de la tierra y en los otros, se olvidan de que necesitan testificar y brillar como hijos que son, de Dios.

Quien llegue a la casa de un cristiano, un poco antes o un poco después de que vayan a la iglesia, ve un pedazo de cielo. En los otros días, son tan semejantes al mundo que un visitante jamás podría suponer que se tratará de la casa de un Cristiano salvo en Jesús. Se asemejan al hombre de la isla, teniendo una casa santa, para días especiales y una casa diferente para los otros días de la semana.

¿Y cómo queda el nombre del Señor en todo esto? Podemos engañar a los hermanos, pero, ¿podríamos engañar a Dios? Y aquellos a quien evangelizamos, ¿qué dicen de nuestra doble vida? Cristiano los finales de semana y mundanos los demás días. ¿Está el Señor feliz con lo que hacemos?

¿Estamos nosotros felices con esta vida engañosa?

Feliz es el hombre que tiene apenas una casa espiritual y cuya vida glorifica al Salvador en cualquier circunstancia.

Si es día de ir a la iglesia, él busca santificarse. Si no es día de ir a adorar al Señor, busca santificarse también.

Él adora al Señor en la iglesia y en casa. Cada momento de su vida es dedicado a alabar a su Señor y es eso es lo que motiva y alegra sus días.

¿Cuántas casas usted tiene?

2 COMENTARIOS

  1. Amen le recomiendo primero que sea sumisa a su esposo ore por el y por su matrimonio y antes de ganar almas para el señor primero debemos de estar bien en su casa de arreglar su hogar parece muy legalista pero yo creo que es así y si cree que es legalista entonces tome la determinación que dice el apóstol Pablo que lo abandone y si el se va y no lucha por su matrimonio nunca la amo solo está por decir así cubriendo un matrimonio ficticio y no claro primero está el señor y el es fiel amén

  2. !HOLA! Muy buen dia a ustedes, les de Dios,
    Yo tengo 68 anos, mi esposo 73. Esto lo escribo por el mensaje «Una sola casa». Yo naci en una casa no cristiana. Conoci al Senor Jesus hace treinta anos. Mi esposo nacio en un hogar catolico, el hijo menor, de 16 hijos en la familia. Yo soy la mayor de 8 hijos. El padre de mi esposo murio cuando el tenia un ano, no lo conocio. Su mama, conocio a Cristo tiempo despues, y desde entonces le sirvio al Senor, y llevo sus hijos al cristianismo. Hoy en dia vamos a la iglesia, pero encuentro muchos tropiezos con mi esposo. El casi nunca quiere ir, y me impide que yo valla. Yo estoy haciendo el secretariado de la iglesia, y necesitan mi ayuda. El problema, o lo que yo siento de mi esposo es su comportamiento en la iglesia. Por todo el viaje a la iglesia va protestando, pero llega y parece que se pone la tunica de cristiano al entrar, y se la quita al salir y vuelve a lo mismo. Parece que tiene dos personalidades. Yo me siento mal por eso. Vamos a una iglesia en otro pueblo, pero de dos iglesias en el pueblo que vivo, me llaman y quieren que vuelva con ellos. Yo me he ido de ellas porque El Senor, en un mensaje me dijo que me mandaba a este pueblo a ayudar a levantar iglesias hispanas, que solo habia una, ya hay seis, en un pueblo pequeno. Por eso me he ido a ayudar a los pequenos pueblos cercanos, pero mi esposo ya no me quiere dejar hacerlo. Yo no se si alguien de ustedes me pudiera dar una idea de como convencer a mi esposo de que eso es necesario para mi, ayudar. Yo se que es una larga carta, mas que un comentario, pero, quizas otras personas tienen este mismo problema, o, parecido. Perdon por lo extenso del comentario.

    Les amo con ese inmenso amor que nuestro Senor Jesucristo nos dejo, al partir. [Juan 15:-12]
    Hna: Aida Luz,
    Florida, USA.
    BENDICIONES A TODOS USTEDES, EN ABUNDANCIA.

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