Felipe y el Etíope

Felipe y el Etíope Pero … ¿Entiendes lo que leesí

POR AUGUSTO BUSINA (PLOTTIER / ARGENTINA)

“Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que leesí El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él” (Hechos 8:30-31)

Un pasaje tan conocido para el lector de la Biblia, puede transformarse en un disparador de ideas para conocer la manera de acercarse a las personas, para llevar el mensaje de la Palabra de Dios.

Dos personas sobresalen en el relato. Felipe un evangelista, uno de los muchos hermanos que abandonara Jerusalén, para seguir testificando en otras ciudades y aldeas. Se encuentra muy atareado en la predicación del Evangelio, con buenos resultados, viendo la nueva vida en Cristo en tantas personas.

La segunda persona es un Etíope, pero no cualquier etíope, éste era funcionario de Candace reina de los etíopes. Pero lo más importante de esta persona no era su cargo, ni su situación personal de ser eunuco, ni su color de piel. Lo verdaderamente importante es su búsqueda y ansia de conocer la verdad de Dios. Por eso compró aquel pergamino con el relato de Isaías.

El Señor, que conoce cada necesidad, está allí presente. Un ángel hablará a Felipe, indicándole a donde ir en su nueva misión evangelística. El Espíritu Santo será quien designe a qué carro en particular debe acercarse. El irse de una ciudad, donde había estado tan ocupado, a un lugar tan lejano por un camino desierto, no pudo ser sino una prueba a la fe de Felipe; especialmente cuando ignoraba el motivo del viaje. Pero, como Pablo, “no fue rebelde a la visión celestial”(Hechos 26:19); y, como Abraham, “salió sin saber dónde iba” (Hebreos 11:8).

Felipe es un hombre de Dios, un siervo que nos deja pisadas claras a seguir nosotros.

 

1) FELIPE, UN HOMBRE OBEDIENTE AL LLAMADO.

Aún desconociendo el ¿por qué dejar un lugar donde se estaban produciendo tantos resultadosí, obedece al llamado, sigue sus instrucciones, primero de un Ángel del Señor, luego del Espíritu Santo. Paso a paso es Dios quien le guía, es él quien presenta las oportunidades.
Seguramente hubo hermanos de discernimiento aconsejando a Felipe que se quedara en Samaria para confirmar las Iglesias nacientes y, especialmente en vista de los peligros tales como de Simón el mago y otros movimientos religiosos contrarios; Felipe obedecía al Señor de la mies, estaba en sus manos y se abandonó a su total gobierno.

¡Qué bueno es poder estar confiados y obedientes al Señor cada día! Dejarse utilizar por Dios, él es el Señor de la obra, de Su iglesia, de sus propósitos.  ¿Podemos decir, El es el Señor de mi vida? ¿Siempre habré estado dispuesto, cuando me llamó el Señor a desempeñar una tarea a Su Nombre?
Felipe deja todo lo que está haciendo en Samaria y emprende el viaje; no sabe todavía cuál es la misión, ni porqué dejar Samaria. Hasta que encuentra la importante comitiva, rodeada de sus guardias. Ahora sí empieza a ver el diseño del plan de Dios. Allí hay un alma preciosa que llevará el Evangelio a todo un continente.
Felipe está tranquilo y seguro porque el Señor está a su lado. ¿Nosotros igual?

 2) FELIPE, UN HOMBRE OBSERVADOR Y BIEN PREPARADO.

Ahora es el Espíritu Santo que le habla y, frente a la comitiva a la vista, le dice acércate a ese carro. El lugar es solitario e ingrato; las personas desconocidas, los guardias tal vez amenazantes.
Sin embargo todas las puertas, una a una, se van abriendo y ahora escucha la voz del potentado negro, está leyendo el rollo de Isaías, debatiéndose por entender la gran profecía del “Siervo de Jehová”. Seguramente leía en voz alta y con gran atención.
Con la confianza de quien se deja guiar por el Espíritu Santo, Felipe entra en la conversación con una pregunta:

Pero: “¿ENTIENDES LO QUE LEES?” Aquel hombre está sediento y necesitado. La respuesta es inmediata: “¿Y COMO PODRÉ, SI ALGUNO NO ME ENSEÑARE?” Seguidamente invita a Felipe a subir a su carro y éste accede de buen grado.
¡Qué porción más apta para la presentación de Jesús como Salvador! Pero destacamos algo precioso, el Siervo de Dios estaba bien preparado para contestar la pregunta del magnate etíope.
“El profeta no hablaba de si mismo, sino de “Otro”, del Mesías que habría de venir para sufrir la condena del pecado con el fin de libertarle y salvarle. Felipe predicó a Jesús: el “Cordero de Dios que llevó y quitó el pecado del mundo”.

Me preguntaba: si siempre se está bien preparado para contestar las preguntas de aquellos que sedientos buscan la verdad. Me asombra ver la poca preparación y estudio de la Palabra que tenemos hoy en las Iglesias. El poco tiempo que se invierte en estudiar la Palabra. Oportunidades que pasan porque no se sabe qué contestar. Las veces en que no hay respuesta bíblica a las preguntas del mundo. Y las veces que se yerra, por ignorar las escrituras.

¿Podemos decir abiertamente, entiendes lo que leesí …..

 3) FELIPE, UN HOMBRE QUE INVIRTIÓ TIEMPO EN UNA PERSONA.

“Prosiguiendo ellos su camino”. …. Felipe no le dijo: bueno, mire estoy apurado, me tengo que volver a Samaria, ya nos veremos en otra oportunidad, que Dios le bendiga.
Tal vez fueron horas de viaje, de estudio, de conversación, de explicación, de contestar preguntas. Por medio de ello, el eunuco, una persona inteligente, pudo aprender los hechos y doctrinas más importantes de la “FE” cristiana.

 4) FELIPE, UN HOMBRE QUE HIZO UN TRABAJO COMPLETO.

Romanos 10:17 nos dice “La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. Sin lugar a dudas que aquel etíope manifestó una verdadera fe, apoyada sobre la persona del Señor Jesucristo.
Todo aquel precioso tiempo, llevó a hablar del bautismo. Sabía ahora que el Bautismo era la señal exterior de su fe y nuevo nacimiento interior. Llegaron así a un oasis en el desierto y la pregunta llegó:
¿QUÉ IMPIDE QUE YO SEA BAUTIZADO?, “Si crees de todo corazón, bien puedes”, y respondiendo dijo: “CREO QUE JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS”

E. Trenchard dice sobre esta frase: “Es  el Credo más antiguo de la Iglesia, el mínimo que había de confesarse antes de ser admitido al acto del bautismo y a la comunión visible de la Iglesia”

Y fue así que, a vista de todos, no solo abrazaba el cristianismo, sino cumplía el deseo y voluntad de Dios. Descendieron a las aguas el siervo de Dios y el convertido, para ser bautizado por inmersión.
Un trabajo completo de Felipe. Obediencia, observación, preparación, invirtió tiempo, predicó el Evangelio, habló del bautismo, lo bautizó y lo dejó gozoso al eunuco para continuar con su camino.
El nuevo convertido no lloró la ausencia de Felipe, sino que siguió su camino “gozoso”, experimentando la potencia del Espíritu Santo en él.
Ahora tenía todo un continente para contarles quien era Jesús, el que ahora era Su Salvador personal.

El Espíritu Santo arrebató a Felipe, y se encontró en Azoto, y pasando anunciaba el Evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea. Nuevas tareas, nuevos escenarios, nuevas personas, pero un mismo celo: predicar la Palabra de Salvación en Cristo Jesús.

¿Estamos listos para el desafío? …. El Señor nos dé la gracia de crecer y ser útiles cada día, en lo poco o en lo mucho. Al Señor servimos.-

6 COMENTARIOS

  1. EN VERDAD DOY GRACIAS A DIOS POR ESTE MINITERIO QUE USTEDES REALIZAN, PUES DE MUCHA BENDICION, ESTARÉ ORANDO PARA QUE ESTA MARAVILLA LLEGUE TAMBIÉN A MUCHOS EN TODO EL MUNDO DIOS LOS BENDIGA RICAMENTE

  2. soy de pocas palabras, pero le agradesco por este mesaje es lo que necesito. dios le bendiga

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