Reflexiones de la Biblia: Empieza a mostrar algo de gratitud

«¡ALABEN LA MISERICORDIA DEL SEÑOR Y SUS MARAVILLAS PARA CON LOS HIJOS DE LOS HOMBRES!…» (Salmo 107:8)

David escribió: «¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres!…». Fíjate en la palabra ‘alaben’; una actitud agradecida es una elección que tomas tú, como eliges tu dieta o tu ropa interior. Hay mucho de lo que estar agradecido. «Sí, pero también hay mucho de lo que quejarse». El tema es precisamente que has de tomar la elección entre estar agradecido y quejarte.

Robinson Crusoe se pasó veintisiete años como náufrago en una isla tropical. Aquí tienes una parte de la introducción de su diario (parafraseada). Llamaremos a sus listas: lista de quejas y lista de agradecimientos. Queja: «Me encuentro atrapado y sin esperanza en esta isla desierta». Agradecimiento: «No me ahogué como el resto de mis compañeros de barco». Queja: «No tengo ropa». Agradecimiento: «El clima es cálido; si tuviera ropa, no podría ponérmela». Queja: «No tengo modo de protegerme de los hombres o las bestias». Agradecimiento: «Aquí no veo ninguna bestia salvaje que me pueda herir, aunque sí las vi en la costa africana. ¿Qué habría pasado si hubiera naufragado allí?». Queja: «No tengo a nadie con quién hablar». Agradecimiento: «Dios mandó el barco tan cerca de la costa que he podido sacar todo lo necesario para sobrevivir durante el resto de mi vida».

¡Esto es muy fuerte! Si puedes entenderlo y ponerlo en práctica, podrá evitar que te conviertas en un «socio del club del éxodo por el desierto» conocido también como «Los Quejicas». Nuestra actitud es sencillamente una decisión que tomamos de cómo vamos a enfrentar las cosas. Pensar en las cosas buenas de la vida no es el modo de ver las cosas de Disneylandia; ¡es sabiduría!