INCÚLCASELAS CONTINUAMENTE A TUS HIJOS Deuteronomio 6:7 NVI
Abraham tuvo un sobrino llamado Lot que triunfó en los negocios pero perdió su familia. Las razones fueron:
a) tuvo una escala de valores equivocada, colocando las ganancias materiales por encima del éxito espiritual;
b) estuvo en el entorno equivocado –pensó que sus hijos podrían vivir en Sodoma sin ser afectados por la ciudad;
c) tuvo las expectativas equivocadas -pensó que podría cambiar su entorno transigiendo en sus principios;
d) dio mal ejemplo –pensó que su familia seguiría sus instrucciones; pero lo que hicieron fue imitar su estilo de vida;
e) se relacionó con las personas equivocadas – no se dio cuenta, hasta que fue demasiado tarde, de lo que Sodoma había influido en su familia (véase Génesis 19:4-5).
Si crees que puedes vivir según las reglas del mundo y esperar que tus hijos sigan las de Dios, te está engañando a ti mismo.
En lugar de predicar sobre cómo quieres que se comporten tus hijos, compórtate tú así.
Sé un modelo a seguir.
Además de tu influencia como padre o madre, las cuatro influencias mayores en la vida de tus hijos son los compañeros, la internet, los medios de comunicación y la música. Y en tus manos está el que esas cosas pesen más que tú o al revés. Tal vez digas:
“Estoy muy ocupado ahora” ¡Pues desocúpate! Replantéate tu escala de prioridades. El carácter de tu hijo se está forjando a diario; la pregunta es ¿quién lo forja?
La Palabra de Dios determina que hay seis cosas que describen tu trabajo como padre o madre:
1) Enséñales (Deuteronomio 6:6-7).
2) Capacítalos (Proverbios 22:6).
3) Provee para ellos (2 Corintios 12:14).
4) Críalos (Efesios 6:4).
5) Disciplínalos (1 Timoteo 3:4).
6) Ámalos (Tito 2:4). ¡No existe mayor responsabilidad!
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