¿Cuáles Son Las Principales Distracciones Cuando Predica?

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Pastor: ¿Qué Le Distrae Mientras Predica en la Iglesia?

Pastor: ¿Qué Le Distrae Mientras Predica en la Iglesia?

En media un pastor prédica en la iglesia unas 150 o 220 veces al año, algunos pasan de esa media de ministraciones. Tengo un amigo que predica hasta 3 veces al día (Una locura). Pero, con los años estos predicadores crean un sentido enorme de contacto con las personas. Al punto de saber si la iglesia lo sigue en sus ministraciones, o si ellos están viajando a otro mundo aún estando en el mismo lugar.

Todo predicador, pastor, evangelista o maestro está bien familiarizado con las distracciones que suceden cuando sé ministra. Para muchos de nosotros es como un estilo de vida, ya que estamos siempre delante de las personas. Aunque, debemos de confesar que este tipo de cosas son molestas.

A lo largo de mi ministerio y viajando por algunos lugares he preguntado a pastores y amigos sobre estas cosas que los distraen. Estoy hablando de cosas que distraen a los pastores cuando predican y ministran. Esta relación es un compilado de estas conversaciones y algunos comentarios de las mismas.

8 Cosas Que Distraen A Los Pastores Cuando Predican

1) La gente que se mueve de aquí para allá

Ocurre cada vez que alguien entra o sale del servicio mientras estoy predicando. Todas las cabezas se giran para ver el movimiento. Es como si estuviera hablando en un idioma extranjero mientras la persona se mueve. Nadie me presta atención.

2) La gente habla sin parar

Es obvio que no me están escuchando si están hablando entre ellos. Y me molesta mucho cuando se ponen la mano delante de la boca, como si pudieran tapar el hecho de que están hablando.

3) La gente mira una y otra vez su reloj

Sí, sé que ha sido un sermón malo o largo, o ambas cosas, cuando la gente no puede esperar para salir. El ‘mirar el reloj’ es el indicador clave.

4) La gente bosteza

Trabaje en mi ministración casi 20 horas y esta persona no puede dejar de bostezar. Tal vez estuvo despierto toda la noche, pero prefiero que se quede en casa y duerma.

5) La gente frunce el ceño

Siempre me pregunto si están enfadados conmigo o con mi prédica. Tal vez han tenido un mal día con su cónyuge. Quizá su equipo de futbol perdió anoche, pero no puedo evitar tomármelo como algo personal.

6) La Gente durmiendo

Es interesante, pero hay personas que esperan la hora de la predicación para dormir. No es el caso de las personas que duermen porque están exhaustos por causa del trabajo y las responsabilidades. Es de muy mal gusto para el que ministra ver a la gente durmiendo el sueño de Adán.

7) La gente que envía mensajes por el WhatsApp

Se podría argumentar que están tomando notas en su celular o, leyendo la Biblia online, pero yo sé que no es así. Algunos de los jóvenes en la iglesia no pueden vivir sin el celular en la mano, y mucho menos sin enviar un mensaje por WhatsApp para alguien.

8) Los teléfonos celulares tocan

Pedimos que se silencien todos los teléfonos antes de que comience el servicio, así que no es tan malo como solía ser. Pero una vez hice un funeral y el teléfono del hijo del difunto sonó. De hecho, se puso a hablar con su compañero de caza mientras yo continuaba mi mensaje.

En la mayoría de iglesia se pide a los miembros que apaguen los celulares antes de comenzar el servicio, así no es tan malo como era antes. Es impresionante como la gente deja que el celular toque en plena predica en un funeral, o entierro de un pariente. La verdad es que este tipo de cosas no debería suceder.

Te dejo esta escritura y me encantaría que la leyeras detenidamente como los lideres y el pueblo se comportaba delante de la predicación y la palabra de Dios. El pasaje se encuentra en el libro de Nehemías 8:1-15

1 y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel.

2 Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.

3 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.

4 Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam.

5 Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.

6 Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.

7 Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar.

8 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.

9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

10 Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.

11 Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis.

12 Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.

13 Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley.

14 Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo;

15 y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito.

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