El Gozo En El Cielo

Más nuestra ciudadanía está en los cielos, (Filipenses 3:20).

Se cuenta la historia de un pastor que preguntó a sus miembros de la iglesia: ¿Cuántos de ustedes quieren ir al cielo? Todos levantaron la mano excepto un niño. El pastor le dijo: Hijo, ¿tú no quieres ir al cielo? Él respondió: Sí, pastor, ¡pero pensé que estaban levantando la mano para ir ahora mismo!

Seamos sinceros, no pensamos ni hablamos mucho del cielo hasta que muere un ser querido y se va allí, o hasta que envejecemos y sentimos que hemos cumplido nuestra misión aquí en la tierra. Entonces sentimos un tirón que nos empuja hacia el cielo. Y así debe ser.

Colocando una media, pasaremos aquí unos setenta u ochenta años, mientras que allí pasaremos la eternidad. “Y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:17). Aquí, en la tierra, obtenemos una puntuación mixta; a veces, lo hacemos bien, y otras veces no tan bien. Pero en el cielo seremos como Jesús.

“Más nuestra ciudadanía está en los cielos, desde donde también esperamos al Salvador…el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:20-21).

El autor cristiano C.S. Lewis escribió que en el cielo cada uno de nosotros será una “criatura deslumbrante, radiante e inmortal, que palpitará con una energía, alegría, sabiduría y amor que ahora no podemos imaginar”.

Todos los patriarcas, profetas y predicadores de la Biblia anhelaban el cielo. Zacarías lo describe con estas palabras: Cuando llegue ese día, yo salvaré a mi pueblo como salva el pastor a su rebaño; y cuando ya estén en su tierra, brillarán como las joyas de una corona…(Zacarías 9:16-17). Si murieras hoy, ¿irías al cielo? Puedes ir al cielo en paz, si confías en Jesucristo.

El Gozo En El Cielo Según La Biblia

La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura (Apocalipsis 21:16)

La próxima vez que sientas que te falta espacio, lee esto: La ciudad tiene forma cuadrada, y su longitud es igual a su anchura. Y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales (v. 16).

Eso es un área de más de 3 millones de kilómetros cuadrados, haciendo a la nueva Jerusalén más grande que la mayoría de los países del mundo. Una ciudad tan grande sería cualquier cosa menos abarrotada e incómoda. Y hay algo aún más increíble: ¡tiene mil quinientos kilómetros de altura! No habrá limitaciones de espacio. Y eso confirma lo que Jesús dijo sobre el cielo:En la casa de mi Padre hay muchas moradas… Yo voy a prepararos un lugar (Juan 14:2 RV1960).

Puesto que el mismo Dios que creó la tierra también diseñó el cielo, y el apóstol Pablo dijo que el cielo será mucho mejor (Filipenses 1:23 RV1960), piense en el lugar más hermoso que haya visitado y multiplique esa escena preciosa por infinito. A Juan se le mostró la santa Ciudad de Jerusalén, cuyo resplandor era como una joya preciosa. (lee Apocalipsis 21:10-11)

Una noche, mientras tomaba la mano de su padre y miraba las estrellas, un niño le dijo a su papá: “Si el lado contrario del cielo es tan hermoso, ¿cómo debe ser el lado correcto?”.

Escucha esto: Jesús murió para que tú pudieras ir al cielo. Pero no vas por casualidad; vas por elección. Entonces, ¿has puesto tu confianza en Cristo para que sea tu Salvador? Si es así, ¡ciertamente nos veremos en la gloria!

Deseo dejarte 8 versículos bíblicos para tu estudio devocional, espero que los aproveches al máximo: 1 Reyes 17:1-24, 1 Corintios 12, Job 29-31, Lucas 21:12-24, Salmos 38:13-22, Proverbios 8:24-26