ÚLTIMA HORA: Pastor Tim Keller muere a los 72 años tras luchar contra el cáncer de páncreas

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ÚLTIMA HORA: Pastor Tim Keller muere a los 72 años tras luchar contra el cáncer de páncreas

Con una mezcla de profundo pesar y agradecimiento por una vida bien vivida, anunciamos el fallecimiento del Reverendo Timothy J. Keller, conocido popularmente como Tim Keller, a la edad de 72 años, tras una valiente batalla contra el cáncer de páncreas.

El pastor Keller, quien fuera fundador de la Iglesia Presbiteriana Redeemer en la ciudad de Nueva York y autor de numerosos libros de gran éxito, dejó un legado que impactó a la Iglesia y al mundo más allá de los confines de la metrópolis en la que sirvió durante décadas.

Nacido y criado en Pensilvania, el pastor Keller sintió desde joven el llamado al ministerio, y se convirtió en uno de los más influyentes líderes cristianos contemporáneos, conocido por su habilidad para presentar las profundas verdades del evangelio de una manera accesible y culturalmente relevante.

Su diagnóstico de cáncer, que hizo público en 2020, no frenó su ministerio, sino que, por el contrario, pareció reforzar su compromiso con la causa de Cristo y su compasión hacia aquellos que luchan contra el sufrimiento y el dolor.

Incluso en medio de su enfermedad, el pastor Keller continuó escribiendo, enseñando y proclamando la buena nueva del amor de Cristo, demostrando una gracia y una fuerza que solo podían provenir de su profunda fe. A pesar de las circunstancias, se mantuvo firme en su convicción de que, como escribió el apóstol Pablo en Filipenses 1:21, «para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.»

Deja atrás a su esposa Kathy, con quien compartió 44 años de matrimonio y la alegría de criar a tres hijos. También deja un legado inmenso de enseñanzas bíblicas, libros influyentes y un amor inquebrantable por Jesús y su Iglesia.

Como comunidad de fe, agradecemos a Dios por la vida y el ministerio del pastor Tim Keller. Su voz, su sabiduría y su corazón por el evangelio serán profundamente extrañados. Pero también celebramos, sabiendo que ahora está en la presencia de su Salvador, quien lo recibe con las palabras: «Bien hecho, siervo bueno y fiel» (Mateo 25:23).

En este momento de tristeza, nos recordamos a nosotros mismos y a otros la promesa de Jesús en Juan 11:25-26: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. ¿Crees esto?» El pastor Tim Keller vivió y murió creyendo esto, y su vida fue un testimonio de esa creencia. Nos unimos en oración por su familia y todos aquellos que amaban al pastor Keller, pidiendo que el Dios de toda consolación los consuele en su duelo.

El legado del pastor Keller continuará a través de sus enseñanzas y escritos, y especialmente a través de aquellos que encontraron a Jesús gracias a su ministerio. Su vida y su muerte sirven como recordatorio de que cada día es un regalo y una oportunidad para servir a Dios y amar a los demás.

El legado del pastor Keller continúa, no solo en la iglesia de Redeemer, sino en los corazones y mentes de millones de creyentes en todo el mundo que fueron tocados por su profundo conocimiento de la Escritura y su capacidad para hacerla relevante en la cultura actual. Desde la fundación de la Iglesia Redeemer, Keller se centró en crear un lugar donde la fe y la vida diaria pudieran entrelazarse, donde las preguntas y dudas se consideraran un paso hacia un conocimiento más profundo de Dios, no un alejamiento de Él.

La pérdida de Tim Keller es indiscutiblemente grande, pero nos consuela saber que la sabiduría que impartió y el amor que mostró por Jesús y su Iglesia continúan resonando. Los sermones que predicó, los libros que escribió, los consejos que ofreció, todos contribuyen a una rica herencia de fe que perdurará mucho más allá de su tiempo en la tierra.

Al reflexionar sobre la vida del pastor Keller, somos desafiados a vivir de la misma manera que él: con una fe inquebrantable, una pasión ardiente por la Palabra de Dios y un corazón comprometido en mostrar el amor de Cristo a todos los que encontramos.

«Para mí, vivir es Cristo y morir es ganancia» (Filipenses 1:21). Estas palabras, que el pastor Keller tanto amaba y enseñaba, se hacen aún más significativas ahora. Su vida y muerte son testimonio de esta verdad. Vivir para Cristo, y finalmente, morir en Cristo, es verdaderamente ganancia.

Su legado nos insta a abrazar cada día como un regalo de Dios, para amar más profunda y abundantemente, y para servir con la valentía y la humildad que caracterizaban su ministerio. Con gratitud, recordamos su vida, su pasión y su devoción inquebrantable a Jesús, y nos comprometemos a seguir su ejemplo de fe viva y activa.

Es nuestro deseo y oración que este tiempo de luto nos acerque más a Dios, a medida que reflexionamos sobre la vida de nuestro amado pastor Keller y sobre nuestra propia mortalidad. Que, a través de nuestro dolor, podamos encontrar la paz y la esperanza que solo Jesús puede brindar. Y que, en medio de nuestra tristeza, podamos alzar nuestras miradas hacia la eternidad, donde nuestro amado pastor ahora reside.

Para terminar, aunque extrañaremos profundamente al pastor Tim Keller, celebramos su vida, honramos su legado y nos regocijamos en la esperanza de que ahora está cara a cara con nuestro Señor y Salvador. Como iglesia de Cristo, nos unimos en oración por la familia Keller y por todos aquellos que están de luto, sabiendo que nuestro Dios de consuelo está cerca de los quebrantados de corazón.

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