Barbie La Película: Una gran broma pesada

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Barbie La Película: Una gran broma pesada

La película empapa al público con un discurso y unos movimientos sistemáticamente antimasculinos.

¡Una broma de proporciones inesperadas! La película Barbie resulta ser, en mi opinión, una humorada de mal gusto. La expectativa generada por los carteles y anuncios nos lleva a pensar que se trataría de una producción relacionada con la icónica muñeca diseñada por Ruth Handler y lanzada por la empresa estadounidense Mattel. Incluso podríamos imaginar un «live action» basado en una de las muchas películas ya producidas al estilo de remakes o similares. Pero nada podría estar más alejado de la realidad y el enfoque resultó sorprendentemente diferente y poco objetivo.

Mantengo firmemente el argumento de que esto representó un tremendo «atropello», y en absoluto considero que se tratara meramente de una genial estrategia de marketing o una jugada humorística para sorprender gratamente al público. Quizás en el desarrollo de la trama se podría encontrar lo que uno espera de una película relacionada con una muñeca tan reconocida. No obstante, la realidad fue todo lo contrario. Como se puede constatar con facilidad, muchas familias se sintieron incómodas durante la proyección de la película, especialmente aquellas que asistieron con sus hijos e hijas. Se encontraron inesperadamente sumidos en el bochorno generado por ciertas líneas y escenas que claramente podrían ser clasificadas como «adultas», y estas estuvieron presentes a lo largo de toda la película.

Dice la sinopsis de la película que en la muda utopía de las Barbies, «Barbieland», una de las muñecas (Margot Robbie) comienza a percibir cambios subjetivos y estéticos, llegando a la conclusión de que ya no encaja en ese espacio. Que a diferencia de las otras Barbies, ella habría tomado conciencia de su vida cliché y superficial porque se autodenomina «la Barbie estereotipada». Tras darse cuenta de que era «una extraña en el nido», se embarca en una aventura en el «mundo real». Conoce a la persona que jugaría con ella y la dibujaría de forma no convencional, «más real» y menos estereotipada, lo que habría provocado esta «expansión de conciencia». Parece que el objetivo de los productores y la dirección de la película es demostrar que la Barbie estereotipada descubrió que la belleza está dentro de cada uno, pero sinceramente ese no fue el gran mensaje transmitido por la película.

La obra tiene una estética exacerbada típica de las películas infantiles. Pero no nos equivoquemos, a pesar de la clasificación por edades sugerida de 12 años, la película está cargada de sofisticadas visiones filosóficas del mundo, incrustadas en líneas, ropa, gestos y símbolos a menudo sutiles que, incluso para el público adulto, sería un reto percibir y codificar los mensajes cifrados.

La película con temática de «Barbie» parece formar parte de una tendencia propagandística que busca contrarrestar y socavar los valores y principios que hemos abrazado como fundamentos arraigados en el cristianismo. Es válido reconocer que en la historia del cristianismo no solo encontramos motivos de celebración, sino también momentos críticos. Más aún, el legado intangible del cristianismo ha dejado una enorme marca en la sociedad occidental y ha contribuido de manera positiva en diversos aspectos de la vida humana. Elementos como la democracia, la libertad de expresión, la compasión, la justicia y otros valores morales y éticos han sido influenciados por esta herencia, mereciendo un análisis más profundo en un contexto adecuado.

Lamentablemente, para la desilusión de numerosas familias y, ciertamente, de muchos niños que aguardaban con expectación la película, el desengaño resultó ser monumental. Es innegable que varias familias pasaron por alto las señales de advertencia y se aventuraron con la esperanza de que la cinta giraría en torno a una muñeca y presentaría narrativas adecuadas para aquellos familiarizados con las animaciones de Barbie en las plataformas digitales. No obstante, se toparon con secuencias sugerentes, expresiones inapropiadas, promoción de ideología de género y la burla hacia la figura masculina. Estos elementos conformaron parte de los ingredientes presentes en la película, diseñados para satisfacer a un público específico y militante.

A pesar de que se aborda de manera positiva la problemática del machismo y la devaluación de la mujer en la sociedad, la película satura al público con discursos y movimientos que parecen estar en contra del hombre de forma sistemática. Esto lleva a una percepción generalizada de que toda expresión masculina en la sociedad ha resultado en la opresión de la mujer, lo cual no refleja la realidad completa. De hecho, las mujeres han enfrentado considerables dificultades debido al machismo, lo cual ha menoscabado la dignidad humana. Es esencial señalarlo de manera franca, expresar esta realidad con claridad, meditar sobre ello y esforzarse por erradicar esta situación de una vez por todas.

Si consideramos el ejemplo de Jesús, quien constantemente elevó a la mujer al mismo nivel que el hombre, incluso otorgándole un papel destacado en términos religiosos y sociales en una época caracterizada por la devaluación femenina, podemos notar que el cristianismo nunca ha sido antagonista hacia el género femenino.

Más bien, ha extendido una invitación a la mesa de comunión y a la igualdad frente a Dios y la humanidad. Esto se refleja en el libro de Gálatas 3:28: «Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús».

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