Efesios 5:15 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Efesios 5:15 | Comentario Bíblico Online

En estos versículos Pablo exhorta a sustituir la necedad por la prudencia y la locura por la sabiduría que otorga el Espíritu de Dios.

1. Las tinieblas son símbolo, no solamente de pecado, sino también de ignorancia y necedad. Asimismo, la luz es símbolo, no sólo de santidad, sino también de sabiduría y conocimiento. De ahí que, al empalmar con el contexto de luz y tinieblas de los versículos Efe 5:8-13, el apóstol diga (v. Efe 5:15): «Mirad, pues, con diligencia cómo continuáis caminando (esto es, viviendo), no como necios, sino como sabios» (lit.). El gr. ásophos es el opuesto a sóphos, sabio; por lo que su verdadero sentido es «necio» (del latín nescius, el que no sabe). No saber lo que es secundario para la vida verdadera del hombre podrá ser una desdicha, pero no saber lo que hace sabio para salvación (2Ti 3:15) es la mayor desgracia.

2. Esa sabiduría verdadera se muestra (v. Efe 5:16) «aprovechando lo mejor posible cada oportunidad» (NVI). La frase se repite en Col 4:5Col 4:5 y significa a la letra: «libertando para sí continuamente el tiempo oportuno». Este tiempo oportuno para vivir siempre como hijos de luz, como sabios, se nos presenta aquí como un esclavo que está en la plaza del mercado a merced del que lo compre, lo liberte y lo ponga al servicio del propio comprador. Es un tiempo precioso, como vemos en 2Co 6:2: «el tiempo del favor de Dios». Ese «tiempo», distribuido en las múltiples oportunidades que se nos presentan cada día, va pasando tan rápidamente que si no nos asimos prontamente a él, se nos escapa con la misma rapidez con que se presenta. El mundo suele hablar de «aprovechar la ocasión» cuando se trata de pecar. El cristiano ha de entender la frase en sentido de oportunidad para hacer el bien, para todo lo que dice referencia a la salvación y la santificación. Añade Pablo: «Porque los días son malos». Los días, la época en que hablaba el apóstol (¿y qué diremos de la actual, en que el diablo anda más suelto que nunca?), está en poder de Satanás (1Jn 5:19). Por eso, urge libertar de ese mercado, donde los que son del diablo compran las ocasiones para el mal, las oportunidades que se nos ofrecen para el bien, las cuales son siempre minoría frente a toda clase de malas ocasiones para el pecado.

3. Continúa Pablo en la misma línea (v. Efe 5:17): «Por eso, no os hagáis insensatos (gr. áphrones, sin seso), sino entended (es decir, tratad de discernir en todo momento) cuál es la voluntad (gr. thélema, como en Rom 12:2 y otros lugares) del Señor» (lit.), esto es, de Jesucristo, como en Efe 2:21; Efe 4:1; Efe 5:10. Comenta Leal: «Ante los peligros que tienen los cristianos mientras viven en un siglo malo, precisan de mucha sabiduría, que se esfuerza por conocer y practicar la voluntad del Señor Jesús».

4. Al seguir con el contraste entre la necedad y la sabiduría, añade Pablo (v. Efe 5:18): «Y no os embriaguéis con vino (la frase se halla, al pie de la letra, en Pro 23:31, según la versión de los LXX), en el cual hay desenfreno (o libertinaje; lit. perdición, ya que asotía es lo contrario de sotería, salvación; por lo que el adverbio asótos se traduce en Luc 15:13 por «perdidamente»), sino sed llenos del Espíritu» (lit.). Este versículo necesita análisis especial.

(A) Comencemos diciendo que no es improbable la opinión de Lenski de que la expresión griega en pnéumati debe traducirse «en el espíritu» (con minúscula), oponiendo la «llenura» espiritual a la embriaguez, que aparece en la lista de «las obras de la carne» (por ej. Gál 5:21). Pero el propio Lenski admite que «el hecho de que estas expresiones (las de nuestro espíritu) se deban al Espíritu Santo es evidente por sí mismo». Podemos, pues, asegurar que, a fin de cuentas, tenemos aquí lo que se llama «la llenura del Espíritu». La preposición griega en puede verterse por «en», «por», «con», «de», ya que todas ellas representan a la hebrea be, al tener en cuenta, como ya hemos dicho en otros lugares, que Pablo pensaba en hebreo aunque escribiese en griego.

(B) Vemos, pues, el contraste entre el embriagarse, llenarse de vino, y el llenarse del Espíritu Santo, que es una especie de «sobria embriaguez», como dice la liturgia benedictina. En ambos casos hay el influjo de algo «espiritual», ya que las bebidas alcohólicas suelen llamarse también bebidas «espirituosas». En ambos casos también, tenemos el influjo de algo que «controla» al individuo, que le hace perder la propia iniciativa. Ya sea el vino, ya sea el Espíritu de Dios, cuando llenan, dominan y controlan al individuo; el vino, para perdición; el Espíritu Santo, para salvación.

(C) Al centrar ahora nuestro análisis en la segunda parte del versículo, podemos advertir que el verbo griego pleroústhe está (a) en el modo imperativo; es un mandato, no un simple aviso o consejo. Todo creyente debe ser lleno del Espíritu Santo; (b) en tiempo presente; no es, pues una llenura de una vez por todas, al contrario del sellado de Efe 1:13. Es menester ir recibiendo continuamente ese poder del Espíritu Santo (comp. con Hch 1:8) para cada momento de nuestra vida cristiana, porque sin Él nada podemos (comp. con Jua 15:5); (c) en voz pasiva. Esto significa, ni más ni menos, que no somos nosotros los que nos llenamos del Espíritu, sino que nos dejamos llenar (lo cual no es lo mismo) por el Espíritu. El poder del Espíritu de Dios está personificado en el Espíritu Santo, por lo que bien puede hablarse de llenura aun cuando se habla de una Persona, ¡Persona que es Dios!

(D) Ahora bien, esto implica que, al no ser un «viento» ni un «líquido» lo que nos llena, sino una Persona, no está en nosotros el tomar poco o mucho del Espíritu, sino el permitir que el Espíritu tome poco o mucho de nosotros. Toma poco cuando no nos dejamos invadir de su poder y, al obrar así, lo contristamos (Efe 4:30) o lo apagamos (v. 1Ts 5:19). Un creyente contrista y apaga en sí el poder y el fuego del Espíritu cuando rehúsa rendirle todo lo que es y tiene y, de este modo, obstaculiza la acción del Espíritu, pues le cierra puertas y le pone barreras que el Espíritu, al respetar la libertad del individuo, no va a forzar. Pero tengamos en cuenta que todo lo que se le niega a Dios, al Espíritu de Dios, queda sin consagrar, sin dedicar a Dios, sin recibir poder. En ese espacio que le negamos, en lugar de Dios queda entronizado un ídolo, sea de metal, de carne o de papel-moneda. ¿No explica esto la falta de poder de muchos cristianos y de muchas congregaciones?

5. Todo lo que resta de esta porción (vv. Efe 5:19-21) e, implícitamente, de lo demás de la Epístola, hasta Efe 6:20, depende de esta llenura del Espíritu, como lo muestran los gerundios que encabezan los versículos Efe 5:19, Efe 5:20 y Efe 5:21.

(A) El primer efecto de la llenura del Espíritu es la alabanza al Señor, a Jesucristo (v. Efe 5:19), acompañada de la acción de gracias a Dios en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (v. Efe 5:20). Así ha de comenzar toda oración personal y todo culto eclesial, toda liturgia. Este culto de adoración y acción de gracias:

(a) Es efecto directo de la llenura del Espíritu, como se ve por ese participio de presente (gr. laloúntes), que se vierte literalmente por «hablando» (v. Efe 5:19). Igualmente tenemos otro participio de presente al comienzo del versículo Efe 5:20 (gr. eukharistoúntes, de donde viene el vocablo «eucaristía», no la Misa), que significa «dando gracias». Por si fuese poco el participio de presente, Pablo añade: «siempre por todas las cosas», pues todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios (Rom 8:28).

(b) Pablo dice (v. Efe 5:19) «hablando entre vosotros», e indica así la oración y el culto comunitarios; es precisamente en la oración comunitaria donde Cristo prometió estar presente por medio de su Espíritu (v. Mat 18:19, Mat 18:20).

(c) Este culto de alabanza y acción de gracias va dirigido, en último término, al Dios y Padre del Señor Jesucristo y nuestro (Jua 20:17), pues de Dios partió la iniciativa de la salvación del género humano (Jua 3:16; 2Co 5:19; Gál 4:4, entre otros lugares) y, como oración, ha de hacerse en el nombre del único Mediador (1Ti 2:5), el Señor Jesucristo (Jua 14:13; Jua 15:7, Jua 15:16; Jua 16:23).

(d) El apóstol dice que hemos de alabar a Dios «con salmos, himnos y cánticos espirituales». Salmo era, en su origen, lo que se cantaba con el arpa o el salterio; himno era una alabanza festiva a un dios o a un héroe. Varias porciones de esta misma epístola (v. Efe 4:4-6; Efe 5:14), así como Flp 2:6-11; 1Ti 1:17; 1Ti 2:5.; Efe 6:15.; 2Ti 2:11-13; Apo 4:11; Apo 5:13 y Apo 7:12, llevan las marcas de haber sido himnos que se cantaban en las reuniones cultuales de la primitiva Iglesia.

(e) Tales alabanzas y acciones de gracias han de expresarse con los labios, pero han de proceder del corazón, pues el apóstol dice que ha de hacerse «con vuestro corazón» (v. Efe 5:19, literalmente). Una alabanza y acción de gracias, como toda oración, hablada o cantada, es una burla si lo que dicen los labios no va acompañado de la inteligencia de lo que se expresa y sale del fondo de nuestro espíritu (comp. con 1Co 14:13-15; Col 3:16).

(f) Al decir «cantando y salmodiando», el apóstol exhorta a practicar dicho culto con música coral e instrumental (comp. con el Sal 150:1-6, por ej.). Quienes, por un falso puritanismo, se niegan a usar instrumentos músicos (¡ni siquiera un pequeño armonio!) en el culto eclesial, están desobedeciendo al apóstol. No es que sea en sí absolutamente necesario, pero sí es sumamente conveniente; basta con observar la «discordancia» que suele darse en el canto cuando no hay nadie que pueda dirigir el canto con órgano, piano o guitarra. Para los enemigos del uso de la guitarra en el culto, diremos que el vocablo castellano procede de una raíz semita que se halla en el árabe quitar, y ha pasado a nuestra lengua a través del griego kithára (instrumento que se toca en el Cielo. Véase Apo 5:8; Apo 14:2 y Apo 15:2, donde el original emplea ese vocablo) y del latín cíthara.

(B) El segundo efecto de la llenura del Espíritu comienza en el versículo Efe 5:21 para extenderse implícitamente al resto de las relaciones con el prójimo (Efe 5:22-33; Efe 6:1-9). En el versículo Efe 5:21, el apóstol exhorta a la recíproca sumisión dentro de la comunidad eclesial: «sometiéndoos unos a otros en el temor de Dios». Aparte de la reciprocidad de esta sumisión, es preciso notar:

(a) Que el verbo usado aquí en participio de presente de la voz mediapasiva («hupotassómenoi») no significa «sujeción», ni aun siquiera «sumisión» entendida en sentido de inferioridad, sino «subordinación». Dicho verbo tiene una connotación militar, donde el orden y la disciplina juegan un papel de la mayor importancia. Esa sana «subordinación» es la que se implica en el correcto funcionamiento del organismo espiritual que es la iglesia (véase Efe 4:15, Efe 4:16). Pero esto no da señorío ni dominio a ningún líder (comp. con 1Pe 5:3). Dice Foulkes: «El orgullo por el cargo y el espíritu autoritario destruyen la comunión».

(b) El testimonio de los MSS a favor de la lectura «en el temor de Cristo» es tan abrumador que debería hacerse la corrección en todas nuestras versiones, como se ha hecho ya en la NVI, la Biblia de las Américas y la de Las Buenas Nuevas. «En el temor de Cristo» significa «por respeto a Cristo». «Indica el motivo que debe vivificar la relación entre los diversos miembros de la familia cristiana» (Leal).

Efesios 5:15 explicación
Efesios 5:15 reflexión para meditar
Efesios 5:15 resumen corto para entender
Efesios 5:15 explicación teológica para estudiar
Efesios 5:15 resumen para niños
Efesios 5:15 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí