Gálatas 3:10 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Gálatas 3:10 | Comentario Bíblico Online

El apóstol refuerza su argumentación al pasar del aspecto positivo (la bendición por la fe) al negativo (la maldición por la Ley), antes de explicar en detalle cuál era la función de la Ley.

1. Una razón poderosa por la que no podemos ser justificados de otro modo que asiendo del Evangelio por medio de la fe es que, si nos apoyamos en la Ley, estamos perdidos, puesto que la Ley misma nos condena (v. Gál 3:10): «Porque todos cuantos confían en la observancia de la Ley se hallan bajo maldición» (NVI). Pablo prueba esa afirmación tan dura apoyándose en Deu 27:26, donde leemos: «Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el rollo de la Ley para ponerlas por obra» (v. Gál 3:10, lit.). Cuando se lee atentamente todo el contexto de Deu 27:11., se advierte un dato extraño: Se pronuncian doce maldiciones contra los transgresores de la Ley, pero no se pronuncia ninguna bendición sobre los que la cumplen. Dice J. Leal: «Esta omisión de las bendiciones favorece la argumentación de Pablo. En el régimen de la Ley no hay más que maldición».

¿A qué se debe esta aparente anomalía? La explicación es muy sencilla: Nadie podía cumplir toda la Ley al nivel de perfección que requería la santidad y la justicia de Dios. Por otra parte, la Ley forma todo un conjunto enlazado como los anillos de una cadena; si se rompe uno, la cadena se ha roto. Por eso dice Jacobo en su Epístola (Stg 2:10): «Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero ofende en un punto, se hace culpable de todos». Dado que alguien cumpliese perfectamente todos los aspectos externos de la Ley, ¿quién podría tenerse por inocente frente a las exigencias del décimo mandamiento del Decálogo? Llegó un día en que el irreprochable fariseo Pablo se percató de que no había cumplido ese mandamiento («No codiciarás»… v. Rom 7:7.), por lo que su conflicto con la concupiscencia habría sido insuperable si no hubiese sido por la gracia de Dios, quien vino en su auxilio por medio de la Obra del Calvario y el poder del Espíritu Santo (v. Rom 7:24-25; Rom 8:1-4).

2. En los versículos Gál 3:11 y Gál 3:12, resume lo que había dicho en Rom 10:1-13: Si alguna persona pudiese presentarse como perfecta cumplidora de la Ley delante de Dios, con ello tendría la vida, mientras que la Escritura asegura (Hab 2:4, repetido tres veces en el Nuevo Testamento: aquí, en Rom 1:17 y Heb 10:38): «El justo por la fe vivirá». No cabe vida espiritual sin la fe: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece (no cree, porque no se deja persuadir) al Hijo no verá vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él» (lit. Jua 3:36). Para obtener la vida por medio de la observancia de la Ley, sera necesario cumplirla entera y perfectamente (v. Gál 3:12), porque la Ley «no es de fe» (lit.), es decir, no se cumple en virtud de la fe, sino por obras.

3. En los versículos Gál 3:13 y Gál 3:14, el apóstol explica el remedio que Dios usó (comp. con 2Co 5:21) a fin de que la bendición del creyente Abraham pudiese ser transmitida a todos, tanto judíos como gentiles, puesto que la Ley de Moisés sólo ofrecía maldición: «Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, hecho maldición por (gr. hypér) nosotros, (pues está escrito: Maldito todo el que está colgado en un madero ), a fin de que la bendición de Abraham llegase en Cristo Jesús hasta los paganos (gr. ta éthne, las gentes, las naciones que no son de raza israelita), para que recibiésemos por medio de la fe la promesa del Espíritu» (lit.). Son de notar los siguientes detalles:

(A) El verbo para «redimir» (v. Gál 3:13) es exagorázo, que significa «comprar un esclavo en el mercado público y sacarlo (ex) de la esclavitud a la libertad». Ocurre cuatro veces en todo el Nuevo Testamento e indica siempre el buen resultado de la transacción, en contraste con el verbo agorázo, el cual no siempre indica el buen resultado de la transacción (v. el comentario a 2 P. 2:1).

(B) Pablo no dice que Cristo fue hecho maldito, sino maldición. Como en 2Co 5:21 («pecado»), el epíteto es menos profundo, pero es más universal; en otras palabras, no era maldito por pecado personal suyo, sino por ser sustituto universal, aunque virtual. Comenta Lenski: «No es que una parte de nuestra maldición le afectó con su contacto con nosotros; sino que toda nuestra maldición fue sobre Él, así que Él fue completamente maldición».

(C) La cita (v. Gál 3:13) de Deu 21:23 no significa que el estar colgado del madero fuese la maldición, sino que el hecho de ser exhibido pendiente de un madero, colgado de un árbol, era una señal, visible a todos, de que el ajusticiado había muerto (por lapidación) bajo la sentencia condenatoria de la Ley.

(D) El aoristo lábomen («recibiésemos», v. Gál 3:14) da a entender que la promesa del Espíritu, es decir, el Espíritu Santo prometido, tuvo ya efecto al creer (comp. con Efe 1:13), aunque es una promesa que ya no se pierde una vez que se ha cumplido en el creyente (aoristo ingresivo). El apóstol dice «recibiésemos», incluyéndose a sí mismo, judío de raza, para que se entendiese bien que la promesa hecha a Abraham alcanzaba también a los creyentes que no fuesen descendientes de Abraham según la carne; con mayor razón (v. Rom 11:24), había de alcanzar a los creyentes de raza judía. La bendición de Abraham había de alcanzar a «todas las familias de la tierra» (Gén 12:3).

Gálatas 3:10 explicación
Gálatas 3:10 reflexión para meditar
Gálatas 3:10 resumen corto para entender
Gálatas 3:10 explicación teológica para estudiar
Gálatas 3:10 resumen para niños
Gálatas 3:10 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí