Estudio Bíblico | Explicación de Job 17:11 | Comentario Bíblico Online
Job vuelve a quejarse de su condición.
1. Todas sus ilusiones anteriores han quedado mustiadas y él se halla lleno de confusión (vv. Job 17:11, Job 17:12). Pensaba seguramente ensanchar su hacienda, incrementar su ganado, colocar bien a todos sus hijos e hijas y, sin duda, promover la piedad entre sus conciudadanos; pero ahora concluye que todos estos buenos pensamientos han fracasado y él mismo se halla como frustrado. Sus amigos ese parece ser el sentido se empeñan en prometerle cosas buenas si se confiesa pecador, así le cambian la noche en día, haciéndole esperar que la luz se abra paso por entre las tinieblas, pero en vano.
2. Efectivamente, su única esperanza es la tumba (v. Job 17:13). Lo que sus amigos le habían intentado conseguir (en el v. anterior, como en Job 5:19; Job 8:21; Job 11:17) no pasaba de ser un sarcasmo de la peor especie. Así que lo mejor es avenirse con gusto a la suerte que le espera: «El Seol es mi casa». Para los malvados es una incómoda prisión (Job 24:19, Job 24:20), pero para los buenos es un Bethabara = una casa de paso hacia la eterna mansión. «Haré mi cama en las tinieblas» añade Job . El sepulcro es una cama, pues en él hemos de reposar al anochecer de nuestro día en este mundo, para levantarnos de él al amanecer de nuestro eterno día (Isa 57:2). Esto ha de animar a los buenos a perderle el miedo a la muerte (1Ts 4:13.); es como irse a la cama después de un día de fatiga y aflicción ¿Por qué no han de ir a él con gusto cuando su Padre los llame? Job ve descender con él al sepulcro todas sus esperanzas (vv. Job 17:15, Job 17:16). No es que esté completamente sin esperanza, sino que su esperanza no está donde querría él que estuviese. La verdadera esperanza ha de estar en las cosas que no se ven, no en las que se ven, pues éstas son temporales, mientras aquéllas son eternas (2Co 4:18).
