La Generosidad de Dios en la Biblia

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La Generosidad de Dios en la Biblia

«¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia de que yo sea generoso?» Mateo 20:15 (NVI)

Cristo les contó a sus oyentes como es el cielo. Y dijo que el reino de los cielos era semejante a un patrón que salió a las 6 de la mañana a contratar obreros para su viña. Y acordó pagarles un denario por un día de trabajo. Estos fueron contentos a trabajar. Salió luego a las 9 y contrató más gente. Y luego a las 12 y contrató más obreros. Luego salió a las 15 y contrató más obreros.
Cuando terminaba el día de trabajo salió de nuevo y encontró a algunos en la plaza, ¿quieren trabajar? Preguntó. Y como la respuesta fue afirmativa, los llevó a su viña.

Cuando terminó el día de trabajo, comenzó a pagarles a todos. Empezó por los que trabajaron solo una hora y

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les pagó un denario ¡el sueldo de todo un día de trabajo! Los que empezaron a las 6 de la mañana supusieron que les pagaría mucho más. Pero también recibieron un denario, que fue lo que habían pactado. Todos recibieron lo mismo. Un denario.

Entonces los de las 6 de la mañana comenzaron a quejarse que ellos habían trabajado todo el día, que habían soportado el calor, que merecían más que el resto. Y la respuesta asombrosa del dueño de la finca fue: Pacté con vos un salario y te lo pagué, es justo. Y si quiero ser generoso con los demás ¿Cuál es el problema? ¿Vas a tener envidia de mi generosidad?

¡Que ejemplo sublime para graficar el Reino de Dios. Dios llama obreros a su mies, y da dones. Él llama y Él da el salario. A veces nos enojamos porque algunos hermanos tienen ministerios o dones y nosotros creemos que no son dignos de esa tarea. ¡¿Cómo van a recibir semejante privilegio si llegaron a las 17:00?! Nos convertimos en jueces de lo que Dios debería hacer y de cómo debería retribuir, en función de nuestro trabajo en su obra.

Pero Dios da a todos el mismo Espíritu, ofrece a todos la misma Gracia. No importa a qué hora llegaste al Reino de Dios. En su generosidad, Él te ofrece la misma unción que el más famoso de los predicadores de la historia. ¡Todos tenemos el mismo Espíritu!

REFLEXIÓN¡Gloriosa generosidad de Dios!

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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