¿Cómo Tener Éxito En El Trabajo Biblicamente?

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Los empleados perezosos se quejan de que el jefe es injusto, del sistema hostil, de los que «se desviven por la empresa», respaldan al jefe y éste los respalda a ellos. Quieren los privilegios de otros pero no están dispuestos a trabajar por ellos. «El perezoso ambiciona, y nada consigue…» (Proverbios 13:4 NVI) «porque sus manos no quieren trabajar». (Proverbios 21:25). El diligente ve cumplidos sus deseos. (Proverbios 13:4b NVI). Los diligentes lo tienen todo: la satisfacción de un trabajo bien hecho, una reputación de integridad, la confianza de los demás, seguridad laboral, beneficios, ascenso, y lo más importante, el «hiciste bien» del Maestro (Mateo 25:21 NVI).

EL QUE MIRA POR LOS INTERESES DE SU SEÑOR RECIBIRÁ HONORES.(Proverbios 27:18)

Otra característica bíblica a procurar para tener éxito laboral es la consideración. Y eso es válido si eres un general del ejército, o un soldado raso, el presidente de una empresa o el vigilante nocturno. El carácter no hace distinción de clases. No exiges respeto, te lo ganas a diario. Si estás en posición de autoridad, la Biblia dice: «Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas y mira con cuidado por tus rebaños». (Proverbios 27:23). Los buenos empresarios y supervisores se toman muy en serio el conocer las necesidades, los puntos fuertes y débiles, el potencial y el grado de motivación de sus trabajadores. El resultado de ello es que merman las ausencias por enfermedad, mejoran la moral y se disparan la calidad y la producción. No siempre un aumento de sueldo es el mejor aliciente. A veces la consideración, comprensión e interés que muestras hacia tus empleados son un aliciente más fuerte. La antigua filosofía de «trátalos con mano dura» es el camino más rápido para crear resentimiento y pérdida de autoridad. El dar respeto y cuidado invita a la cooperación, hace de los empleados aliados, no enemigos, y saca a la luz lo mejor de cada uno de ellos.

Si eres un empleado, Dios promete: «El que mira por los intereses de su señor recibirá honores» (Proverbios 27:18). No es bueno hablar mal del jefe, aunque los compañeros te inciten a hacerlo. Al final, los que te rodean no confiarán en ti porque saben que tarde o temprano harás lo mismo con ellos. Habla bien de tu jefe, hónralo y sométete a su autoridad (Romanos 13:1-7). Si no puedes, no digas nada y busca otro trabajo; de otra forma te van a juzgar por no respetar su autoridad. En la parábola de los talentos Jesús dijo que los trabajadores que cuidaron de los intereses de su jefe fueron recompensados abundantemente. Así es, ¡Dios te honrará por respetar incluso a un jefe difícil!

¿HAS VISTO UN HOMBRE CUIDADOSO EN SU TRABAJO? DELANTE DE LOS REYES ESTARÁ. (Proverbios 22:29)

Nada contribuye más al éxito laboral que la habilidad y la destreza. Los trabajadores hábiles y diestros se destacan por su estudio, práctica y trabajo duro. Sólo se conforman con lo mejor. Tales personas están «siempre en demanda» nadie los hará de menos (Proverbios 22:29 paráfrasis). La habilidad no es genética; no la heredas sino que trabajas para conseguirla. Pasas noches en vela, vas más allá de tus posibilidades y te niegas a «quedarte donde estás». Observa a cualquier artesano diestro; lo estimas por su atención al detalle, su negativa a simplificar el proceso, su paciencia, dedicación y orgullo del producto. Éstos infunden seguridad, respeto y confianza. No hay mejor demostración de cristianismo genuino que ser un trabajador diestro. Cuando éstos hablan, se les escucha. Si lo dudas, trata de compartir tu fe con los que te ven que eres chapucero, descuidado y no honrado. ¡Mejor no digas nada hasta que ganes el derecho de ser oído!

Sea cuál sea tu trabajo «hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre». (Colosenses 3:17). Deberíamos «subir el listón» porque somos los representantes de Cristo. Deberíamos ser los que marcan el parámetro de excelencia en el sector donde trabajemos. El saber que seguimos a Cristo debería dar la seguridad a los empleadores y los clientes de que sólo van a recibir lo mejor.

Los trabajadores diestros no pueden perder, porque Dios promete que su trabajo llamará sin duda la atención de personas que los promoverán y recompensarán. ¿Has visto un hombre diestro en su trabajo? Estará delante de los reyes (Proverbios 22:29). Tal vez comiencen desde abajo del escalafón, pero su destino está mucho más arriba.

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