1 Tesalonicenses 5:12 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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La presente porción contiene una serie de exhortaciones más o menos generales. Con la partícula de se advierte el paso a otra sección, y el verbo griego erotómen es el mismo de 1Ts 4:1. Su sentido es, pues, de ruego o petición que una persona hace a un igual o inferior, no a un superior.

1. Pablo comienza exhortando a reconocer (éste es aquí el sentido de eidénai, saber) a los líderes de la congregación (vv. 1Ts 5:12 y 1Ts 5:13), es decir, a considerar la posición que ocupan en la comunidad, reconocer la autoridad (no el dominio) que el Señor les ha conferido y estimarles con aprecio y amor por la obra que llevan a cabo: «Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan, y que los tengáis en mucha estima con amor por causa de su obra». Notemos los siguientes detalles:

(A) La labor de los líderes de la iglesia en Tesalónica se describe aquí (v. 1Ts 5:12) por medio de tres participios: (a) kopióntas, los que trabajan esforzadamente hasta fatigarse, como siempre que tal verbo ocurre (comp. con 1Co 15:10); (b) proïstaménous, que, literalmente, significa constituidos (o colocados) en posición preferente; su mejor equivalente en castellano sería prepósitos o prefectos, con tal que se conserve el concepto de presidencia, no de jefatura al estilo civil, político o militar, por eso, sin duda, añade Pablo «en el Señor», como si dijese: «con la autoridad espiritual que el Señor otorga»; (c) nouthetoúntas, verbo que ya hemos visto en Hch 20:31; Rom 15:14; 1Co 4:14; Col 1:28Col 1:28; Col 3:16, y que significa literalmente «establecer la mente», esto es, fijar en la mente firmes convicciones o, como dice A. T. Robertson, «poner sentido en la cabeza de la gente».

(B) A estos líderes desea Pablo, y lo pide con su autoridad de apóstol, que se les rinda la consideración, el reconocimiento, la estima y el amor que se merecen por causa de su obra (v. 1Ts 5:13). Como dice Erasmo: «Pablo manda que se les tenga en honor a causa de la obra, no a causa de un mero título». Y, sabedor de lo difícil que a veces resulta amar de veras a quienes nos amonestan y reprenden, el apóstol usa, para dar el calibre de la estima que dichos líderes se merecen, el adverbio más fuerte que puede: huperekperissoú, sobreabundante (como en 1Ts 3:10 y Efe 3:20).

2. De ahí pasa Pablo (vv. 1Ts 5:13-15) a una serie de exhortaciones (siete) que tienen que ver con las relaciones entre los miembros de la comunidad cristiana. Como hace notar E. A. Núñez, el apóstol pasa ahora del infinitivo (vv. 1Ts 5:12, 1Ts 5:13: reconocer … estimar) al imperativo, el cual se mantiene en todas siete exhortaciones:

(A) «Tened paz entre vosotros mismos» (v. 1Ts 5:13). A pesar del aparente sentido reflexivo que el griego presenta en esta frase, el verbo muestra claramente un sentido activo («entre vosotros, unos con otros»), como en Rom 12:18. En otras palabras, no se trata aquí de conservar la paz interior, sino de practicar la paz con los demás.

(B) «Y os exhortamos, hermanos: amonestad a los desordenados» (v. 1Ts 5:14, lit.). El verbo amonestad es el mismo del versículo 1Ts 5:12, pero ahora está en presente de imperativo, no en participio. El adjetivo atáktous tiene el sentido primordial de «sin orden», es decir, «sin sumisión a la disciplina», como un soldado que no guarda su puesto en la fila. Los comentaristas lo suelen traducir por «ociosos», pero es preciso observar que se trata de algo que perturba el buen orden de la congregación, por lo que necesitan reprensión, y aun verdadera disciplina.

(C) «Alentad a los pusilánimes.» El verbo que Pablo usa aquí para alentar ha salido en 1Ts 2:11 traducido por consolar (también en Jua 11:19, Jua 11:31). El vocablo oligopsúkhous (lit. de alma pequeña) no sale en ningún otro lugar del Nuevo Testamento. Designa a los faltos de coraje para afrontar problemas y dificultades. En la comunidad cristiana de Tesalónica, podrían ser «los que estaban afligidos por la muerte de algunos cristianos (1Ts 4:13-18) o conturbados en cuanto al advenimiento del día del Señor (1Ts 5:1-11)» (Núñez).

(D) «Sostened a los débiles.» El verbo tiene aquí el sentido de prestar apoyo moral o espiritual, no físico. Los débiles, por tanto, no son aquí los enfermos o físicamente débiles, sino los que carecen de fuerza para vencer las tentaciones y necesitan de alguien que les apoye y les ayude a resistir a quienes les incitan al pecado.

(E) «Sed pacientes (lit. longánimes) para con todos.» El verbo, como el sustantivo de la misma raíz (makrothumía), indica la paciencia constante en el trato con hermanos (y aun con inconversos) que, de muchas y diversas maneras, nos perjudican, o insultan o hablan mal de nosotros, etc. El apóstol exhorta a mostrar este fruto del Espíritu (Gál 5:22), que es consecuencia del amor genuino (1Co 13:4) y fue recomendado por el Señor en la parábola de los dos deudores (Mat 18:23-35).

(F) «Mirad (v. 1Ts 5:15) que ninguno devuelva a alguien mal por mal» (lit.). Basta comparar esta exhortación con Mat 5:38-48, para percatarse de lo lejos que está del espíritu cristiano la venganza tan frecuente en grupos y partidos de tipo político, racial y aun religioso que se precian del nombre de cristianos.

(G) «Sino perseguid (lit.) siempre lo bueno los unos hacia los otros y hacia todos.» El verbo dióko (perseguir) tiene aquí, como es obvio, el sentido de seguir o procurar con ahínco. Esta exhortación es como la otra cara de lo mismo que acaba de urgir en la primera parte del versículo, y ambas son una consecuencia de la longanimidad a la que ha exhortado al final del versículo anterior. Como dice E. A. Núñez, «Es fácil es repetir todo esto, pero muy difícil practicarlo. Sin embargo, el Señor nos ha enseñado en su Palabra y por medio de su ejemplo que éste es el camino del verdadero discipulado cristiano». Todas estas exhortaciones nos recuerdan las que el mismo apóstol escribe a los fieles de Roma (v. Rom 12:17-21).

3. A continuación, tenemos tres exhortaciones (vv. 1Ts 5:16-18) que tienen que ver con la piedad personal:

(A) «Estad siempre gozosos» (v. 1Ts 5:16). La exhortación al gozo es muy frecuente en Pablo (v. por ej. Flp 2:18; Flp 3:1; Flp 4:4). El gozo es el segundo en la enumeración de los aspectos del fruto del Espíritu (Gál 5:22), y el propio apóstol lo ha recordado a los tesalonicenses (1Ts 1:6) al referirse a él como a «gozo del Espíritu Santo». «Siempre» quiere decir: en toda clase de circunstancias, inmune a los múltiples vaivenes de la vida, puesto que es una «cualidad permanente, que se funda en la fe, en la esperanza y en la conciencia de que Dios está con nosotros y de que cumplimos su voluntad». Al rectificar lo que hemos dicho en otros lugares, tomamos nota de lo que dice, sobre este versículo, el Dr. Núñez: «En el Nuevo Testamento griego, el versículo más corto no es Jua 11:35, sino 1Ts 5:16». En efecto, Jua 11:35 contiene tres palabras en el original, y las letras de esas tres palabras suman un total de dieciséis, mientras que 1Ts 5:16 consta de dos palabras, cuyas letras suman catorce en total.

(B) «Orad sin cesar» (v. 1Ts 5:17, comp. con Efe 6:18). Así lo hacía él, como dice en esta misma epístola (1Ts 1:3; 1Ts 2:13; 1Ts 3:10). Por supuesto, el apóstol no quiere decir que debemos estar noche y día diciendo oraciones, sino que debemos estar siempre en una actitud orante, depender en todo, y para todo, del Señor. Para ilustrar esto con un ejemplo que cualquier persona puede entender bien, P. Charles cita el caso de una madre que tiene un hijo en un país lejano y frío y le está haciendo un jersey para que pueda abrigarse bien. Sin hablar, y aun sin pensar directamente en el hijo, cada puntada del ganchillo es como un acto de amor hacia el hijo ausente. Del mismo modo, si nuestra intención, en todo lo que hacemos, está dirigida a la gloria de Dios, como el mismo apóstol aconseja (1Co 10:31), toda nuestra vida será una constante oración.

(C) «Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús» (v. 1Ts 5:18). Una vez más sale aquí el verbo de donde procede el vocablo «eucaristía» y que significa simplemente «acción de gracias». Se ha aplicado de diversas maneras a la Cena del Señor por el uso de dicho verbo en Mat 26:27; Mar 14:23; Luc 22:17, Luc 22:19 y 1Co 11:24. «En todo» significa «en toda circunstancia» más bien que «en todo tiempo». Lo de «porque ésta es la voluntad de Dios» se refiere, con la mayor probabilidad, a las tres exhortaciones de los versículos 1Ts 5:16, 1Ts 5:17 y 1Ts 5:18. Explica L. Morris que thélema, voluntad (lo que Dios quiere, como en Rom 12:2 y otros lugares ya vistos), no lleva artículo, porque no abarca todo lo que Dios quiere. La frase «en Cristo Jesús» aparece en el original detrás de «la voluntad de Dios» y delante de «para con vosotros», y da a entender, como dice Morris, que «La voluntad (de Dios) es dada a conocer en Cristo, y que es en Cristo donde se les da a los hombres el dinamismo que les capacita para poner por obra esa divina voluntad».

4. Siguen cuatro exhortaciones (vv. 1Ts 5:19-21) referentes al uso de los dones espirituales:

(A) «No apaguéis al Espíritu» (v. 1Ts 5:19). Aunque la obra del Espíritu en el creyente es conjuntamente una obra de gracia y de poder, la exhortación de Efe 4:30 tiene que ver primordialmente con la obra de gracia, mientras que ésta de 1Ts 5:19 se refiere, ante todo, al poder, que aquí, como en Hch 2:3, se simboliza bajo la imagen del fuego (comp. con 2Ti 1:6). El verbo apagar se usa también en Mat 12:20. Aquí está en presente de imperativo, lo cual indica una acción constante del Espíritu que en ningún momento debe ser estorbada o impedida. Dice Núñez: «Pablo ordena que se le de al Espíritu Santo plena libertad en la congregación de los santos». La construcción del griego da a entender que había en la iglesia de Tesalónica quienes se mostraban reacios al libre ejercicio de los dones espirituales en la congregación. La mejor traducción sería: «Cesad de extinguir el Espíritu» (comp. con Jua 20:17: «Cesa de tocarme» o «cesa de retenerme», equivalente a «Suéltame»).

(B) «No menospreciéis las profecías» (v. 1Ts 5:20). El apóstol se refiere aquí al don extraordinario de «profetizar», como se daba frecuentemente en la Iglesia primitiva, para percibir y comunicar lo que Dios deseaba de su pueblo en determinadas circunstancias. Este fue, sin duda, el caso que menciona Lucas en Hch 13:2. Pablo le da la preeminencia entre los dones espirituales (v. 1Co 14:1), y tanto aquí como en la carta primera a los corintios se puede leer entre líneas que muchos daban prioridad al don de lenguas sobre el de profecía, y Pablo quiere poner las cosas en su debido orden y lugar. Había en la Iglesia primitiva quienes poseían habitualmente este don de profecía y a estos profetas se refiere Pablo en Efe 2:20; Efe 4:11, ya que, con las comunicaciones que recibían de Dios, ayudaban a los apóstoles en la tarea de evangelizar y edificar a la Iglesia. Terminado el Canon del Nuevo Testamento, se terminó también la revelación normativa para la Iglesia. El Espíritu Santo ilumina constantemente a los hijos de Dios (v. 1Jn 2:20, 1Jn 2:27), pero no revela nada nuevo. Dios terminó de hablarnos por medio del Hijo (Heb 1:2). Cuando el apóstol escribe esta epístola (uno de los primeros escritos del Nuevo Testamento), menospreciar las profecías equivalía a apagar el Espíritu.

(C) La mayoría de MSS, y de mayor crédito, empalman el versículo 1Ts 5:21 con el anterior por medio de la partícula de (mas), con lo que Pablo, al decir: «Mas examinadlo todo» (lit.), da a entender que no hay por qué aceptar, sin «ponerlo a prueba», todo lo que pueda decir alguien que asegure tener el don de profecía. El verbo dokimazo, lo mismo aquí que en otros lugares ya analizados, se usaba para probar los metales. Cuanto mayor es la madurez del creyente y, por tanto, su discernimiento del bien y del mal (Heb 5:14), tanto mayor será su capacidad para poner a prueba lo que un pretendido profeta, o un predicador, pueda asegurar. Por eso, en la primitiva Iglesia, era tan necesario el don de discernimiento de espíritus (1Co 12:10).

(D) La segunda mitad del versículo 1Ts 5:21 dice: «Retened lo bueno». El verbo griego katékho tiene dos distintos significados: «detener-impedir» y «retener-poseer». Aquí es este último el que exige el contexto. El apóstol viene a decir: «Una vez que hayáis puesto a prueba lo que el profeta (o el predicador) diga, separad la escoria del metal y quedaos con lo bueno (gr. to kalón, lo excelente, lo provechoso); guardadlo y retenedlo fielmente (comp. con 1Co 11:2; Heb 3:6; Heb 10:23)». El creyente no maduro, al carecer de verdadero discernimiento, corre peligro de caer en uno de estos extremos: criticar al predicador (o al escritor) sin conocer a fondo la materia (la envidia y los prejuicios añaden nueva fuerza a ese peligro), o aceptar como bueno, sin pasarlo por el cedazo del discernimiento, todo lo que el predicador (o el escritor) diga. Predicadores mal informados, pero con fama de elocuentes, pueden causar confusión y grave perjuicio en creyentes que, en lo espiritual, no han pasado de la edad infantil (Efe 4:14).

5. Viene ahora (v. 1Ts 5:22) una exhortación general a evitar todo pecado, seguida de una invocación al Dios de paz (v. 1Ts 5:23) y de una apelación a la fidelidad de Dios (v. 1Ts 5:24).

(A) «Absteneos de toda especie de mal» (v. 1Ts 5:22). El vocablo español «especie», en su doble significado de «apariencia» y «clase», refleja bien el sentido del griego eídos que aquí usa Pablo. Los autores, casi unánimemente, hacen ver que el contexto favorece al segundo sentido: «Absteneos de toda clase de mal». Si el apóstol quisiese referirse a la «apariencia» de mal, habría dicho: «y aun de la apariencia de mal». El verbo salió en 1Ts 4:3, donde Pablo exhortaba a separarse de la fornicación. Que el mal (gr. poneroú, lo maligno, lo pecaminoso, lo perverso) se refiere, no sólo a lo doctrinal (al empalmar con el v. 1Ts 5:21), sino también al plano de la ética, se ve por el contexto posterior (v. 1Ts 5:23).

(B) El versículo 1Ts 5:23 contiene, como hemos dicho, una invocación a Dios: «Que el Dios mismo de la paz os santifique (aoristo) totalmente, y que vuestro ser entero, el espíritu, el alma y el cuerpo, sea conservado irreprensible en (es decir, hasta) la Venida (lit. parousía) de nuestro Señor Jesucristo» (lit.). Este versículo contiene varios detalles que exigen un análisis especial.

(a) «El Dios de la paz» entra con frecuencia en invocaciones del apóstol (v. Rom 15:33; Rom 16:20; 1Co 14:33; 2Co 13:11; Flp 4:7, Flp 4:9; Col 3:15; 2Ts 3:16). Recordemos que el concepto hebreo de paz abarca todos los bienes mesiánicos de toda clase; de esos bienes, Dios es la fuente y el dador (Stg 1:17).

(b) Al decir: «os santifique totalmente» el apóstol usa el adjetivo holoteléis, única vez que dicho vocablo ocurre en el Nuevo Testamento y encierra las ideas de totalidad y perfección.

(c) Por si fuera poco, añade (literalmente): «y la totalidad entera de vosotros …». El adjetivo holókleros sale únicamente aquí y en Stg 1:4. El sustantivo holoklería, entera salud, ocurre solamente en Hch 3:16. El uso de este vocablo indica que Pablo pone de relieve el ser entero del hombre en su invocación de que sea guardado irreprensible hasta la Venida del Señor.

(d) Por tanto, la enumeración, con sus respectivos artículos, del espíritu del alma y del cuerpo, no da pie a una composición tripartita del ser humano, ya que, desde Gén 2:7, las Escrituras dejan bien claro que el ser humano se compone de un cuerpo orgánico y de un soplo o espíritu (v. en especial, Ecl 12:7) que, juntos, constituyen el alma viviente o persona humana (comp. con 1Co 15:45).

(e) El verbo para sea conservado (gr terethéie) está en presente de optativo de la voz pasiva, y denotan que esa conservación es obra de la gracia de Dios. El verbo teréo viene a ser sinónimo del verbo phulásso, custodiar, pero teréo da idea de una preservación más directa. Un ejemplo muy claro hará ver la diferencia entre ambos verbos: Un trozo de carne puede ser preservado de dos maneras: vigilando para que el perro o el gato no se lo lleve (phulásso) o rociándolo de sal para que no se corrompa (teréo).

(f) Al decir que nuestro ser entero sea conservado irreprensible en la venida (parousía), Pablo ora para que seamos hallados así cuando Él venga (comp. con Efe 5:27).

(C) En el versículo 1Ts 5:24, Pablo expresa su seguridad de que así lo hará Dios: «Fiel es el que os llama, el cual también lo hará» (comp. con 1Co 1:8, 1Co 1:9; Flp 1:6; 2Ts 3:3; Jud 1:24).

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