2 Tesalonicenses 2:6 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Esta difícil porción ha quedado más difícil todavía por la manía de traducir por «sea quitado» el gr. guénetai del versículo 2Ts 2:7, al final. Entre todas las versiones que conozco, sólo la versión castellana de la NVI y otra que me da vergüenza nombrar traducen correctamente dicho verbo.

1. Al continuar con lo que ya sabían (v. 2Ts 2:6) los tesalonicenses, pues él mismo se lo había dicho más de una vez, Pablo menciona lo que (en neutro) detiene (lit.), es decir, lo que impide que el Anticristo se manifieste: «a fin de que a su debido tiempo sea revelado», es decir, descubierto. El uso del género neutro en el artículo que determina al participio katékhon (en presente) da a entender que no se trata en este versículo de una persona, sino de una institución. Esto es lo más probable, a mi juicio, a pesar de la sugerencia de J. Leal de que «en el artículo no se debe insistir mucho, porque nos encontramos con una frase hecha, propia del lenguaje apocalíptico, donde el artículo no indica necesariamente una cosa conocida; basta simplemente que de un sentido enfático: debéis saber que existe impedimento (para que se manifieste ahora), a fin de que se manifieste después, en su tiempo».

2. El versículo 2Ts 2:7 contiene dos afirmaciones:

(A) «Porque el poder secreto de la iniquidad está ya en acción» (NVI). El original dice «misterio» donde traducimos «poder secreto». Para «actúa», el original usa el mismo verbo que en Gál 5:6 y otros lugares; también aquí está en tiempo presente continuativo. La iniquidad que impera en este mundo es un poder secreto, en el sentido de que, aunque son seres humanos los que la ponen por obra, el cuartel general de esas fuerzas inicuas está en las regiones superiores, aéreas, donde se hallan las huestes espirituales de maldad (Efe 6:12). No se trata, pues, de una conjetura, sino de algo que las Escrituras enseñan explícitamente.

(B) La segunda frase dice concisamente en el original: «sólo (que hay) el que (le) detiene al presente, hasta que desaparezca (o se haga) de en medio» (lit.). Dos puntos requieren aquí un análisis más detallado:

(a) El apóstol pasa ahora del género neutro al masculino en el uso del artículo definido o determinado. A mi juicio, el apóstol se refiere al Espíritu Santo que, aun cuando, tras del arrebatamiento de la Iglesia, continuará actuando en el mundo y en el interior de todos los hijos de Dios que atraviesen por el período de la Gran Tribulación, sin embargo se habrá hecho de en medio (gr. guénetai en la voz media) en cuanto que es como el alma del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

(b) Que tal es el caso se echa de ver por el uso mismo del verbo en cuestión. Si se tratase de un personaje humano o angélico, o de una institución humana, es de pensar que Pablo habría usado un verbo más fuerte como airo, quitar, levantar. Ryrie admite tácitamente la versión de la New American Standard Translation, que vierte «es quitado de en medio», y comenta cautelosamente: «Algunos entienden que éste (el que detiene) es Dios que habita en su Iglesia por medio del Espíritu Santo, mientras que otros ven como freno el gobierno humano. Conforme a la primera opinión, la retirada ocurrirá en el arrebatamiento de la Iglesia (1Ts 4:13-18); conforme a la segunda opinión, (ocurrirá) en el derrocamiento del gobierno humano».

3. «Y entonces, continúa el apóstol (v. 2Ts 2:8), será revelado aquel inicuo (el Anticristo del que viene hablando), a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y lo reducirá a la impotencia con la manifestación de su venida (lit. de su presencia)». La secuencia de los acontecimientos queda así claramente detallada por el apóstol: Primero, se hará a un lado el que detiene la aparición en público del Anticristo; segundo, «entonces», retirado de en medio el que lo detenía, se mostrará en público el Anticristo; tercero, solamente después de esto, acontecerá la Segunda Venida del Señor. Pablo no dice que el Señor acabará de inmediato con el Anticristo, sino que (sin determinar el lapso de tiempo intermedio) lo matará con el espíritu (o soplo) de su boca, etc., al manifestar su presencia en la Segunda Venida. Esta acción de Cristo contra el Anticristo queda confirmada por otros lugares como Dan 7:10, Dan 7:11; Apo 2:16; Apo 19:15, Apo 19:21. En estos lugares de Apocalipsis, Juan menciona «la espada de su boca», en lugar del espíritu de su boca; con ambas metáforas se nos da a entender la suma facilidad con que el Salvador puede acabar con el Anticristo. Le basta con un soplo de su boca. El apóstol añade (v. 2Ts 2:8) que el Señor «reducirá a la impotencia (el mismo verbo de Rom 6:6 y muchos otros lugares) al Anticristo con la aparición desde arriba (gr. epiphaneía, que se suele traducir por manifestación ) de su presencia (gr. parousía)». Que no se trata de aniquilación, se ve por Apo 19:20, donde se describe claramente su final.

4. Si el poder secreto de la iniquidad (v. 2Ts 2:7) muestra que es ya ahora Satanás quien mueve detrás de los bastidores los hilos de la escena en la tremenda iniquidad que se pone por obra en este mundo, el advenimiento (gr. parousía) del inicuo (v. 2Ts 2:9), descrito con los epítetos que hemos visto en el versículo 2Ts 2:3, pone al descubierto la actuación, esto es, la intervención descarada, de Satanás, «con despliegue de toda clase de falsos milagros, señales y maravillas» (NVI). Dice a este propósito J. Leal: «El estilo escatológico es siempre hiperbólico e impreciso». Sin embargo, basta con leer Apo 13:2-4, Apo 13:13-17, y aun Mat 24:24, para ver que no hay aquí hipérbole ni imprecisión. Al comentar la serie de falsedades que aquí describe el griego con los vocablos dúnamei (poder), semeíois (señales) y térasin (portentos), dice L. Morris: «Tenemos aquí tres vocablos usados para indicar milagros, refiriéndose el primero al poder que obra en ellos; el segundo, a sus características en cuanto que tienen un sentido (apuntan hacia algo); y el tercero, al efecto que producen en los espectadores como algo portentoso, cosas que no tienen explicación. Y todos tres, dice el apóstol, están saturados de falsedad».

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