El templo del Señor Según La Biblia

Acuérdate, Señor, de David y de todas sus aflicciones; acuérdate del firme juramento, que te hizo a ti, el Poderoso de Jacob: No me pondré bajo techo ni me acostaré a descansar, no cerraré los ojos ni dormiré un solo instante, mientras no encuentre casa para el Señor, el Poderoso de Jacob (Salmo 132:1-5).

Una de las grandes realizaciones de Salomón fue la terminación de uno de los proyectos de su padre David: construir un templo para Dios. Dentro del territorio de Israel el Señor no había escogido ninguna ciudad para hacerse presente en ella con el Arca y fijar en la misma su residencia, pero aceptó que David la trasladase a su capital, una ciudad que como dirá más adelante Ezequiel, era cananea de origen, tenía un padre amorreo y una madre hitita.

Salomón organizó, haciéndolo coincidir con la fiesta de los Tabernáculos (1 Reyes 8:1-13), el solemne y festivo traslado del Arca de la Alianza al recién inaugurado Templo, Arca que acompañó al pueblo en su época nómada por el desierto y que luego había estado depositada en varios templos y casas.

El Arca con las dos tablas de la ley de Moisés es ahora llevada al Templo, como símbolo de la continuidad con el período de las peregrinaciones, a pesar de que el pueblo ya se ha asentado definitivamente. Hoy los judíos van a orar al pie del muro de las lamentaciones que son las mismas piedras del templo de Herodes, el que Jesús vio.

Los musulmanes oran en la mezquita de Omar, edificada en el mismo emplazamiento del Templo. Y los cristianos oran en las múltiples iglesias de Jerusalén y de las afueras, porque la verdadera presencia de Dios es el cuerpo resucitado de Jesús.
 
En Efrata oímos hablar del arca de la alianza, y la encontramos en los campos de Jáar. ¡Vayamos al santuario del Señor! ¡Arrodillémonos ante el estrado de sus pies! Levántate, Señor, con tu arca poderosa, y ven al monte donde has de descansar (Salmo 132,6 – 8).
 
La dedicación del templo de Salomón es un paso adelante en la gracia de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Dios había escuchado la plegaria de Moisés de querer acompañar personalmente a su pueblo hacia la tierra prometida (Ex 33, 12 -17).

Israel sabía que no podía representar a Dios bajo imagen alguna, porque nada hay en todo el cielo y en la tierra que se le pueda parecer; también sabía que ningún lugar del cielo ni de la tierra puede circunscribir su presencia. Pero el Arca contenía las tablas donde constaba la alianza de Dios con su pueblo.

Era éste el lazo de compromiso que Dios hacía presente. El Arca se podía comparar con el escabel del trono de Dios, porque el testimonio de su alianza así guardado, estaba como depositado a sus pies. Así residía Dios en el tabernáculo que acompañó a Israel de campamento en campamento, desde el Horeb, montaña de la alianza, hasta la tierra prometida.
 
El Señor ha escogido el monte Sión, lo ha elegido para vivir allí: Este es el monte donde siempre quiero estar; en él viviré, porque así me agradó (Salmo 132,13 – 14).
 
Si los judíos estaban orgullosos de su Templo y del Arca de la Alianza que albergaba, los cristianos tenemos todavía más motivos para apreciar nuestros templos como edificio sagrado. Dios está presente en todas partes, pero nos ayuda para nuestra oración y para la reunión de la comunidad y para nuestro encuentro con Él tener un espacio adecuado, convenientemente separado del espacio profano.

No hay una nube visible que envuelva nuestros templos para recordarnos la presencia misteriosa de Dios, pero sí estamos convencidos de que la presencia de Cristo Jesús es privilegiada cercanía como Señor Resucitado.

Esto nos ayuda a tener ánimos en nuestra marcha por la vida; es nuestro viático, nuestro alimento para el camino difícil que tenemos que andar proclamando que Jesús se presenta ahora como la alternativa para tanta enfermedad y tanta marginación.

Así como los líderes de la sinagoga y del templo sabrán arreglárselas para convencer al pueblo, al final del evangelio, de que un maestro así subvierte el orden establecido poniendo en peligro el templo y las aspiraciones judías y que habrá que quitarlo de en medio como sea, actualmente quienes provocan al sistema y ofrecen una alternativa de mundo donde no haya marginados tendrán que sufrir la misma experiencia de Jesús: el rechazo de los poderes establecidos que no toleran que la vida cunda por el pueblo.

Revestiré de salvación a sus sacerdotes y haré que griten de alegría los que le son fieles. Allí haré que renazca el poder de David. Ya he preparado una lámpara para el rey que he escogido (Salmo 132,16 – 17).                                                                                                                                                   

Que el Padre Dios te bendiga y te proteja, te mire con agrado y te muestre su bondad. Que el Padre Dios te mire con amor y te conceda la paz.
Protejamos nuestra Biodiversidad y el Medio Ambiente
Juan Alberto Llaguno Betancourt
Lima – Perú – SurAmérica

Enlaces de Devocionales Grupos

Suscríbete a Nuestro Canal De YouTube:
https://www.devocionalescristianos.org/foro-cristiano/
 
¿Eres pastor, líder en la Iglesia? Contenido Exclusivo
https://www.devocionalescristianos.org/que-es-dc-miembros
 
El uso de Devocionales Grupos está sujeto a las Condiciones del servicio de Devocionales!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí