Devocional Biblico – Un Jóven de Corazón

UN JOVEN DE CORAZON
 

"Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor hizo la promesa por medio de Moisés, mientras Israel peregrinaba por el desierto; aquí estoy este día con mis ochenta y cinco años: ¡El Señor me ha mantenido con vida! Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió.  Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces"

                                          Josue 14:10, 11


 

Esta memorable escena ocurrió en el momento en que Israel se disponía a entrar en la Tierra Prometida.  Un hombre de 85 años de edad, pidió una parte en aquella nueva tierra.  Había llegado a la edad en que muchos estaríamos pensando en sentarnos a descansar.  Pero no ocurrió así con Caleb.  Él y Josué eran ahora los hombres más ancianos de todo el pueblo, y Caleb pedía que Josué le diera a fin de conquistar la zona de Hebrón, la ciudad y la tierra de los gigantes hijos de Anac que tanto habían asustado a sus comapñeros los otros diez espías, cuarenta y cinco años atrás.

Hay como una especia de santa dignidad, de santo valor cristiano y atrevimiento espiritual,
en la actitud de Caleb.  La declaración de que los enemigos de Dios y su pueblo nunca fueron gran cosa, suena como a revancha.  Debido a que los cobardes y temerosos no estuvieron dispuestos a conquistar la tierra cuando todos era jóvenes, ahora él quiere hacerlo para no quedarse con los deseos de hacerlo.  Así suena.  Como un desafío a todos los enemigos de Dios.


¿Por qué Hebrón? Porque allí estaban los gigantes.

Pero no hablaba tan solo de la ciudad de Hebrón, sino también de sus contornos.  Quería conquistar aquel territorio difícil para que no quedaran dudas de que el pueblo de Dios habría triunfado, si hubieran confiado en el Señor.

Pero la santa osadía de Caleb no se debía a que se sintiera fuerte y capaz de vencer a los gigantes.  Era una demostración de fe en el poder de Dios que puede vencer al enemigo utilizando lo mismo a hombres fuertes o a débiles, a hombres ancianos o jóvenes, a muchos o a pocos.  Era una declaración de fe en el poder de Dios para salvar.  Eso fue lo que quiso decir Caleb:

<<Con la ayuda del Señor los expulsaré de este territorio tal como Él ha prometido>> (jos. 14:12).

Caleb creía de todo corazón todas y cada unas de las promesas de Dios.  Le tomó la Palabra al Señor. " ´Si tú prometes, yo confío y actúo".  Era el lema de Caleb.  Y debía ser el nuestro. Dios desea hacer mucho a través de nosotros y lo limitamos. Por causa de nuestra débil fe, en muchas ocasiones Él no puede manifestar su poder.

Confía en Dios y tendrás valor, ánimo y fe para cualquier empresa que te propongas.

 

(Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes 2007

"Estos fueron los valientes" de Felix Cortés Antonio).


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