Devocional – No temas, y pon a Dios en primer lugar

«.AHÍ LE HE DADO ORDEN A UNA MUJER VIUDA QUE TE SUSTENTE» (1 Reyes 17:9)

Cuando una hambruna azotó a Israel, Dios dijo al profeta Elías: «.Vete a Sarepta. ahí le he dado orden a una mujer viuda que te sustente» (1 Reyes 17:9). Observa tres cosas en este relato: Primero, cuando surge la necesidad, tu provisión ya está en alguna parte. Así es como opera Dios, así que pídele que te revele adónde acudir y qué hacer. Y cuando lo haga, muévete. Segundo, te sorprenderá la gente que Dios use, porque a veces utiliza a personas en las que normalmente no te fijarías. Esta viuda en la miseria sólo tenía «un puñado de harina. y un poco de aceite.» (1 Reyes 17:12).

Pero eso no fue obstáculo para Dios. Él no necesita mucho para empezar y hacer algo grandioso; lo único que requiere es un corazón dispuesto. ¿Por qué no mandó Dios a Elías a una familia rica? Porque tal familia no necesitaba un milagro -pero la viuda sí. Cuando la obra de Dios tiene una necesidad, Él busca a alguien con una semilla, expande su fe y tanto el dador, como la obra de Dios son bendecidos. Tercero, tus «malos momentos» son muchas veces los «momentos oportunos» de Dios. Este milagro tuvo lugar en medio de una depresión económica. Dios se mueve en lo que podría ser tu peor momento. A la mujer no le quedaba más que una comida y después se iba a dejar morir; no hay nada más extremo que eso. «La viuda fue e hizo como le había dicho Elías. Y comieron él, ella y su casa, durante muchos días. No escaseó la harina de la tinaja, ni el aceite de la vasija menguó.» (1 Reyes 17:15-16). La clave para el milagro la encontramos en las palabras de Elías: «No tengas temor. hazme con ello primero una pequeña torta cocida.» (1 Reyes 17:13). La palabra para ti en este día es: no temas, pon a Dios en primer lugar y él suplirá tu necesidad.