Bosquejos Bíblicos – Uno con Dios: Sellado con Su Presencia

Bosquejos Biblicos CristianosBosquejos Cristianos – Uno con Dios: Sellado con Su Presencia

Resumén:

Cuando renacemos, nuestro espíritu es recreado y hecho justo y santo. Mientras que el alma y el cuerpo puedan pecar, el espíritu no puede pecar. Cuando reconocemos nuestra necesidad de un Salvador, confesando nuestros pecados y pidiendo a Dios que nos perdone, Jesús entra a nuestro corazón, y renacemos nuevamente. Dios ahora nos ve como nueva criaturas, pero Él no quiere que vivamos una vida pecaminosa, porque sabe que las consecuencias negativas de pecado puede destruir nuestras vidas.

“Ningún cuerpo debe jactarse en Su presencia” (1 Corintios 1:29).

Hemos recibido sabiduría, justicia, santificación y redención en nuestro espíritu recreado (1 Corintios 1:30).
El espíritu renacido es una con Cristo.

No tenemos que obrar para obtener nuestra sabiduría, justicia, santificación y redención.
Dios ha perfeccionado esta obra en nuestro espíritu.

Dios está satisfecho con la obra que Él ha hecho en nuestro espíritu. Se nos ha dado el derecho de estar en Su presencia por el sacrificio de Jesús (2 Corintios 5:21).

Él nos acepta y nos ama a pesar de nuestro comportamiento (Efesios 1:5, 6).

Somos favorecidos y amados en Su vista (Lucas 1:28).

Nuestro espíritu renacido está sellado y preservado con el Espíritu Santo. Nuestro espíritu no puede contaminarse (Efesios 1:13).

En nuestra carne (nuestro cuerpo y alma), constantemente estamos en una situación. Nosotros en algún momento dejamos de hacer lo que es correcto (Santiago 4:17; 1 Juan 1:8).

Aunque pecamos en nuestro cuerpo y alma, no podemos pecar en nuestro espíritu.
Nuestro espíritu renacido no participa en pecado (1 Juan 3:9).
No tenemos que sentirnos culpable o sin valor por causa de nuestros pecados.

Podemos confesar nuestros pecados a Dios. Él es fiel y justo de perdonarnos de nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia (1 Juan 1:9).

Jesucristo es nuestro abogado cuando pecamos (1 Juan 2:1).

Por lo tanto, no debemos vivir una vida pecaminosa porque el pecado trae consecuencias destructivas.

Referencias en la Escritura:
1 Corintios 1:29-30
2 Corintios 5:21
Efesios 1:5, 6, 13
Lucas 1:28
Santiago 4:17
1 Juan 1:8
1 Juan 3:9
1 Juan 1:9
1 Juan 2:1

1 COMENTARIO

  1. Estoy de acuerdo con Fernando, pienzo que es halgo de mucha profundida y no todos estamos preparados para ir mas a fondo en la sabiduría y tolerancias de nuestro Señor, su palbra es muy clara y no tiene ningun tipo de analiziz mucho menos disponer de ella de manera  tentativa a caer en la equivocación de los penzamientos humanos, croe que ha sido muy dificil salir del mundo como para que hoy digamos: quiere decir este comentario que no estabamos en pecado.
    Hermanos recordemos que la sangre de Cristo no fue en vano y que su valor supera todas nuestras opiniones, y no puede ser menospreciada, el pecado nos sigue por doquier esperando que caigamos en sus redes, el pecado es pecado sea grande o pequeño…
    Que Dios nos bendiga y el manto de nuestro Señor nos cubra con el poder de se Espírito.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí