Los Cristianos y Providencias Para Una Vida Feliz Según La Biblia
«Orad sin cesar» (1 Tesalonicenses 5:17).
«Nada resiste al poder de la oración, excepto la voluntad de Dios. La oración puede hacer cualquier cosa, la oración es omnipotente.» (Dr. R. A. Torrey)
¿Cómo están nuestros días? ¿Cómo estamos enfrentando las dificultades que la vida nos ofrece? ¿Que providencias estamos tomando para revertir la situación, si no es la que anhelamos?
La Palabra nos enseña a buscar, en oración, la presencia de nuestro Padre. Está presto a oírnos y a atendernos. Él quiere darnos lo mejor y solo no nos atenderá si lo que pedimos no sea la mejor cosa para nuestras vidas.
Nuestra comunión con el Señor determinará nuestra dicha. Si yo necesito de paz, oro al Señor y Él, el Príncipe de la paz, me atenderá. Si yo necesito de cariño y afecto, oro al Señor y el Dios de amor me cubrirá con sus atenciones incomparables. Si yo necesito de salud, oro al Señor que es el Médico de los médicos, el Señor que sana. Si yo necesito de recursos financieros, oro al Señor que es el dueño de todo oro y plata y prometió suplir mis necesidades.
Si yo oro mucho, consigo mucho; si yo oro poco, tengo poco; si yo no oro… nada podré esperar de Dios.
Cuando oramos el Señor nos oye. Puede decir sí y puede decir no. Jamás nuestras oraciones se quedarán sin respuesta. Él nos ama, quiere darnos su bendición, quiere hacernos crecer espiritualmente, quiere darnos la verdadera felicidad.
Si usted cree que aún no es plenamente feliz, dediquese a la oración. Será el paso inicial para muchos momentos de gran alegría.
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