¿Que dice la Biblia que debemos hacer cuando estamos decaídos?

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cara-triste-biblia«…NOS PRESENTAREMOS… DELANTE DE TI… CLAMAREMOS A TI… Y TÚ NOS OIRÁS Y SALVARÁS» (2 Crónicas 20:9)

¿Que dice la Biblia que debemos hacer cuando estamos decaídosí

Un feligrés preguntó al pastor: ‘¿Usted no se siente nunca decaído?’ ‘¡Claro que sí!’ respondió. ‘¿Y qué hace al respecto?’ insistió el feligrés. ‘Me vuelvo a levantar. El problema no es estar decaído, sino quedarme caído. O bien estoy arriba, o bien me estoy levantando. He aprendido a no quedarme aparcado en el medio’. Aunque el decaimiento es un sentimiento universal, los sociólogos nos advierten contra dos cosas que lo suelen causar: el temor y el cansancio. Meditemos en ellas.

El temor

Cuando el ejército de los edomitas se alzó contra el rey de Israel, el temor se apoderó de él y de la nación; se sentían indefensos y temían perder la tierra y las posesiones que Dios les había dado. Si el estrés de los últimos años hace que te sientas temeroso, haz lo que hizo el rey de Israel. Se volvió a Dios y oró: «Cuando enfrentemos cualquier calamidad… podremos venir a este lugar para estar en tu presencia… Podremos clamar a ti para que nos salves y tú nos oirás y nos rescatarás» (2 Crónicas 20:9 NTV). No dejes que el temor te haga perder la esperanza y la visión. Por el contrario, mantente firme en la presencia de Dios, clámale a Él y verás cómo te rescata. A lo largo del Antiguo Testamento, Dios le recordó a Israel la trayectoria demostrada de Su bondad. Él quería que no se olvidaran de eso para no desanimarse. Pero con todo y con eso, el temor volvía a nublar su memoria y comenzaban a dudar. ¿Te suena? Por eso les dijo: «No temáis… porque no es vuestra la guerra, sino [mía]» (2 Crónicas 20:15). En otras palabras: «No os corresponde a vosotros derrotar al enemigo; de eso me ocupo yo, confiad en mi plan». Tú también, recuerda quién está en control de tus circunstancias en este día. Ponte delante de su presencia y cree en Sus promesas.

NO NOS CANSEMOS, PUES, DE HACER BIEN…» (Gálatas 6:9)

El cansancio

Hay un proverbio inglés que dice: «No puedes quemar la vela por los dos extremos». Hoy en día hemos pasado de la luz de la vela a la energía atómica, por lo que pocos creen o siguen ese adagio. Ahora queremos casas más grandes, coches mejores y vacaciones más exóticas. Para conseguirlo, empezamos nuestra jornada laboral más temprano, trabajamos más y acabamos más tarde. Luego llegamos agotados a casa y nos quedamos dormidos en frente del televisor, sin fuerzas y con un sentimiento de culpabilidad por dedicarle tan poco tiempo a la familia. Nos olvidamos de que en el plan de Dios estaba la necesidad de pasar un día a la semana sin trabajar, descansando y renovándonos espiritualmente (Éxodo 20:8-11). Debido a la vida que llevamos, la fatiga absorbe nuestra creatividad, distorsiona nuestra perspectiva, merma nuestra felicidad, socava nuestra confianza y nos agota espiritualmente.

Elías es un gran ejemplo de eso: él solo derrotó a los profetas de Baal (1 Reyes 18). En respuesta a su clamor, el Señor había enviado fuego del cielo que consumió el altar e hizo que Israel volviera sus ojos a su Dios. Fue una victoria espectacular, y sin embargo al poco de ocurrir eso, decayó tanto su ánimo que le pidió a Dios que le quitara la vida; ¡Elías tocó fondo! ¿Qué hizo Diosí Como buen médico, le diagnosticó el problema y le recetó tres cosas: una buena dieta, descanso y un buen ayudante -Eliseo.

Muchos de los que disfrutamos de nuestros trabajos, tendemos a no tener un buen equilibrio. Como no nos marcamos límites, nos arriesgamos a quemarnos; nos «cansamos haciendo bien». ¿Cuál es la solución? «Él restaura mi alma» (Salmo 23:3 LBLA). La palabra restaurar significa descansar en lo físico y llenarse en lo espiritual. ¡Eso es lo que tienes que hacer cuando te sientas decaído!

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