3 Preguntas de gran importancia

«…CONFORME A LA REGLA QUE DIOS NOS HA DADO POR MEDIDA…» (2 Corintios 10:13b)

1) ¿Cómo sabré cuando Cristo sea el centro de mi vida?

Porque caminarás en confianza delante de Él. La preocupación es una luz de advertencia de que Cristo ha sido dejado de lado. En el momento que le pones en el lugar que le corresponde y dices: «Confío en Ti, y no en mí mismo», volverás a tener paz. Escucha: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:7).

2) ¿En qué clase de persona me estoy convirtiendo?

Pedro dice: «…poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor» (2 Pedro 1:5-7). Un mandato difícil, ¿verdad? No te desanimes. Se necesita toda una vida para colocar estos bloques de construcción en su lugar apropiado.

3) ¿Cuál va a ser mi contribución?

Aunque somos llamados a servir a los demás, ni siquiera Jesús trató de satisfacer las necesidades de todos. Elige dónde puedes ser útil, de acuerdo a tus dones, y pregúntate: ‘¿A quién tengo mayor deseo de ayudará». Jesús dijo: «…os he puesto para que vayáis y llevéis fruto…» (Juan 15:16b). Pero cado uno de nosotros produce fruto distinto.

Un día, Dios pasará revista a tus respuestas a las siguientes preguntas: «¿Hiciste de Jesús el centro de tu vida?». «¿Buscaste ser más como Él cada día?». «¿Te dedicaste a servir a otrosí». Al final, éstas son las preguntas que contarán.