He tenido una gran cantidad de cambios de vida en los últimos años. A veces se siente extraño, ya que parecía que fue ayer cuando mi vida era como la había planeado que sería. Más aún, las cosas cambiaron repentinamente y yo estaba tomando muchas decisiones importantes en mi modo de vivir por fe. Mirando hacia atrás, hay algunas cosas que desearía haberlas hecho de otra manera; pero yo estaba caminando en fe de la mejor manera que pude en esos tiempos.

Cuando estamos caminando en la fe, a veces podemos sentir que estamos en un barco a la deriva en el mar abierto, sin una vela. Sin embargo, no estamos solos, porque Dios está con nosotros. Él está con nosotros incluso si sentimos que estamos fuera de curso y en dirección a una tormenta. Nuestro Dios ni una sola vez nos deja fuera de su vista, al igual que un buen padre mantiene una super vigilancia sobre sus hijos pequeños.

Vivir por fe establece una relación más fuerte con Dios. Nuestra oración se vuelve más precisa y coherente. La voz de Dios se vuelve más clara y conocida. Su palabra habla más directamente a nuestra vida que nunca. Llegamos a ser un faro de luz para otros que nos están siguiendo detrás con el mismo estado de ánimo.

Caminar en la fe está lleno de preguntas y las conjeturas. Algunas cosas se ponen de manifiesto a través del tiempo y el juicio. Otras pueden esperar hasta que estemos delante de Jesús. Incluso en nuestra inestabilidad al tomar decisiones, seguimos sosteniendo la esperanza de que Él está haciendo que todas las cosas cooperen para nuestro bien. Nos negamos a permanecer en temor, y tomamos valor sabiendo que Dios está en control.

Y sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11: 6

Caminar en esta fe es más de lo que hubiera querido o pedido, pero, es exactamente lo que necesitaba para crecer espiritualmente.

ORACIÓN

Amado Dios, a medida que continúo caminando en fe, quiero honrarte con obediencia y confianza en tu palabra. Fortalece mi vida y guíame en tu perfecta voluntad. En el nombre de Jesús, amén.