¿Cómo Seremos En El Cielo Según La Biblia?

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¿Cómo Seremos En El Cielo Según La Biblia?

¿Cómo Seremos En El Cielo Según La Biblia? ¿Cómo será nuestro cuerpo? ¿Tendremos memoria? ¿Podremos comer?

¿Alguna vez te has preguntado cómo seremos en el cielo? Aquí hay algunas cosas que la biblia dice que debemos considerar sobre como seremos en el cielo según las escrituras.

El futuro de Israel Según La Palabra de Dios

La nación de Israel, en el momento de la visita terrenal de Jesús, esperaba ansiosamente al Mesías. No esperaban un Mesías que muera y resucite después de tres días. Pensaban que el Mesías vendría y reinaría en poder y autoridad sobre todas las naciones.

Los judíos pensaban que si Jesús era verdaderamente el Mesías, quitaría el yugo de Roma sobre Israel. No fue de la manera que los Judíos pensaron pero esto fue hecho. Dios tiene su propio plan, propósito y tiempo para restaurar a la nación de Israel.

¿Crees que Dios se ha olvidado de Israel hoy? Piensa nuevamente, porque el profeta Isaías escribe sobre los pensamientos de Dios, preguntando:

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.(Isaías 49:15), y además, Dios dice:

«He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti.» (Isaías 49:16-17).

Cuando el reino de Jesús sea establecido aquí en la tierra, «Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.» (Isaías 2:2-3).

Según ese versículo bíblico Dios no ha terminado con la nación de Israel. Ellos volverán a ser una nación de importancia, pero ¿qué pasa con nosotros que creemos después de que Jesús venga nuevamente? Y los sabios resplandecerán como el resplandor del cielo.

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¿Cómo Seremos En El Cielo Según La Biblia?

Tendremos Cuerpos Glorificados Según La Biblia

Es difícil de imaginar mientras veo mi cuerpo hoy que algún día nuestros cuerpos serán eternos y glorificados. Hoy, mi cuerpo no parece muy glorificado que digamos, pero lo que veo es al Espíritu de Dios que vive en mí y que vive también en cada creyente.

El Apóstol Pablo dice que nuestros cuerpos terrenales y nuestros cuerpos glorificados tendrán diferencias considerables.

Pablo anticipó la pregunta de la iglesia de Corinto al escribir: «Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? (1 Cor 15:35), y Pablo escribe que «Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.» (1 Cor 15:40).

Este versículos nos aclara que el cuerpo que tenemos hoy no se parece en nada al que recibiremos en gloria venidera. Pablo escribió:

«Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» (Rom 8:18).

Entonces contemplaremos la gloria, la belleza y la majestad de Jesucristo, pero también nosotros tendremos un cuerpo glorificado, pero no todos serán de la misma gloria. Pablo explica que estas diferencias serán conocidas después de «la resurrección de los muertos».

Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.» (1 Cor 15:42-44).

Un cuerpo muerto no tiene poder, pero un cuerpo resucitado, glorificado sí… y ese cuerpo durará para siempre.

Daniel habla del resplandor de algunos de los hijos de Dios en Daniel 12:2-3 donde escribió que en la resurrección, «muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Y los sabios resplandecerán como el resplandor del cielo; y los que convierten a muchos en justicia, como las estrellas por los siglos de los siglos».

Recuerde que Jesús, después de su resurrección, pudo pasar a través de las paredes y aún así sentarse y comer con los discípulos (Juan 20:19-26, 21:14-15). No sé si pasar a través de las paredes sea importante, pero incluso después de tener nuestro cuerpo glorificado, aún podremos disfrutar de los placeres simples de la buena comida mientras seguimos estando en un cuerpo eterno.

El Apóstol Juan escribió: «Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.» (1 Juan 3:2)

Así seremos semejantes á Él, teniendo un cuerpo glorificado, pero no en la misma medida, y como Daniel escribió, «Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan á justicia la multitud, como las estrellas á perpetua eternidad». ¿Cómo ellos también serán glorificados?, no te lo puedo responder. Creo que variará de persona a persona, dependiendo de lo que hicieron por el Señor mientras estaban en el cuerpo.

El Apóstol Pablo dice que » la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.» (1 Co 3:13), de modo que «Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.» (1 Co 3:14), pero «Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.» (1 Co 3:15).

Jesús dice que si somos fieles en lo poco, Él nos pondrá en lo mucho (Lucas 16:10).

Nuestras obras por Cristo y nuestro deseo de ser usados por Dios para salvar almas pueden determinar la gloria que cada uno de nosotros recibirá.

Así que no olvidemos que nuestros sufrimientos presentes «no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» (Rom 8:18).

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