¿La Biblia Dice A Los Cristianos Cómo Votar?

¿Cómo Debemos Votar o Elegir Presidente Los Cristianos Según La Biblia?

RESPUESTA: El texto siguiente es una palabra que planeo predicar en la iglesia antes de la elección del día 28 de Octubre del 2018 en Brasil.

Como muchos saben, me encuentro en estos momentos viviendo en Brasil. Un pais maravilloso y lleno de fervor y pasión por diferentes cosas. Por ejemplo, la pasión por el Futbol no se vive igual en otro pais del mundo. No es por nada que ellos ganaron ¡5 copas del mundo!

El Brasileño es apasionado por todo lo que le gusta y se interesa. No por nada la palabra «pasión» se utiliza muchísimo en el lenguaje diario del pueblo. Al Brasileño no le gustan las cosas, el las «adora» (esta es otra palabra, que cuando vengas al Brasil entenderás). Y en la política no es diferente, y cuando hay elecciones ellos se toman las cosas muy en serio.

Por estos días de elección presidencial, se ha levantado una tremenda confusión e indecisión por quien votar. Muchos hermanos cristianos me preguntan: Pastor, ¿Cómo debería votar? ¿Cómo elegir un buen presidente? ¿Dice la Biblia algo sobre el tema del voto?

La respuesta a esta pregunta es: sí y no. No, la Biblia obviamente no nos da los nombres de ningún candidato, ni de ningún partido político. Sí, la Biblia nos dice lo que Dios quiere que hagan los presidentes, senadores, jueces, diputados y otros líderes del gobierno. En otras palabras, la Biblia no nos dice por QUIÉN votar, pero sí nos dice CÓMO votar. Deseo explicar un poco más sobre este asunto haciendo 3 preguntas importantes.

Primero, ¿es esta una pregunta valida? Algunos dicen que no, porque piensan que la Biblia sólo trata de cosas «religiosas», como Jesús, la salvación y la iglesia. Y como todo el mundo sabe, ¡nunca debemos mezclar religión y política! Pero la respuesta correcta es sí, esta es una pregunta valida a realizar, porque la Biblia tiene una visión no solo de Dios, sino también del mundo. La fe cristiana no es sólo acerca de Jesús, la salvación, la iglesia y el cielo. La Biblia trata acerca de todo, comenzando con la creación (Génesis 1:1). Y definitivamente tiene mucho que decir sobre el gobierno.

¿Qué dice la Biblia sobre el gobierno?

Primero, Dios ha ordenado o establecido un gobierno como tal. Ver Romanos 13:1-2:

«Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos».

Esto dice que Dios ha ordenado que habrá gobierno, pero no dice que ha ordenado una forma específica de gobierno (como la monarquía, democracia, o la izquierda). Tampoco suele ordenar o nombrar gobiernos específicos. Segundo, Dios ha ordenado el gobierno con un propósito específico.

Esto nos lleva a nuestra segunda pregunta principal, a saber:

¿cuál es el propósito del gobierno?

Aquí debemos examinar dos pasajes de la Escritura: El primer versículos es Romanos 13:3-4:

«Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo».

El segundo versículos es 1 Timoteo 2:1-4:

«Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad».

¿Qué enseñan estos versículos bíblicos?

Esto se puede resumir en una palabra clave, JUSTICIA. En este contexto, «justicia» significa dar a una persona lo que le corresponde, o lo que se merece. Como tal, la justicia adopta dos formas. En primer lugar, existe la justicia PROTECTORA, o la protección de los derechos de las personas. Estos incluyen los siguientes derechos, que son parte de vivir una vida tranquila y en toda piedad y dignidad:

1. El derecho a VIVIR.

2. El derecho a vivir en LIBERTAD:

libertad para buscar la felicidad, libertad para seguir nuestro propio camino en la vida, libertad para servir a Dios abiertamente, libertad para trabajar, libertad para poseer propiedades como resultado de nuestro trabajo. Nota: esto no incluye necesariamente lo que se llama «justicia económica». También «la justicia económica NO requiere igualdad de propiedades, sino igualdad de oportunidades».

3. El derecho a vivir libres del MIEDO: temor de que alguien pueda arrebatarle estos derechos.

El principal trabajo o propósito del gobierno es proteger estos derechos. Esto debe ser observado cuidadosamente: el trabajo del gobierno no es proveernos de estos derechos; los derechos son algo que ya nos pertenecen por naturaleza. Tampoco es trabajo del gobierno proveernos todas las cosas a las que tenemos derecho. Su trabajo es simplemente PROTEGER nuestro derecho a tenerlos. Esta protección es el único derecho que tenemos del gobierno; es lo único que el gobierno nos DEBE.

La segunda forma de justicia es la justicia PUNITIVA, o el castigo de los bandidos. (Aquí, «bandidos» significa aquellos que intentan violar o privarnos de nuestros derechos). El castigo (la propia ira y venganza de Dios) es el medio por el cual el gobierno protege nuestros derechos. La aplicación de un castigo rápido y directo a los que quitan los derechos de los demás está diseñado para infundir temor en los corazones de los bandidos, para disuadir o refrenar sus ataques criminales contra los demás.

Aquí hay algunos ejemplos de cómo funciona esto. Es el trabajo del gobierno:

1. Proteger nuestro derecho o libertad de TRABAJAR – no para impedirnos o desalentarnos de trabajar.

2. Proteger nuestro derecho o libertad de PROPIEDAD PRIVADA – para protegernos de los ladrones y para abstenernos de confiscar la propiedad de una persona (dinero) sólo para dársela a otra persona menos favorecida.

3. Proteger nuestro derecho o libertad de obtener una buena educación, de tener una buena atención médica y de servir a Dios con buena conciencia (pero no para proveernos de estos servicios)

4. Protegernos de todos los que nos quitarían nuestros derechos y libertad, por ejemplo, asesinos, ladrones, terroristas, ejércitos invasores, etc.

Esto nos lleva a la tercera pregunta:

¿qué tiene que ver todo esto con la votación? (Nota: votar por los líderes del gobierno no es un aspecto inherente al buen gobierno. Es un privilegio por el que debemos estar agradecidos.

Podríamos preguntarnos primero, ¿cómo decide la gente cómo votar? ¿Cómo deciden por quién votar o no votar? Aquí están algunas razones posibles por la cuales la gente vota:

1. Afiliación a un partido (En casa siempre votaron por la democracia, o la derecha conservadora).

2. Algo personal: aspecto, personalidad, riqueza, color de piel, habilidad para hablar, etc.

3. Beneficio económico personal: ¿Cómo afectaría este candidato mis finanzas personales?

4. Economía general: ¿Cómo afectaría este candidato a la salud económica de nuestra nación?

5. Adhesión a la Constitución: ¿El candidato la seguiría o lo desobedecería?

6. Afiliación religiosa: Quienquiera pero que sea cristiano.

NINGUNA de estas razones debe ser nuestra primera consideración al tomar esta decisión. Entonces, ¿cómo decidimos por quien votar? Aplicando este criterio principal: ¿qué candidato hará cumplir el propósito de Dios para el país?

He aquí una analogía: ¿Cómo usted elegiría un médico, por ejemplo, un cirujano de corazón? ¿Cuál sería su principal consideración? ¿El que es más guapo? ¿El que te da cosas, como un teléfono? ¿El que cobra más barato? ¿El que es cristiano? ¿O el que sabe cómo funciona el corazón, y el que sabe cómo hacer que funcione correctamente?

Los criterios anteriores para decidir cómo votar pueden ser útiles a veces, pero nunca pueden ser decisivos. ¿Afiliación partidista? Aquí hay demasiadas incoherencias. ¿Cualidades personales? Estas son generalmente irrelevantes o incluso frívolas. ¿Beneficio económico personal? ¿Puedes decir «egoísta»? ¿Qué hay de la economía en general? Esto es importante, pero no decisivo.

Algunas cosas son más importantes que el dinero. ¿Respeto a la Constitución? Esto también es importante, pero no decisivo. ¿Cristiano o no? Esto siempre se prefiere, pero no es decisivo. Algunos cristianos están realmente confundidos en cuanto a por qué Dios estableció el gobierno, mientras que algunos no cristianos «lo entienden».

Por lo tanto, el único criterio básico y decisivo para decidir cómo votar es éste: ¿qué candidato se acerca más al propósito bíblico para el país? ¿Qué candidato hará el mejor trabajo en la lucha por la justicia y la libertad? ¿Qué candidato hará el mejor trabajo para proteger nuestros derechos?

Ahora mi amado hermano, la decisión es tuya. Tu voto debe ser de consciencia y no solo por ti, si no por el país y por tu descendencia.

Que Dios tenga misericordia del Brasil y de todo su pueblo fiel que aguarda por justicia y por el cumplimiento de las promesas derramadas sobre esta gran nación.