15 Cosas Que Los Pastores Deben Saber Sobre Las Personas Mayores

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¿Qué Cosas Deben Aprender Los Pastores Jóvenes sobre las personas mayores en su Iglesia?

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¿Qué Cosas Deben Aprender Los Pastores Jóvenes sobre las personas mayores en su Iglesia?

«Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes…» (Salmo 92:14).

Todas las generalizaciones son falsas. Incluida esta. Toda regla tiene sus excepciones. Incluida esta.

Aun así, voy a hacer algunas afirmaciones generales sobre los pastores con más edad. Los lectores pensarán en las excepciones. Pero en general, estas afirmaciones han resultado ser sólidas y verdaderas a lo largo de años de ministerio.

1) Las personas mayores no están en contra del cambio, pero no les gustan los cambios bruscos.

No hay carros antiguos del año 1948 en el estacionamiento de su iglesia. No hay cámaros del 1952. Pero las personas mayores que conducen esos Camrys y Corollas no cambiaron un día esos carros antiguos por un Toyota. Hubo una serie de pasos graduales en el medio, como la compra de un auto de 1955, luego otro de 1962, seguido de otro carro de 1972, y así sucesivamente.

Me parece pertinente citar a Rick Warren, que dijo: «No uses la palabra ‘cambio’. Di ‘experimento’. Porque si esto no funciona, probaremos otra cosa».

2) Las personas mayores no están en contra de las innovaciones en el servicio del culto; pero no les gusta exagerar.

Fue una persona de 80 años la que dijo que debíamos colocar esas pantallas delante del altar en las que proyectaríamos textos y fotos y vídeos. «Nos ayudaría a poder ver mejor la letra de las canciones. Y las Escrituras». Hasta entonces, me había resistido a sugerir este cambio, ya que algunas personas mayores no querían nada diferente.

3) A las personas mayores les encantan las guitarras y los violines, e incluso un poco de percusión en la música de la iglesia; pero no les gusta que interfiera con el canto.

Una de las razones por las que las personas mayores les gustan las músicas antiguas es simplemente porque conocen la letra, reconocen la melodía y la encuentran agradable para cantar. También disfrutarán de alguna canción de adoración moderna, siempre que sea edificante y valiosa.

Cuando he visitado iglesias con un servicio más moderno primero (con todo tipo de instrumentos musicales) seguido de un servicio tradicional (con nada más que el órgano y el piano), constantemente asisten más personas mayores al primer servicio que al segundo. A los mayores les gusta la música.

4) A las personas mayores les encanta reírse y serán las primeras en entender el humor en los sermones; pero no quieren que se exagere con las bromas.

Como alguien que hace muchos eventos para personas mayores, no puedo imaginar uno sin risas. Les encanta reír. ¿Oíste hablar de la pareja de ancianos que se casó? Se pasaron la luna de miel bajando del coche.

Las personas mayores se reirán de eso más que nadie. Hay suficiente verdad en esa tontería para que funcione.

5) A los mayores no les molesta que los jóvenes aparezcan y que los adultos jóvenes pasen al frente; simplemente no quieren que los ignoren.

La mayoría de ellos tienen nietos a los que adoran, por lo que apreciarán los esfuerzos por alcanzarlos con el evangelio. A los mayores les encanta estar rodeados de jóvenes y disfrutarán de los eventos en los que se incluyan ambos grupos.

6) Algunos de las personas mayores en su iglesia han leído más libros que los que usted tiene en su biblioteca.

Comenzará a citar algo que leyó recientemente y puede ser que varios en su iglesia hayan leído todo lo que ese autor escribió. Algunos incluso pueden haberle conocido personalmente.

7) Algunos de las personas mayores han viajado, han estado en lugares de los que usted no ha oído hablar, y han conocido personalmente a personas que usted utiliza como ilustraciones de sermones.

Me encanta contar historias, muchas de ellas son vividas y otras contadas por personas mayores. Estas maravillosas historias me han servido para ganar personas a Cristo y sin estas anécdotas tal vez las cosas hubieran sido más difíciles. Estas historias las aprendí por tener un corazón entendido y por atender a las conversaciones de las personas mayores. Así que pastor, no tengas por menos las reuniones y charlas con este grupo importante de personas en tu iglesia. Te aseguro que lo disfrutarás y no te arrepentirás.

8) Las personas mayores aún pueden ir a los viajes misioneros y marcar la diferencia.

Me contaron la historia de una persona mayor, el cual su pastor le pregunto ¿Qué iba a hacer en sus vacaciones? Él respondió que ira para Nigeria. Esto era increíble porque este hermano tenía unos 80 años de edad. Muchas personas mayores trabajan en el ministerio de ayuda trabajan siendo voluntarios en diferentes programas y siguen haciendo una gran diferencia para Jesús. El punto es, pastor, que no asumas que son demasiado viejos. Algunos de ellos son más jóvenes que usted, no importa lo que diga el calendario.

9) Aprecian el respeto, pero desprecian que se les trate con desprecio.

Algunos de mis amigos comentaron que odian que les hablen con desprecio como si fueran niños de cinco años. Otro dijo que no le gusta que le llamen «joven» o «jovencito». En la mayoría de los casos, «señor Juan» o «señora María» funcionan.

10) No todas las personas mayores en la iglesia conocen al Señor Jesús, así que no debe asumir que todos son salvos solo porque están en la iglesia y son activos en la obra.

Cuando hable con los grupos de personas mayores, deles el plan de salvación de vez en cuando y extienda una invitación al evangelio. Esto no hará daño, y puede hacer una diferencia eterna.

Hay un grande error al pensar y asumir que todas las personas mayores en la iglesia conocen al Señor Jesús. Así que, aunque algunos lo consideren innecesario, su mensaje debe instar a cualquier persona de la iglesia que no haya recibido a Jesús a que no lo posponga más. Animarles a «terminar con fuerza su carrera» -un tema que todos los mayores pueden apreciar- Esto significa que debe asegurarse de que están bien con el Señor para el resto de su carrera de fe.

11) A las personas mayores les encanta la buena enseñanza bíblica.

De hecho, pastor, a nadie en su iglesia le gustará más un maravilloso estudio bíblico que a ellos. Muchos recordarán cuando nuestras iglesias tenían semanas anuales de estudio de un libro de la Biblia, que siempre eran muy concurridas. Anuncie que va a dirigir un estudio similar de un libro corto de las Escrituras para una mañana entre semana, y puede que se sorprenda de la asistencia mi querida pastor.

12) Las personas mayores tienden a ser los mejores aportadores de la iglesia local.

Solo puedo decirte una cosa, el día que esta generación de personas mayores vaya al cielo, las iglesia van a tener una verdadera crisis financiera. Las nuevas generaciones no esta aprendiendo y nosotros no estamos enseñando el dar a Dios correctamente.

Hace muchos años veíamos avivamientos en el dar a Dios con alegría. Este mover duraba semanas y terminaba con la santa cena y un predicador invitado.

En las iglesias había muchos testimonios sobre como Dios había hecho milagros financieros en la vida de los fieles. Hoy en día, pocas iglesias enseñan correctamente los principios bíblicos del dar a Dios. Luego las mismas iglesias se preguntan, porque no se avanza en las finanzas.

En muchos casos, pastor, usted está cosechando los beneficios de los pastores anteriores (si los hubo) que acertaron con esto de las finanzas.

13) Son sus mejores guerreros de oración.

En las iglesias en las que hemos tenido ministerios de oración, las personas mayores han asistido más que nadie. Sé un pastor sabio, que aprovecha a las personas de oración de su iglesia y las involucra en un ministerio tan vital. Y por cierto, esto no es algo que tenga que hacer «por ellos». Llame a uno de ellos para que lidere un plan de oración.

14) Los amigos más dulces y tiernas que puede tener un pastor suelen ser personas mayores.

Un predicador dijo: «El Señor ha puesto un delicado equilibrio en la iglesia. Él ha puesto suficientes miembros testarudos e intratables para mantenerte humilde como pastor. Y ha puesto los suficientes santos y piadosos para que no renuncies». Otro predicador diría eso y añadiría: «Cada iglesia en la que he servido tenía ambos grupos». Sí, y mi visión es que los dulces y humildes que «te impiden renunciar» tienden a ser las personas mayores de la congregación.

15) Las personas mayores abandonadas o maltratadas pueden dar a un pastor más dolores de cabeza de los que jamás pensó.

Mi querido hermano, las historias que podría contarte.

Recuerdo que, estábamos realizando un autoestudio, sobre cómo prepararnos para los retos del futuro. Los estudios demográficos mostraban un gran porcentaje de familias jóvenes que vivían a poca distancia de nuestra iglesia, pero llegábamos a pocas de ellas. Así que las recomendaciones implicaban reorientar algunos de nuestros esfuerzos y energías en esa dirección. Ya te imaginas, las personas mayores estallaron.

A pesar de que yo no era un joven pastor, ellos me veían como un pastor de 20 años intentando expulsar a las personas mayores, y es evidente que esa no era mi intención. Me encontré corriendo de casa en casa, reuniéndome con las clases de la Escuela Dominical y asegurando a los mayores que nunca los íbamos a descuidar.

Nunca olvidaré la noche en que contesté al teléfono y una voz me dijo: Señor, estamos realizando una encuesta sobre los hábitos televisivos de nuestra audiencia. Nos llevará unos tres minutos. ¿Podría ayudarlos con la encuesta?. Dije: Claro, adelante.

Primero, dijo el hombre, ¿podría preguntarle a qué grupo etario pertenece? 25 años o menos. De 25 a 35 años. De 35 a 45 años. De 45 a 55 años. O, de 55 a más. Le dije: Ese. Él dijo: ¿Cuál? 55 a más. Tu, tu, tu. Colgó el teléfono. Ni una palabra de explicación. Simplemente colgó el teléfono porque él imaginó que yo era una persona mayor.

Esa fue la declaración más elocuente que he visto sobre cómo algunos descartan a las personas mayores tan rápido.

Pero esto no sucederá en una iglesia cristiana dirigida por un pastor llamado por Dios y guiado por el Espíritu. Estoy seguro y convencido que no.

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