7 Razones Por que un Pastor Debería Dejar Una Iglesia

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Formas En Las Que Dios Puede Hablarle A Un Pastor Que Es Tiempo De Salir De Una Iglesia o Ministerio

Formas En Las Que Dios Puede Hablarle A Un Pastor Que Es Tiempo De Salir De Una Iglesia o Ministerio

Una de las preguntas que pastores y ministros ser hacen cuando pasan por esta situación es esta: ¿Es el momento de quedarme o irme de la iglesia?

Creo que esta es una de las preguntas más complicadas que un pastor o ministro del evangelio tiene que enfrentar en su servicio a Dios.

Ser un discípulo de Jesús, llamado a ministrar o pastorear, no es un trabajo simple. En todo momento hay circunstancias difíciles de enfrentar y una mala historia a superar. Pero, este es el trabajo y la vida pastoral al servicio de Dios.

Este año cumplo 23 años de servir al Señor y 4 en la iglesia local. Pero antes de llegar aquí, dejé dos pastorados, uno de corta duración y el otro de 4 años. Uno con gran dolor, preguntándome por qué el Señor no nos había llamado a quedarnos más tiempo. El otro, con gran dolor, preguntándome por qué Dios nos llamó allí para comenzar otra obra.

Las razones por las cuales salí han sido aclaradas con el tiempo. Por más que los líderes principales no nos dejaron a mi esposa y a mí, despedirnos de la iglesia cundo decidimos salir. Fuera de esto, gracias a Dios tuvimos la oportunidad de ayudar y ministrar la vida de muchos hermanos compartiendo el evangelio de Cristo.

Quedarse en medio de estas situaciones que se presentan debe ser la primera opción a seguir. En este texto deseo dejar una lista con 7 razones por las cuales deberías de dejar de ser pastor en una iglesia, ojo, el permanecer debe ser siempre tu primera opción.

Aquí te dejo 7 buenas razones por las que podría ser el momento de dejar tu iglesia local en la cual eres pastor:

1) Cuando no serás más que un simple empleado

Un pastor es pastor porque Dios lo llama, y la marca de su pastorado es la relación con las ovejas. El asalariado no tiene este compromiso. Jesús es nuestro ejemplo de gran pastor y su amor por las ovejas es la clave principal.

Cuando un pastor llega a una iglesia, puede tomar varios años para convertirse en una parte importante de la dinámica familiar de la congregación. Pero debería saber en uno o dos años si se está moviendo en esa dirección o no.

Algunos pastores siguen siendo asalariados por sus propias decisiones y su porte emocional. Pero la mayoría quiere ser verdaderos sub-pastores, convirtiéndose en parte integral de la familia de la iglesia.

Algunas congregaciones nunca dejan entrar al pastor emocionalmente. Muchas iglesias hacen esto por un profundo dolor. Es un mecanismo de defensa que han adaptado después de haberse herido con demasiadas salidas de pastores.

El problema es que, si no dejan entrar al pastor, tampoco serán acogedores con los que lleguen a la iglesia. Así que nunca obedecerán la Gran Comisión y no llegaran a ser una iglesia saludable.

Esto puede ser un hecho en las iglesias y lugares más pequeños y rurales. En muchos de ellos, si no tienes una conexión generacional, siempre serás un extraño. Puede que te traten maravillosamente, pero siempre serás más un invitado en su casa que un miembro de la familia.

No creo que el verdadero papel del pastor pueda cumplirse como una mano de obra contratada. Si se hace evidente que eso es todo lo que vas a ser, probablemente sea el momento de irte.

2) Cuando ya no confías en el liderazgo de la iglesia

Una clave para un pastor debe ser, no trabajar con gente en la que no pueda confiar. La gente que está a tu alrededor, debe ser gente de tu entera confianza. Si quieres avanzar y terminar con tu labor pastoral, rodéate de este tipo de personas.

En una iglesia, inicie la obra, como la mayoría de los pastores, sin un salario. La iglesia era pequeña y las finanzas siempre fueron pocas. Los diezmos no eran regulares. Pero no empecé como pastor por un salario y si por un llamado. Así que elabore varios proyectos que me sustentaban para no ser gravoso a la iglesia del Señor. Por favor no me malinterprete, ese es mi caso, no estoy en desacuerdo que un pastor reciba un salario, esto es justo y necesario si queremos que la iglesia crezca, lo mío es algo muy específico y no lo coloco como norma general para los otros siervos.

Cuando llegue al Brasil, converse con un pastor para ayudarlo a levantar un centro de estudios teológicos. Fui y me establecí en la ciudad donde se encontraba la iglesia, y no tuve ningún tipo de ayuda financiera para alquilar un departamento o gastos afines. Más, mismo así, continúe trabajando por 4 años como para el Señor.

No se trata del dinero. Se trata de la confianza. Yo podría haber entrado con un proceso en la justicia después de todos estos años trabajando para la iglesia, pero no lo hice, deje que Dios sea mi juez. Dios nos libre de hacer ese triste espectáculo al mundo. Como el apóstol Pablo dice en 1 Corintios 6:1-7, prefiero sufrir el agravio, elijo ser defraudado.

Pero si no puedo confiar en los líderes, no trabajaré con ellos. En algún momento su falta de verdad acabaría también con mi integridad. Eso es algo que nunca permitiré. Y tú tampoco deberías hacerlo.

3) Si tu familia pagará un alto precio

Los detalles del caso que expuse arriba son aún más dolorosos para contarlos, pero solo diré esto. No necesitas estar de acuerdo conmigo en todo. Pero, dímelo cara a cara y hablemos sobre el tema. Más, cuando haces algo que daña a mi esposa, hijos, porque no estás de acuerdo conmigo, es algo que no debería ocurrir.

Cuando llegue a trabajar en una iglesia aquí en Brasil, por mi condición de extranjero, necesitaba esperar para que algunos documentos estuvieran listos. En esa época no podía colocar a mi familia en un plan de salud porque me saldría más caro si lo hacía como persona física, así que debería de esperar 2 meses para hacerlo como una persona jurídica.

Recuerdo que hable con el pastor principal para que nos colocase dentro del seguro médico de la iglesia por esos 2 meses, y que yo pagaría el valor completo. ¿Sabes lo que me respondió? No puedo hacer esto, debe someterlo al consejo de la iglesia. Parece una respuesta coherente, pero no lo era, debido a que para aprobar sus asuntos de compras personales no necesitaba del consejo de la iglesia.

Aquí una clave: Si la iglesia no tiene el más mínimo cuidado y delicadeza con tu familia, debes urgentemente pensarlo 2 veces antes de continuar en ese lugar.

El orden pastoral para un ministerio saludable debe colocar a Dios en primer lugar, en segundo lugar a la familia, y la iglesia o ministerio en tercer lugar. No siempre será fácil pertenecer a la familia de un pastor, y creo que siempre habrá un precio. Pero, considero firmemente que hay limites que no deberíamos de pasar.

4) Los amas, pero tu amor no podrá cambiarlos

La conversación sobre el tema, ¿debemos salir?, es una de las conversaciones más difíciles que un pastor y su esposa pueden tener.

Mi esposa y yo hemos tenido 1 de ellas.

Nos dimos cuenta de que quedarnos y ayudar a la iglesia a dar un giro sería largo, doloroso y costoso para nosotros y nuestra familia.

Después de orar a Dios y esperar una respuesta, dije: «Bueno, es hora de salir. Los amamos, pero nuestro amor no podrá cambiarlos» Solo el amor de Dios podrá hacerlo. Esto sucede cuando las personas están más concentrados en la iglesia-templo, sus estructuras, su placa, y sus tradiciones evangélicas locales, las cuales no permiten que la palabra de Dios haga su obra.

Las personas parecían que eran más propiedad de la iglesia (denominación) que de Jesús.

5) Tu liderazgo ha perdido autoridad moral

Podemos perder nuestra autoridad moral de muchas maneras. Por ejemplo, hay «pastores» que dirigen la iglesia, ellos se equivocaron y cometieron grandes pecados contra el cuerpo de Cristo, uno de ellos es la fornicación. Algunos quieren continuar liderando y ejerciendo autoridad, cuando han perdido toda autoridad moral. Ellos, en vez de apartarse y sentarse para ser restaurados, porque ese es el deseo de Dios, restauración total, continúan haciendo daño y cometiendo más pecados contra la iglesia y sus miembros.

Creo que en estos casos, es mejor que la restauración sea hecha lejos de la iglesia en la que se cometió el pecado.

En otros casos no siempre es culpa del pastor.

Ser pastor no consiste en ejercer tu dominio total como un emperador. Pero una vez que la gente ha perdido el respeto en tu capacidad de liderar, es prácticamente imposible ganarla nuevamente, y es hora de irse.

6) Tus dones, talentos y habilidades ya no coinciden con las necesidades de la iglesia

Nuestros dones de liderazgo tienen que coincidir con las necesidades de una congregación. A veces las relaciones entre el pastor y la iglesia comienzan así, pero cambian por una serie de factores.

Mientras la iglesia y el pastor sigan adaptándose juntos, pueden pasar casi cualquier tormenta y permanecer juntos durante mucho, mucho tiempo.

Pero si dejan de adaptarse, ni siquiera un pastor dotado en una iglesia sana y amorosa puede hacer que funcione.

Todos hemos visto demasiados ejemplos de pastores que aguantaron mucho tiempo después de haber dejado de ser eficaces. No permitas que esto te suceda, o a tu iglesia.

7) Tu ministerio fue una plataforma de construcción

Algunos pastorados tienen el propósito de ser de corta duración. Al igual que los andamios en el exterior de un edificio en construcción, proporcionan apoyo durante los momentos críticos de la puesta en marcha o para el cambio, y luego pasan a otra tarea.

Un trabajo que hice como pastor fue de esta manera. Llevamos la iglesia hasta donde fuimos capaces, y luego la dejamos para que otros la construyeran y la pastorearan. Hoy en día hay pastores dedicados y fieles sirviendo al Señor.

Tengo un amigo que fue el andamio de construcción de una pequeña iglesia muy pobre en Lima, Perú. La iglesia estaba en el medio de la peor zona de Lima, donde había problemas profundos con el hambre, la venta de drogas, el robo y el consumo.

Mi amigo fue pastor allí el tiempo suficiente para ayudar a la congregación a abrir sus puertas en medio de este lugar. Fue mentor de varios hombres y mujeres. En pocos años, la iglesia se fortaleció y continua fuerte. Así que la dejó en manos de otros líderes. Hoy es una iglesia próspera, ayudando fuertemente a su barrio y distrito.

Siempre haz tu mejor esfuerzo a largo plazo.

A veces lo que funciona durante un tiempo, como el ejemplo anterior, cambia. Pero en la mayoría de las situaciones, la iglesia y el pastor crecen juntos, impulsándose mutuamente a medida que Dios guía a cada uno.

Eso es lo que ha ocurrido en mi iglesia actual. Cuando pienso en lo inexperto que era hace 23 años, me pregunto por qué me llamaron. Pero si reflexiono en el grande problema en que se encontraba esta iglesia entonces, me haría preguntado por qué acepté la obra.

En esa época le convenía a la iglesia y ella a mí. Ahora somos diferentes. Pero, como un buen matrimonio, nos hicimos diferentes juntos. Ellos fueron mejores por lo que Dios ha hecho en ellos a través de mí. Yo soy mejor por lo que Dios ha hecho en mí a través de ellos.

El camino no fue fácil. Pero valió la pena y fue una hermosa experiencia espiritual con Dios de nuestro lado.

Si hoy te preguntas si es o no el momento de dejar la iglesia, no uses este escrito como la palabra final. Dios tiene siempre la última palabra, así que ora al Señor sobre tu salida. Busca consejo sabio, la Biblia dice que en la multitud de consejeros está la sabiduría.

Al final, así como Dios pone reyes y quita, reyes. Dios es quien coloca a los pastores en las iglesias. Y es Dios quien los quita.

Mi consejo: Quédate si puedes, pero si necesitas marcharte, hazlo teniendo en cuenta estas 4 grandes palabras: perdón, gracia, amor e integridad.

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