Estudio Bíblico | Explicación de Hebreos 11:32 | Comentario Bíblico Online
Ahora viene lo que Trenchard titula «la legión anónima», aunque aquí (v. Heb 11:32) figuran varios nombres; de los nombrados en el versículo Heb 11:32 y de otros cuyo nombre no aparece en dicha lista se dicen muchas cosas en los versículo Heb 11:33-38, cuyas referencias procuraremos encontrar.
Según hace notar J. Brown, esta sección se divide en dos partes: 1) desde el versículo Heb 11:32 hasta la primera cláusula del versículo Heb 11:35 inclusive, tenemos lo que estos héroes hicieron por medio de la fe; 2) desde el versículo Heb 11:35 hasta el versículo Heb 11:38 inclusive, tenemos lo que padecieron sostenidos por la fe.
1. El autor sagrado confiesa (v. Heb 11:32) que no tiene tiempo suficiente (tantas y tan grandes son las hazañas) para contar todo lo que estos héroes de la fe hicieron y padecieron, sostenidos todos por la misma fuerza sobrenatural:
(A) Nombra primero a Gedeón (v. Jue 6:11-40; Jue 7:1-25; Jue 8:1-32), pero su fe se echó de ver especialmente en Jue 7:1-15.
(B) Viene después Barac (v. Jue 4:6-24; Jue 5:1-31). El mandato y la revelación de Dios le vinieron por medio de la profetisa Débora, pero él creyó y actuó en consecuencia.
(C) De Sansón tenemos un largo relato en Jue 13:24-25; Jue 14:1-20; Jue 15:1-20; Jue 16:1-31. A pesar de su vida desordenada, y hasta disoluta, Dios se valió hasta de sus pecaminosas debilidades para llevar a cabo sus designios a favor de Israel. Su fe se echa de ver, sobre todo, en Jue 16:28-30 : arrepentido, ora, cree y actúa. Véase el comentario a dicho lugar.
(D) Sin seguir el orden cronológico, el autor sagrado nombra después a Jefté (v. Jue 11:1-40; Jue 12:1-7). Su fe se echa de ver especialmente en Jue 11:29., pues el Espíritu de Jehová vino sobre él, no sólo con poder, sino también con revelación; creyó y actuó.
(E) Acerca de la fe de David habría mucho que contar, pero véase especialmente 1Sa 16:1, 1Sa 16:13 y 1Sa 17:45.
(F) Sobre el profeta y juez Samuel, véanse especialmente los capítulos 1Sa 7:1-17 al 1Sa 10:1-27 de 1 Samuel.
2. Viene después la mención de algunas cosas que hicieron sostenidos por la fe (vv. Heb 11:33-35): (A) lo de conquistaron reinos parece referirse a 2Sa 5:17; 2Sa 8:2; 2Sa 10:12; (B) administraron justicia (NVI), como en 1Sa 12:4; 2Sa 8:15. (C) Alcanzaron promesas, como en 2Sa 7:11.; (D) taparon bocas de leones, como en Jue 14:5 (Sansón), 1Sa 17:34 (David), Dan 6:1-28 (Daniel). (E) Apagaron (v. Heb 11:34) fuegos impetuosos, como en Dan 3:23-28. (F) Escaparon del filo de la espada; se revistieron de poder, siendo débiles. Ejemplos de esto pueden verse en Éxo 18:4; 1Sa 18:11; 1Sa 19:10; 1Sa 20:1; 1Re 19:1-18; 2Re 6:8-33; 2Re 7:1-20. (G) Se hicieron fuertes en la guerra, rechazaron invasiones de ejércitos extranjeros (lit.). Con relación a esto, véase, por ejemplo, Jue 7:21; Jue 15:8-15; 1Sa 17:51, 1Sa 17:52; 2Sa 8:1-6; 2Sa 10:15. (H) Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección (v. Heb 11:35, comp. con 1Re 17:22, 1Re 17:23; 2Re 4:36.).
3. A partir del versículo Heb 11:35 hasta el versículo Heb 11:38, tenemos lo que las personas aludidas padecieron sostenidas por la fe. Dice Ryrie: «El trasfondo de mucho de lo que hay en estos versículos es probable que esté tomado del libro apócrifo de 2 Macabeos (2Ma 6:18-31; 2Ma 7:1-42)». Recuérdese, una vez más, que tal libro, aunque no lo tengamos como canónico, es fidedigno como histórico, y si el autor de Hebreos hace referencia a hechos narrados en tal libro, como es lo más probable, el Espíritu Santo refrenda aquí infaliblemente su historicidad. Parece también haber algunas referencias, en los versículos Heb 11:36-38, a hechos que conocemos de los libros canónicos. Por ejemplo, lo de prisiones y cárceles (v. Heb 11:36), en Gén 39:20; Jer 20:2; Jer 37:15; lo de fueron apedreados (v. Heb 11:37), en 1Re 21:13; 2Cr 24:21; lo de aserrados, en 2Sa 12:31; 1Cr 20:3; lo de muertos a filo de espada, en 1Re 19:10; Jer 26:23; lo de cubiertos con pieles de ovejas, etc., en 1Re 19:13, 1Re 19:19; 2Re 2:8, 2Re 2:13.; Zac 13:4; lo de maltratados, a lo que se dice en esta misma epístola (Heb 11:25; Heb 13:3); y, finalmente, lo de errando por los desiertos, etc. (v. Heb 11:38), en 1Re 18:4, 1Re 18:13; 1Re 19:9, aparte de vicisitudes parecidas, experimentadas por David.
4. El autor sagrado intercala, al comienzo del versículo Heb 11:38, la frase: «de los cuales el mundo no era digno». Dice J. Brown: «Sus perseguidores pensaban que ellos no eran dignos del mundo; pero la verdad era que el mundo no era digno de ellos. El mundo no podía compararse a ellos con respecto a su valía. Eran de un carácter elevado muy por encima del resto del mundo». Nótese cierta semejanza con estos versículos en 1Co 4:11-13, que termina diciendo: «Hasta el presente, hemos venido a ser la basura del mundo, los desperdicios de la humanidad» (NVI). De cierto que el mundo no era digno tampoco del apóstol Pablo ni de sus colaboradores en la predicación del Evangelio de salvación.
