Nuestro Andar Diario 03 de agosto de 2005

Nuestro Andar Diario

3 de agosto de 2005

Mateo 26:35-41
35 Pedro le dijo: Aunque tenga que morir contigo, jamás te negar?. Todos los disc?pulos dijeron también lo mismo. 36 Entonces Jesís lleg? con ellos a un lugar que se llama Getseman?, y dijo a sus disc?pulos: Sentaos aquí mientras yo voy allí y oro. 37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenz? a entristecerse y a angustiarse. 38 Entonces les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. 39 Y adelant?ndose un poco, cay? sobre su rostro, orando y diciendo: Padre m?o, si es posible, que pase de m? esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como t? quieras. 40 Vino entonces a los disc?pulos y los hallí durmiendo, y dijo a Pedro: ?Conque no pudisteis velar una hora conmigo? 41 Velad y orad para que no entr?is en tentaci?n; el esp?ritu está dispuesto, pero la carne es d?bil.

?Est?s cansado de Diosí
Al dirigirse a los estudiantes de Oxford, Juan Wesley dijo:  «?Cu?n pocos de entre ustedes dedican, de una semana a la otra, tan sÉlo una hora a la oraci?n a solas!»

Esta declaración envía oleadas de condena a través de los laberintos de mi alma. Me recuerda que no he hecho de la oraci?n una prioridad en mi vida. ?Por qué experimento más fracaso que éxito cuando se trata de tener una vibrante vida de oraci?n?

Mateo, a través de su evangelio, abrió las cortinas autobiogr?ficas de la vida de algunos de los hombres que estuvieron más cerca de Jesís: Pedro, Santiago y Juan. En la que fue una de las noches más dolorosas de su vida, Jesís llev? a sus seguidores con Él a un lugar llamado Getseman?. All? anhelaba que sus seguidores hicieran vigilia y oraran con Él. Tres veces, cuando regresí a ellos desde su lugar de oración, Jesís descubri? que hab?an sido v?ctimas del «sue?o de Getseman?». Estaban demasiado exhaustos como para ejercitar su privilegio y responsabilidad de la oraci?n.

Su falta de oraci?n era más que el solo hecho de sentirse somnolientos luego de una gran cena. Para ellos, la incapacidad de mantenerse en oraci?n fue causada fundamentalmente por sus limitaciones emocionales y f?sicas. Pedro dijo: «Jamás te negar?.» Todos los disc?pulos dijeron también lo mismo (Mateo 26:35). Y sin embargo, su confianza en sí mismos no pudo vencer su humanidad. Mateo registra las palabras de Jesís: «Velad y orad para que no entr?is en tentaci?n» (v.41).

La falta de oraci?n ya se hab?a infiltrado en sus vidas antes de que se descubriera que no oraron en Getseman?; cuando se les encontró durmiendo fue cuando se revel?.

Cuando dependemos de nuestra propia fuerza, de nuestros propios recursos y de nuestras conexiones más que de Dios, nos volvemos v?ctimas de la falta de oraci?n. Isa?as dice que la falta de oraci?n ferviente es una se?al segura de que nos hemos cansado de Dios. «Pero no me has invocado, Jacob, sino que te has cansado de m?, Israel» (Isa?as 43:22).

Mostr?mosle a Dios que no nos hemos cansado de Él al dedicar un tiempo especial a la oraci?n y depender de Él para tener sabidur?a y poder en nuestra vida.  –MW

destino
?Cu?nto tiempo le dedico a la oraci?n cada semana? ¿En qué áreas de mi vida me he cansado de Diosí ?Qu? necesito hacer para hacer de la oraci?n una prioridad?

en resumidas cuentas: ?Cansado de Diosí Despierta tu vida de oraci?n.

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