[Devocional_Diario] Solo no estoy

Miren  que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo.  Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡Anímense! Yo he vencido al mundo.  Juan 16:32-33.
 
Estos versos me trajeron a la memoria la letra de un himno que solía cantar mi mamá, creo que la letra era algo así:
 Solo no estoy, Jesús está a mi lado, amigo fiel, que no me dejará.
Solo no estoy, en tempestad o en calma, mi buen Jesús, guiandome esta.
Aunque la tempestad me azote, y el mundo me desprecie, no temeré,
Llevar la cruz, y servirle con amor,
Solo no estoy, Jesús esta a mi lado, amigo fiel, que no me dejará.
El Hijo de Dios dejó su corona, su posición y Gloria para hacerse de unos compañeros que llamó sus discípulos, pasaba mucho tiempo con ellos, todo lugar era el indicado para estar un tiempo a solas con sus amigos, junto al mar, un monte, caminos desiertos o  una colina, Entonces subió Jesús a una colina y se sentó con sus discípulos (Juan 6:3). Lo importante era estar con ellos, enseñarles, abrir su corazón humano y divino y buscar que entiendan que se iría pero volvería a ellos. Me voy, pero vuelvo a Uds. (Juan 14:26).
MI madre siempre supo que nunca estaría sola, aún cuando el esposo que la tomó cuando sólo tuvo 16 años la dejó, adelantándose para irse con su Señor al que había servido por más de 50 años.
Ella cantaba como los ángeles, sólo tengo que cerrar unos segundos los ojos y viene a mi memoria su figura parada al lado del piano cantando estos himnos al lado de su amado esposo, él, con el himnario abierto y ella con su dulce voz llenando el templo de alabanza a su Señor.
Pero su esposo se fue, el compañero de toda una vida, su amigo y confidente comprensivo, el que le hacía reír sin moderación, el que halagaba todas sus comidas, (nos convenció a los once hijos que no había mejor cocinera que ella), el padre de sus hijos, el que la festejaba cada día con detalles dulces como si fuera una jovencita de quince años, se fue y la dejó sola.
Jesús estaba a punto de quedarse solo, todos sus compañeros lo fueron dejando solo, pero nos dejó esta lección: Solo no estoy, el Padre está conmigo.
Cuando visito a mamá me sienta a su lado, me pregunta cómo va mi congregación, me da consejos llenos de sabiduría, he intentado una y otra vez traerla a mi casa para pasar algunos días con mi familia, me duele el corazón al verla tan sola, ella que siempre estuvo rodeada de tantos mimos y amor, pero siempre se niega, le gusta estar en su casa, ya cumplió más de 80 años, pero sigue cocinando y cantando como un ruiseñor.
Creo que ha aprendido a no tener miedo a la soledad.
-Mamita, vamos a la casa, quiero que me acompañes, me da miedo verte tan sola-
-No he recibido un espíritu que de nuevo me esclavice al miedo, sino el Espíritu de Dios que nos ha adoptado  a ti y a mí como sus hijas, por eso podemos decir: Abba Padre, tengo herencia celestial, no estoy sola, él esta a mi lado.
-Tienes tantos hijos, no tienes porque quedarte aquí, todos te queremos con nosotros.
-¿Te acuerdas cuando los discípulos se fueron cada uno a su casa? Jesús volvió también a la suya, junto a su Padre Celestial, Mi señor me espera y claro, tu papi también.
Querido amigo, cómo debemos ejercitar la fe, la seguridad, que la presencia del Señor esta a tu diestra cada segundo del día, no habría depresión, no sentirías soledad, si pudieras afirmar como Jesús:
Solo no estoy, el Padre esta conmigo. 
Pero el Señor siguió diciendo a los temerosos:
Yo les he dicho estas cosas para que en mi hallen paz.  En este mundo afrontarán  aflicciones, pero ¡Anímense! Yo he vencido la soledad.
Quizá el amigo que aliviaba tu soledad te dejó, o de pronto el hijo que decidió realizar sus propios sueños se alejó de ti.  De pronto, el esposo que prometía fidelidad rompió sus votos y sólo dejó una duda en tu corazón.
Hay tantas razones que nos hacen sentir solos.  Mira un rato tu corazón, ¿sientes sus latidosí Si vives es por Dios, deja de lamentarte, no estas sola, la aflicción que provoca la soledad se disipa cuando crees de todo corazón que Jesús esta a tu lado.  Ten paz, el Señor te ha quitado la orfandad. 
Oración:  Tengo miedo a la soledad, es un sentimiento que provoca inseguridad, confusión y desamparo.  Pero hoy me enseñas que esto es una aflicción que tiene cura inmediata.  Entonces me levantaré y gritaré al mundo: Jesús ha vencido mi inseguridad, no estoy sola, El Padre esta conmigo.  Amén.

Te quiero mucho

Martha Bardales 

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