Articulos Cristianos – ¿Sirven de algo los propositos?

¿Sirven de algo los propósitos de final de año?

Las calles se han iluminado y el ambiente navideño ha invadido los hogares. Ha llegado el tiempo de los regalos, de la alegría de la generosidad. También el año nuevo se nos ha venido encima. Ya este año es cosa del pasado. Y en este estreno de año no dejarán de escucharse los mutuos deseos de prosperidad, y en las bocas abundarán las promesas y propósitos.

Y en algunas vidas estos propósitos, como hojarasca seca, se los lleva el viento y quedan en el olvido. Apenas pasan unas semanas y sólo queda un vago recuerdo de aquel fin de año en el que prometí…   y ante esta curva del olvido surge la lógica reflexión «¿Sirven de algo los propósitos?»

Sí sirven, y la prueba está en que quienes fueron constantes y lucharon por alcanzar lo que querían,  terminaron alcanzando la cima que anhelada.  Cualquier persona conoce a uno de estos «victoriosos» que no son personas  raras o superdotadas, sino hombres y mujeres de a pie.

Dos defectos saltan a la vista en los que consideran que los propósitos no sirven: la desconfianza y el desánimo.

Comienzan mal, pues cuando hacen un propósito en el fondo están pensando que no lo lograrán. Esto es arrancar con el freno de mano puesto, con una desconfianza monumental en sí mismos. Es necesario confiar en que la meta es alcanzable, y no algo hecho para «especiales».

De la mano de lo anterior está el desánimo «Lo he intentado y no funciona ¿porqué otra vez» Tener una intención de cambio no significa volverse perfecto. Antes y después del propósito la naturaleza es la misma. Lo que cambia es la actitud, y  la actitud es el pequeño detalle que marca la gran diferencia.

No hay que correr al primer golpe, es preciso saber volver a empezar y aplicar la moraleja que dejó al mundo  Thomas Alba Edison  tras sus incontables intentos por inventar su bombilla eléctrica.

Los propósitos deberán ser concretos -que sea posible analizar su cumplimiento-  y  la carrera no cesará hasta alcanzarlos, a pesar del cansancio o tedio que quiera interponerse. Así  abandonaremos  la masa de los que sólo desean y pasaremos al pequeño grupo de los que alcanzan.

Devocionales Cristianos

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